DIVAGACION
I
En
los baluartes de La Villa
deslizándose por el hielo
iba la extraviada mirada
en busca del ansiado fuego.
(Unos
ojos ardorosos
invitaban al reposo)
Y la
mirada perdida
bajo la cobija de nieve
buscaba un sorbo de calor
del amor ausente.
(Dos
ojos amorosos
de lágrimas llorosos)
Bajo
el barandal
las aguas se movían cansadas
con el peso de los icebergs
encima de sus frías espaldas.
(Dos
grandes ojos
esperaban ansiosos)
De las
oquedades del fondo
como córneas blancas
se erguían promontorios de hielo
encuadrados en dos lágrimas.
(Eran
dos extáticos ojos
que se mostraban piadosos)
Como
glándula lacrimógena
el río zigzagueante diseñaba
unos surcos carcomiendo
en las mejillas de la entraña.
(Y
los dos negros ojos
imploraban lacrimosos)
Entre
La Villa y el Castillo
se deslizaba caprichoso
el gigantesco río
hacia lugares ignotos.
De la
baranda colgados
dos ojos perdidos
en el panorama congelado
errando el blanco
vertieron dos hálitos fríos
sobre el tortuoso río.
(Otros dos inexistentes ojos
¡ay!
llenos de ansia
se percataron del panorama.
Sus dos córneas
¡ay!
flotaban
en una acuosa mirada)
Prendidos
de la fría baranda
dos ojos colgaban.
(Dos
negros ojos
cubiertos de lágrimas
hubieran querido deseosos
descansar su pesada carga
sobre la helada espalda
de la cansada baranda)
En los
baluartes de La Villa
por los años de la guilla
dos negros ojos extraviados
entre el Castillo y La Villa
hubieran querido encontrar
¡ay!
el amor deseado.