"A
LA NANITA, NANA"
"A
la nanita, nana..."
Mientras
comía un bocadillo
observé por la ventana
que dos gorrioncillos
al parecer se quejaban.
"...
nanita, ¡ea!"
(serían
las dos de la tarde...)
Un sol
primaveral
oculto entre las nubes
desprendía rayos mortecinos
como lágrimas de laúdes.
Bajo
un rosal en flor
un pajarillo tiritaba,
quizás porque tenía hambre,
quizás porque buscaba amor.
"Mi
hijito tiene sueño..."
Bajo
el rosal en flor
la madre buscaba insectos
el gorrioncillo calor
y el padre estaba alerto.
"¡Bendita
sea! ¡Ea!"
Del
rosal en flor
una espina se ha soltado
clavando al gorrioncillo
en el lado del costado.
"Ángel de mi guarda..."
Me acordé
de mi hijo...
y, en un vuelo fantástico,
me traspuse hasta el bohío
para estar junto a su lado.
"...dulce
compañía"
Era
la añoranza
a que otros nombran "morriña"
lo que sentía dentro mi hijo
a causa de la distancia.
"No
me desampares..."
Le extendí
mi fuerte alón.
Se cobijó bajo mi brazo
y con sus brazos temblorosos
me decía: "Pa?pá, t?e a-mo"
"Ni
de noche ni de día"
(Eran
las dos de la tarde)
Serían
como las dos de la tarde
de un día del mes de mayo
cuando mi hijo en el prado
me preguntó: ¿eres tú el anhelado?
"No
me dejes solo..."
("Soy
el pájaro pródigo
que, en alas de una ilusión,
vuelve a buscar su nido
para prodigar el amor")
"...que
me perdería"
Entre
chasquidos de copas,
de música y de caricias,
de miradas y de rosas,
se afianzó el corazón.
"A
la nanita, nana..."
Duerme
mi hijito, duerme
el sueño del gran amor,
que tu papá te está velando
para suavizar el dolor.
"Nanita,
¡ea!"
Sobre
tu pecho angelical
descansa tu papá la frente
cubierta ya de canas
por la buena o mala suerte.
"Mi
niño tiene sueño..."
Un beso
descargué sobre tu pecho.
Como una espina se clavó.
Era un jolgorio de embeleso.
Fue el bautismo del amor.
"¡Bendita
sea! ¡Ea!"
Miré
otra vez por la ventana...
El gorrioncillo blandía sus alas,
su mamá le prodigaba cariño
y su papá... se deleitaba.