LOS
PAJAROS
Vivíamos
en un rancho
frondoso, grande y rico.
Uno
de mis pasatiempos
era
los pájaros y sus nidos.
Mis
ojos
seguían al que llevaba
en el pico
hilo, pluma o paja.
Se metía revoloteando
por entre las verdes ramas.
Concluido
el nido
los días pasaban...
Cuatro huevos yacían
bajo la madre postrada.
Los
días pasaban...
Con
el tierno pico
rompían los pajarillos
el cascarón pinto
que los encarcelaba.
Pasaban
los días...
Los
críos rezumaban
un jolgorio de vida
ante la torturada lombriz
que la madre les prodigaba.
Los
días pasaban...
Con
la jaula en una mano
y la gorra en la otra
del nido yo los sacaba
y los metía en la mazmorra
que les tenía preparada.
Los
padres atolondrados
piaban de amargo llanto.
Pasaron
los días...
La libertad
inventada por el hombre
no es otra cosa,
para el indefenso pobre,
que un derroche
de crueldad.