Entrevista
con Justo S. Alarcón
(Segunda parte)
Por Lupe
Cárdenas
Arizona State University West
Esta es la segunda parte de la entrevista hecha al profesor Alarcón
y que habíamos prometido hace algún tiempo. La primera
ya apareció aquí, en la revista Confluencia. Esta
última se había concentrado, en su mayor parte, sobre
las ideas del autor acerca del proceso creativo. Ahora nos hablará
de su propia obra y de cómo la enfoca él mismo desde
el ángulo crítico. Creo que es una experiencia inusitada
para un lector escuchar al autor hacerse crítico de su propia
obra. Veamos.
Lupe Cárdenas
En la anterior entrevista, profesor Alarcón, usted nos había
prometido que nos iba a hablar de su propia obra literaria. Aquí
estamos listos para que nos brinde ese enfoque personal. Comencemos
con la primera pregunta. ¿Cuál fue la primera pieza
literaria que usted ha escrito?
Justo S. Alarcón
Como te había dicho la otra vez que me invitaste a una entrevista,
la primera cosa que hice en este sentido fue escribir un cuentito
cuando yo era todavía muchacho y comenzaba la secundaria.
Te acordarás de mi auto-lancha trasatlántica. Bueno,
esa primerísima experiencia me dejó un poco avinagrada
la imaginación. Fue a todas luces claro que a mi maestro
no le había gustado mi cuento, y me lo comunicó con
la franqueza y desfachatez más abrumadora que yo jamás
hubiera experimentado en mi vida escolar. Yo, siendo muy joven todavía,
y como te puedes imaginar, quedé muy herido. En fin, recordaré
siempre esa amarga experiencia. Después pasaron muchos años
sin que se me ocurriera escribir, hasta que en los años setenta,
aquí, después de ver en la televisión una cosa
increíble, tomé la pluma y comencé a dar duro
contra las injusticias perpetradas contra el hispano. Se trataba
en aquel incidente de una familia de ricos rancheros que, para divertirse,
tirotearon con una escopeta a unos cuatro inocentes jóvenes
mexicanos que habían cruzado la frontera buscando trabajo
agrícola para ese fin-de-semana. En una sola noche escribí
mi primer cuento, que se publicaría después dos o
tres veces más. Un cuento descarnado, fuerte e, incluso diría
yo, brutal. Se titula, como te había dicho en la otra entrevista,
Ojo por ojo y.... También apareció una reimpresión
en Semana de Beallas Artes, de la UNAM, en México.
Como me pareció haber tenido un tanto de éxito, continué
escribiendo. A éste siguieron otros cuentos que, más
tarde, los recogí en una colección que llevaría
por título Chulifeas fronteras.
LC
¿Por qué no comenzamos a hablar sobre este libro,
ya que usted lo mencionó ahora, y fue el primero? Ante todo,
¿qué fecha de publicación lleva, y quién
lo publicó?
JSA
Como colección, apareció en 1981, y fue publicado
por la ya desaparecida editorial Pajarito Publications, de Nuevo
México. Añadiré que esta casa editorial, como
la mayor parte de las que había en los sesenta y setenta,
tuvieron una existencia precaria y relativamente fugaz. Dependían
fundamentalmente del esfuerzo individual o de un grupo muy reducido
de entusiastas. Pero todas ellas dejaron un legado que perdurará
por largo tiempo. Si no fuera por esta editorial, y otras semejantes,
hubiéramos perdido los primeros frutos de la literatura chicanohispana.
LC
¿Cuántos cuentos integran esta colección y
cuánto tiempo transcurrió entre el primer cuento y
el último?
JSA
El número total de cuentos que integran esta colección
es de ocho. El tiempo transcurrido entre el primero y el último,
no sabría decírtelo. Pero diría yo que serían
unos cinco años. Todos ellos escritos por los años
setenta.
LC
La temática general, como el mismo título indica,
es "la frontera". ¿Por qué seleccionó
la frontera como temática y ambientación?
JSA
La temática, aunque trata de una realidad harto compleja,
que es la frontera, es bastante limitada. Digo esto porque, como
te puedes imaginar fácilmente, la frontera, es decir, esa
enorme franja que divide, o mejor dicho, que une geográfica
y económicamente dos países limítrofes, es
un mundo en ebullición, un mundo muy complejo y un universo
en miniatura. Por eso, en ocho cuentos, no se puede tocar el número
incalculable de posibles temas. Pero sí considero que, en
esta colección, se tratan temas evidentes para todo aquél
que tenga ojo de observador. En cuanto al "por qué"
seleccioné la frontera como tema y ambientación para
esta colección, hay varias razones. Allá por el año
1972, tuve la oportunidad de hacer un poco de investigación
sobre la lingüística del chicano en la Universidad de
Texas en El Paso. Específicamente, con los estudiantes hispanos
de la Universidad. Duré un semestre académico, es
decir, unos cuatro meses. Viví en El Paso durante ese tiempo.
Cruzaba la frontera, a lo menos, una vez por semana. El resultado
de mi investigación lingüística no fue de gran
importancia. Irónicamente, me salió más fructífera
la observación de la conducta socioeconómica de la
gente de ambos lados de dicha frontera que el estudio académico
de la conducta o práctica lingüística del chicano.
Por otra parte, me pareció que la frontera era la confluencia
de dos actitudes culturales bastante diferentes de hispanos: los
mexicanos al sur y los chicanos al norte de dicha franja geográfica.
Además, me di cuenta que el anglosajón que vive en
esta región ya no es el mismo anglosajón que vino
del Este. Aún aquéllos que transmigran del Este al
Suroeste, después de varios años de vivir en estas
latitudes, cambian un poco su actitud, a causa de la fricción,
contacto e influencia hispana. Tenemos que darnos cuenta también
que, como vasos comunicantes, hay influencias de ambos lados y entre
ambos grupos culturales. O sea, que tenemos un triángulo
de contacto cultural interesante: el mexicano, el chicano y el anglosajón.
Para responder a tu pregunta, no podía yo perder esta oportunidad
para desarrollar y recrear, por medio de la ficción, esta
realidad tan interesante y peculiar. Y así fue.
LC
¿Qué aspectos temáticos seleccionó usted
para elaborar esta colección?
JSA
Fíjate que semiconscientemente escogí aquellos que
se me venían espontáneamente. Es decir, después
de innumerables visitas a Ciudad Juárez, México, de
recorrer sus calles, de comer en sus restaurantes, de entrar en
un sinnúmero de tiendas "curios", de ver las residencias
de ricos y los dilapidados barrios de los pobres, que eran la mayoría
y de, por qué no, entrar en algunos cabarets, me creé
un mundo muy mío, en mi solitaria alma. En medio de un bullicio
increíble, yo me sentía solo, muy solo. No porque
no hubiera gente con quien hablar, dialogar, gente amable en su
mayoría. Mi soledad radicaba en lo que veían mis ojos.
Un mundo artificial. Un mundo enajenado, dependiente, en función
de algo que no era suyo y de alguien con quien no "se podía
encajar". Un mundo que colgaba del aire. Una existencia banal,
que se vive al día, que no sabe uno qué es lo que
le espera al día siguiente, a la vuelta de la esquina. Un
millón de personas, de todas edades, de todos niveles sociales,
con una superabundancia de pedigüeños, de pordioseros.
En fin, gentes desencajadas. Como si caminaran sin tocar al suelo.
Sin arraigo. Esto todo, así expresado vagamente, como visión
y sentimiento existenciales, por no decir existencialistas, me llenaba
el alma de soledad. Se me hacía abrumador, casi intolerable.
Una explotación humana elevada a una potencia o grado sumamente
devastador. En concreto, como te indiqué, iba tomando nota
de aquí y de allá. Después, me encerraba en
mi apartamento y, por la noche, dejaba que esa película surrealista
recorriera las entrañas de mi imaginación. Me sentaba
a la mesa y, a las tantas de la noche, dejaba que la pluma fluyera.
Sin esfuerzo se agolpaban las imágenes. Tenía que
seleccionar y descartar muchas de ellas que se entrometían
en algún propósito mío concreto. En fin, este
es el ambiente en el que se alimentaba mi fantasía y del
que brotaron estos cuentos. Sé que no estoy contestando a
tu pregunta, pero necesitaba exponer el contexto emotivo para que
puedas comprender en qué aguas nadaba yo en aquel entonces.
LC
Está bien. Quizás yo debiera haberle hecho otra pregunta
antes, sobre este trasfondo interesante y que me parece imprescindible.
Después de haber expuesto este ambiente del que nació
la obra, ¿podría usted ahora decirnos o contarnos
algo sobre los temas desarrollados? O, si le parece, comenzar por
los títulos de la colección, Chulifeas fronteras,
y, si desea, puede hablar ya sobre algún cuento en particular.
JSA
Creo que es una idea excelente la de comenzar por los títulos.
Como te dije antes, el primer cuento fue "Ojo por ojo y...".
A éste siguió "Contaminación". Sería
imperdonable que el personaje llamado "aduanero" se quedara
sin entrar en la colección. El aduanero, a mi modo de ver,
desempeña una función, para bien o para mal, importantísima
en la frontera. Para él, la verdadera frontera, su trabajo,
su función es muy peculiar, por ser bien definida en cuanto
individuo. Se ocupa de lo que diríamos "la línea"
o "la raya" fronteriza, demarcadora geográfica
y geométricamente hablando de dos países vecinos.
Sin embargo, el impacto de esa función particular conlleva
una trascendencia incalculable, por extenderse hasta el interior
de México. Nosotros lo vemos como un "funcionario público",
guardador de unos escasos metros de terreno. Pero no es así,
porque él representa el brazo que se extiende no sólo
por dos estados fronterizos, sino que es el tentáculo que
abarca desde Washington hasta la frontera, todo México y
Centroamérica. Pues bien, le dediqué un cuento al
"aduanero". Naturalmente, toda esta visión global
que acabo de exponerte no cabría en unas cuantas páginas.
Así que seleccioné a un personaje, mezcla de anglo
y de hispano. Ya sabes que, algunas veces, esa terrible "persona"
del aduanero resulta no ser solamente "gringo", sino también
hispano. Para mí, este detalle adquiere proporciones incalculables,
como para todo chicano que quiera cruzar la frontera en las dos
direcciones. Algunas veces los ponen a ellos como anteojos, como
máscaras teatrales, como escudos y como peones en un tablero
de ajedrez. Estoy plenamente seguro de que sabes a qué me
estoy refiriendo. En pocas palabras, he visto y sentido en mi propia
experiencia, desgraciadamente, que algunos aduaneros de los nuestros
se portan con más "solemnidad", porno decir arrogancia
vana, que los otros. ¿Entiendes? Pues, como dije, tuve que
dedicarle un cuento a este personaje. Claro, a través de
él, describí la tremenda falta de humanismo, la arbitrariedad
y la subjetividad en "la aplicación de la ley"
y el maltrato frecuente a que están sujetos nuestros hermanos
de raza. Naturalmente, el tema del racismo y de la diferencia de
culturas entra en juego, con la gran ironía de que este personaje
es "medio raza". Al final del cuento, se le aplica la
"justicia literaria", cayendo él mismo en la más
vil de las tragedias. Contrae sífilis y, finalmente, creyéndose
burlado matrimonialmente, se da un tiro, con la misma pistola tan
reluciente que mostraba a sus medio hermanos de raza. Peleando obsesionadamente
contra la "contaminación" de las razas, él,
medio mestizo, fue "contaminado", precisamente por aquel
medio contra el cual luchó toda su vida.
LC
¿Qué otros temas toca usted en esta colección?
JSA
Otro tema que me parece esencial es el de la identidad. Si partimos
del supuesto que esta frontera, por su propia naturaleza es "bilateral"
o "binacional", nos llevaría a una errónea
hipótesis de que las cosas deben ser o son y están
bien delimitadas, así como si todo encajara en los dos colores
polares de blanco y negro, es decir, angloamericano, por una parte,
y mestizo mexicano/chicano, por otra. Pero la realidad, sin embargo,
es muy otra. Existe una gran variedad arcoírica, no sólo
de colores raciales, sino también de lenguas, de clases sociales,
de negocios, de músicas, de comidas, de intereses y de entretenimientos.
En particular, voy a nombrar algún tema que traté
de desarrollar en estos cuentos, con sus títulos correspondientes.
En "ojo por ojo y..." traté cuatro o cinco temas,
en mi opinión, importantes. El del negocio agrícola
y el del peonaje consiguiente, el de la explotación del peón,
la superioridad racial del más fuerte y el de la tortura.
En "Contaminación" se ataca el racismo, la deshumanización
no sólo del que cruza la "línea" divisoria,
sino del mismo aduanero, personaje éste completamente deshumanizado
y robótico. Aquí, esta deshumanización le cae
por igual al anglo como al hispano, por ser un nuevo mestizo el
personaje central del cuento, el anlgochicano. Este personaje es
el representante oficial del sistema opresor norteño. En
"Reconocimiento" he tratado de hacer un estudio psíquico
cultural sobre el tema de la identidad, o falta de la misma en el
chicano (pretérito mexicano), que busca sus raíces
en México y el mexicano (futuro chicano) que busca el sueño
contagioso de la sociedad del "Coloso del Norte". En el
proceso, ambos pierden, o no encuentran, esa completa identidad
soñada. El estudio que hice, o traté de hacer, es
el de cruzar la línea temporal, a la cortaziana, de regresar
al pasado y, al mismo tiempo, y por eso mismo, entrecruzarlo con
el futuro. John Díaz, chicano, y Juan Díaz, mexicano,
resultan ser el altergo de un mismo individuo, John Juan
Díaz Díaz. En "El mercado" me esforcé,
con dificulyou want to talk with her,tad, de exponer quizás
uno de los puntos o ejes claves sobre el que gira toda esta tragedia
humana. Me refiero a la economía capitalista de dependencia.
Cómo la economía de los dos países, alegóricamente
religiosa porque el "mercado" es un "templo",
zarandea a esta ingente masa de seres humanos transeúntes
y desarraigados. En el cuento "Despojo", quizás
uno de los mejores logrados en mi opinión, toqué otro
tema, lastimosamente, de mucha importancia. Se trata de un cabaret.
En este cuento quise no sólo exponer la explotación
del cuerpo de nuestras jóvenes en el negocio de la prostitución,
sino también, y al nivel alegórico, la pérdida
de la cultura hispana a causa del contacto explotativo del anglosajón.
Un cuento especial es "El puente". Lo puse al final de
la colección, porque, me dije, "Aquí hay mucha
tragedia, mucha sangre y mucha miseria humana. Quiero terminar la
colección con algo bonito, algo esperanzador". Diseñé
(porque te diré que yo dibujo, siempre que puedo, la estructura
de mi narrativa) el cuento con cuidado antes de comenzarlo. Quise,
como dije, que fuera algo positivo y alentador. Enamoré a
un estudiante fugitivo mexicano (del tiempo de Tlatelolco), que
se vino a la frontera, y le preparé una cita con una bella
chicana de la universidad de El Paso. Se enamoraron, qué
remedio. Pero, entre un sinnúmero de dificultados, a causa
de la institución aduanal (que traté en "Contaminación"),
la unión final y matrimonial no se puede llevar a cabo. El
muchacho estudiante, aunque ayudado por la bella estudiante chicana,
no tiene éxito, y todas las esperanzas de cruzar la frontera
y unirse a ella quedaron frustradas por una bala que le alcanzó
en la cumbre del jorobado "puente", supuestamente símbolo
de unión. Ella, esperando una criatura, en un momento de
desesperación, se tira del puente. Al día siguiente,
aparece flotando en las aguas canalizadas del río. La intención
lógica y consciente fue traicionada por el instinto o lógica
del subconsciente. En fin, no logré el romance que tenía
previsto para este cuento, que clausura la colección.
LC
Si fuéramos a entresacar de los ocho cuentos de la colección
el que usted cree más completo y representante en cuanto
a la temática, ¿cuál nos señalaría?
JSA
Sin duda alguna "Resbaladero". Con ello no quiero indicar
que sea el mejor o el peor de los ocho. Fue el que más trabajo
me dio. Al que le dediqué más diseños y más
horas de infatigable "pensar". Alguno pudiera decir, con
razón, que es demasiado cerebral. Acojo esa crítica
sin titubeos. Como te había dicho en la otra entrevista,
cuando el autor se hace esclavo de la lógica, del concepto
y del cálculo, el resultado es evidente: la obra será
cerebral y, por tanto, seca. Tendrá mucho de idea y poco
de emoción. Estas dos cosas son necesarias, pero si el fiel
de la balanza se inclina hacia uno de los dos lados, aunque sea
solamente un poquito, el producto será una u otra cosa, algo
más de esto que de aquello. Y, entonces, aparecen las imperfecciones.
En fin, en ese cuento traté desesperadamente de conjugar
varios niveles temáticos: el sistema de educación,
las clases sociales bien delimitadas, aunque en movimiento perpetuo,
y las diversas instituciones religiosas. O sea, tres instituciones
que son tan importantes en la vida cultural de cada pueblo. En este
caso, del chicano. Vemos las grandes caminatas, reales y simbólicas,
por las que atraviesa el mexicano y el chicano para "escalar"
los peldaños del "resbaladero", o sea, de la sociedad
del ensueño, de "la tierra de promisión americana"
para quedarse, al final, con que no encuentran más que sobras,
destrucción y desolación. El mexicano, que poco a
poco va dejando su lengua nativa para aprender la lengua "oficial"
de su nuevo país de adopción, se encuentra al final
(después de llegar a la cumbre del "resbaladero"/peldaños
sociales) con que, desde la cumbre, todos los anglos "resbalaron"
o cruzaron la frontera hacia el sur (una des-inmigración)
para quedarse con la antigua casa y lengua de donde procedían
los futuros chicanos. O sea, lo de la víbora, que no hace
más que tratar de morderse la cola.
LC
Habiéndonos dado ya un breve viaje por el panorama temático,
¿por qué no entramos ahora en el otro aspecto antes
mencionado? En otras palabras, sobre el asunto de la técnica
que usted se trazó para estos cuentos.
JSA
Me parece muy bien. Pero tengo algo de "mieditis", por
el simple hecho de que, al parecer, al autor le está vedado
hablar críticamente de su propia obra. Pero allá tú.
Si te atreves a echarte encima esta responsabilidad, por mi parte
no hay inconveniente. No esperes, sin embargo, nada profundo ni
oficial. Me gustaría mantener un nivel medio confidencial
o "confesional", si te parece. Lo que sigue, por tanto,
míralo como descripción más que como análisis
crítico.
LC
Por mi parte no hay inconveniente. Y, sí, cargo con la responsabilidad,
por haberle inducido a ir contra lo "vedado". Nos había
insinuado hace poco que usted suele "diseñar" o
"dibujar" sus cuentos. ¿A qué se refiere
con eso? ¿Pudiera explicárnoslo un poco más?
JSA
Pues sí. Siempre trato, cuando es posible, "dibujar"
el esqueleto de mis cuentos. Así, literalmente, como suena.
Esta misma técnica trato de seguirla con mis novelas, aunque
se me hace un poco más difícil, por tratarse de un
texto mucho más amplio y complejo. Para darte uno o dos ejemplos,
comenzaré con el cuento "Reconocimiento". La temática
misma me dio la idea para el "diseño". Quería
que el personaje central, el único, por así decir,
que domina todo el cuento, se moviera en un encuadre geométrico
apropiado para lo que se trataba de hacer. Y, lo que se trataba
de hacer, era de "encuadrar" en él el tema de la
identidad. Esta identidad sería doble, como doble es la personalidad
del portagonista: mitad mexicano y mitad chicano. Uno que viene
del sur, en su peregrinación hacia el norte (futurista) y
otro que va hacia el sur (pretérita), buscando sus raíces.
O sea, como ya dije, el mexicano (futuro chicano) y el chicano (futuro
mexicano). Pare ello, de inmediato se me imponía un crucero
o cruz, unas líneas convergentes e intersecantes. Como todo
tendría que llevarse integralmente en la misma frontera,
me pareció fácil hacer varios dibujos con la "alambrada".
Me di cuenta de que la forma geométrica de una alambrada
era lo que necesitaba. Rectángulos cuadriculados. Estos rectángulos
me van a servir muy bien para asociarlos a la cuadriculatura del
tablado de boxeo, de la forma cuadrada de los edificios de los bancos,
de la cuadratura de las ventanas de las casas, etc. Por otra parte,
necesitaba algo ovalado, algo ondulado. Para ello me fijé
en las lomas o colinas de la ciudad de Nogales, soñé
con las pirámides mexicanas, etc. Todo ello para, después,
poder entrelazar la cuadratura con la curvatura. ¿Para qué
me serviría todo esto? Para trazar, de un lado, la idea de
la peregrinación o de los viajes rectilíneos de las
dos partes de la identidad (mexicana y chicana) de los dos viajeros.
Para señalar los dos puntos cardinales y lineares, en este
caso de norte a sur y de sur a norte. Juan Díaz, la parte
correspondiente a la mexicanidad, que emigra hacia un norte soñador
y futurista, se prende de la alambrada cuadricular. A partir de
ahí, para él, todo es cuadriculado. Sus ojos, pegados
a la alambrada, se hacen cuadrados, es decir, ven todo cuadriculado,
que es la figura geométrica preferida de los bancos, de las
calles de la ciudad fronteriza y sureña, de los edificios
en donde sueña trabajar y de los campos agrícolas
en donde, con mayor probabilidad, tendrá que laborar. John
Díaz, la parte correspondiente a la chicanidad, por el contrario
cruza la alambrada y se encuentra con que casi todo tiene forma
ovalada o piramidal, como las lomas, las pirámides sureñas,
etc. Al final del cuento, los dos se encuentran en la alambrada,
inversamente colocados. Han invertido sus identidades, sus medias
identidades. Los dos se encuentran y se "reconocen", aunque
sea sólo parcialmente, mirándose de hito en hito a
través de la cuadriculatura de la alambrada. Pero, con la
gran diferencia que, aunque uno ve cuardicularmente, el otro ve
piramidalmente. Aunque el banco cuadricular y la pirámide
piramidal no tienen mucho de semejanza entre sí, ambas se
basan en líneas geométricas y rectas. Entrelazado
a todo esto, como elementos diseñadores, la Vía Láctea
(o "Camino de Santiago") y el juego de los espejos, fungen
como símbolos de la peregrinación de los personajes
y de la identidad psicológica y cultural de los mismos. Básicamente,
Lupe, éste es el "diseño" fundamental para
este cuento. Pero, claro está, yo no me meteré a sacar
las conclusiones críticas e interpretativas que yo, como
autor, tenía presentes. Ahora le corresponde al lector crítico
hacer su otra mitad del trabajo. Digamos que el yo-autor y el lector-crítico
somos como Juan Díaz y John Díaz. Nos corresponde
a los dos juntos buscar la "identidad" y la "complementarización"
de la obra literaria.
LC
Encuentro muy interesante la revelación esquemática
que nos ha presentado sobre este cuento. Hace un rato nos había
dicho también que quizás "Resbaladero" fuera
el cuento que más trabajo le dio en cuanto a su "diseño".
¿Podría explicarnos el por qué de este aserto?
Le pregunto esto, porque, para qué callarlo, hace un par
de años que yo misma hice un pequeño estudio sobre
este cuento suyo. Me interesaría, sobre todo a mí,
y en gran manera, su propia exposición sobre esta complicada
pieza narrativa suya.
JSA
Es cierto. Este cuento es complicado y me llevó tiempo concebir
su estructura tal y cual yo quería que fuera. Otros cuentos
no los concebí tan cerebralmente como éste. Su diseño
podría exponértelo de la siguiente manera. Como el
mismo título indica, me valí sencillamente de la forma
geométrica de un "resbaladero", de ese "juguete"
que encontramos en los parques para que los niños se rompan
los huesos y se amoraten las nalgas. No sólo tuve en mente
su forma geométrica, sino también la numerología,
es decir, lo construí a base del número seis, añadiéndole,
claro está, el "comodín" del séptimo
número, que puede ser cabalístico. Como ya puedes
imaginarte, temática y simbólicamente va a tener un
significado bíblico y genesíaco, además de
socioeconómico. Seis son las subclases sociales y económicas,
seis son los días de la creación, seis son los años
de la escuela primaria, seis son los de la secundaria y seis, por
término medio, son los años que necesitan nuestros
estudiantes para sacar su bachillerato. Por otra parte, el número
seis era conveniente para diseñar arquitectónicamente
algunos de los edificios que entran en el cuento, como la forma
sexagonal de la sinagoga, seis son los puntos de la estrella de
David, seis son los capítulos de la historia americana, seis
son los tapices que encontramos en la catedral barroca, etc. Matemáticamente
me fue conveniente trabajar con los múltiples de seis para
ir "despoblando" a la Raza que va subiendo cada peldaño
del "resbaladero" social, económico, pedagógico,
político, religioso, etc. Así, comienzan en la subclase
baja 60,000,000 de hispanos. Cuando llegan a la cumbre, es decir,
el último peldaño que corresponde a la "superclase",
solamente quedan 60. Los demás desaparecieron en los otros
peldaños. Pero con la gran ironía de que los sesenta
profesionales que llegaron, cuando llegaron a la cumbre, al cenit
se encontraron con "la nada". De nada les valió,
porque aquello que iban persiguiendo, o sea, alcanzar el cenit de
la sociedad del anglo, dejó de existir, al darse cuenta de
que el anglo ya había "resbalado" por el otro lado,
hacia México, buscando la fuente principal de riqueza mexicana,
el petróleo. El chicano se ve forzado a "volver otra
vez a su casa" para encontrarse que, de nuevo, salió
burlado económica, política, cultural, lingüística
y, en una palabra, históricamente. Continuamos "mordiéndonos
la cola", como la culebra. Y éste era realmente el mensaje
o la tesis que yo quería transmitir con este cuento.
LC
Algo de esto había percibido yo en aquel tiempo, pero ahora
resulta bastante más claro todo. Cambiando ahora un poco,
¿podría extraerle alguna otra idea, diseño,
forma o estructura de la novela Crisol? Para comenzar, ¿podría
decirnos por qué tres partes? Y, ¿por qué tres
títulos, al parecer, un poco vagos? ¿Se trata de una
trilogía?
JSA
No pides nada, Lupe. Algo sí puedo revelarte. Para serte
franco, el diseño de Crisol fue cobrando forma a medida
que iba escribiendo la novela. \ Esto en cuanto a la primera parte
de la "trilogía", quizás la más débil
estructuralmente. Las otras dos, sobre todo la tercera, me ocurrió
un poco como "Resbaladero". La trabajé mucho. Para
comenzar, deja que te diga que, bajo las tres partes, "vagas",
como tú dices en cuanto al título, traté de
indicar que se trataba de tres centurias, de tres siglos del hispano
vis-à-vis tres cientos años de historia del
imperio anglosajón. Comienzo por el presente ("Realidad"),
me retraigo después hacia el pasado ("Reminiscencia")
para desembocar, después, en el futuro ("Realización").
Para ello me basé en la fórmula orteguiana que dice
que "el presente es un futuro sido". Tienes mucha razón
al decir que son unos títulos "vagos". Pero es
que así me propuse hacerlo. Más bien que vagos, diría
yo, "misteriosos". No quise "revelarme" del
todo para dejar al lector que se quemara las cejas un poco. O sea,
esos tres períodos corresponden, respectivamente, al primer
centenario, al segundo centenario y al tercer centenario futurista
de dicha historia. Claro, el tercer centenario todavía no
ocurrió. Lo estamos comenzando. Nos hallamos, pues, ante
una visión "futurista" de la historia, de aquello
con que el narrador se encontró saltando casi cien años
antes de que ocurriera, pero que, basado en lo que ocurrió
en los dos cientos años pretéritos, trató de
profetizar y de pronosticar las condiciones en que se encontraría
el hispano para entonces. No me preguntes más, porque no
tendría lugar para tanto. Baste decir que todo fue un sueño
que le ocurrió a Miguel Torres durante su breve estancia
en el hospital, durante su delirio causado por un accidente automovilístico,
como queda bastante claro en la novela.
LC
Si me permite una pregunta más, me gustaría que nos
dijera algo sobre la estructura de las tres partes de la novela.
¿Quisiera hacer algún comentario sobre esto?
JSA
Ya que me lo pides quisiera añadir, desde el punto de vista
de la estructura de la novela, lo siguiente. Para la primera parte,
"Realidad", la estructura es simple y cronológica.
No hay misterio. Para la segunda, "Reminiscencia", toda
ella está resquebrajada. Quise indicar gráficamente
con ello que, en la primera centuria de la historia del anglosajón,
el chicano o hispano no vio ni experimentó más que
distorsiones, resquebrajamientos y desorientaciones. Las cosas no
mejoraron mucho durante la segunda centuria. Es en la tercera, en
el siglo de "La Presidenta", en donde, por fin, el hispano
ve la posibilidad de recuperar y reconquistar lo perdido histórica
y culturalmente. Simbólicamente, se trata de una marcha,
que aunque muy desorientada, fue exitosa desde el punto de vista
racial y agrícola (cultural), porque, además de llevarse
a cabo el fenómeno "crisol" de una manera violenta
y un poco indecorosa, el hispano pudo, al mismo tiempo, "reconquistar"
su doble cultura: la del maíz precortesiano y la del trigo
hispánico. Todo ello en las Planicies del Midwest. Me gustaría
añadir que este hilo histórico se encarna bastante
bien en el personaje central, el Dr. Lázaro Villa, alias
"Leñero". El lector atento descubrirá que
el Dr. Lázaro Villa estaba ya en su madurez y plenitud en
la primera parte, es decir, en el presente. Ya comenzando la segunda
parte ("Reminiscencia"), la novela se encamina hacia atrás,
recorriendo al revés las diversas etapas cronológicas
del protagonista. Termina precisamente con el nacimiento. Y la tercera
parte ("Realización"), que es la futurista, vemos
al "feto" Lázaro Villa que, como en su "viaje
a la semilla", a lo Carpentier, desaparece en las constelaciones
estelares, volviendo a reaparecer supuestamente en el tercer centenario.
Pero esta reaparición no va a ser biológica, sino
más bien toma el cariz de una reencarnación ideológica
y profética, de acuerdo a lo que él había pronosticado
en las dos primeras partes de la novela. Y aquí le corto
para no sacarle a los lectores el quehacer o placer de interpretar
el texto a su manera y gusto.
LC
Creo que con esto ya nos ha revelado algunas cositas que a mí,
personalmente, me tenían un poco intrigada. ¿Podríamos
pasar brevemente ahora a su segunda novela, Los siete hijos de
La Llorona?
JSA
Pues si tú lo deseas, pero tiene que ser "brevemente".
En particular, ¿qué te interesaría saber?
LC
Otra vez percibo aquí, entre otras cosas, mucho de "numerología".
¿Podría explicarse o, al menos, explanarse un poco
tanto al nivel temático como al nivel de diseño?
JSA
Pues, como te decía antes, Lupe, no pides casi nada.... Si
te fijas bien en el título ya tienes indicados el tema principal
y la técnica fundamental. El tema es el del mito-leyenda
de "La Llorona" y la técnica o "diseño"
se basará en el número siete y las varias modalidades
que éste pueda simbolizar. Sobre el tema, no merece hablar
mucho. Se me antojó que ya era hora de ir des-mitificando
la consabida leyenda de esta mujer tan manipuleada y explotada a
través de la Historia. Sabemos, por la psicología
colectiva, desarrollada principalmente por Carl G. Jung y su escuela,
que esta leyenda corresponde a un arquetípico muy importante
en todas las culturas. Es el arquetipo de la Gran Madre. Tú
debes saber a qué me refiero, porque tú escribiste
tu disertación doctoral sobre él. Pues bien, este
arquetipo, de naturaleza inconsciente, en el proceso de desarrollo
hacia el consciente, se bifurca, tomando dos aspectos binomiales:
el de la Madre Buena y el de la Madre Terrible. Aquí precisamente
entra La Llorona. Sin quitarle nada de "realidad" psíquicocultural,
traté de des-mitificar el arquetipo, identificando o, mejor
dicho, substituyendo para ello el "mito" llamado Llorona
por la "realidad" social. Es decir, la verdadera Llorona
es la Sociedad, bajo todos sus atributos negativos, como la parte
negativa del binomio antes aludido. Aparte de este tema global,
se tratan otros temas o sub-temas, todos ellos relacionados al global.
La Llorona emite un mensaje a los "Hijos" (personajes
de la novela), diciéndoles que ya estaba cansada de ser el
receptáculo de tanta "culpa" que las instituciones
sociales le echaban encima. Sus "Hijos", para vindicarla,
"toman la justicia en sus propias manos", como se dice
por aquí, pero que ellos lo traducen al otro adagio de "rescatar
el honor de una víctima inocente". El plan es simple:
secuestrar y enjuiciar a "siete" personajes (no protagonistas),
símbolos de dichas instituciones. El orden es más
o menos progresivo: de lo espiritual o religioso hasta lo material
o materialista. Comienzan por un Arzobispo para terminar con un
banquero, pasando por una maestra, un juez, un político,
un ranchero y un médico. Todos reciben su castigo, que va
de lo meramente psíquico hasta lo más abiertamente
físico o biológico. Hay que suponer que, como ellos
los personajes secuestradores se mueven en una sociedad
ajena a su cultura de origen, tendrán que sufrir las consecuencias
a manos de esta sociedad, como así les ocurre al final de
la novela. No te olvides de que "tomarán la justicia
en sus propias manos", principio ajeno al sistema de jusrisprudencia
de este país. Sin embargo, los reos tendrán un licenciado
y un jurado, compuestos ambos por los secuestradores. La sentencia
final será evidente. Y esto es, fundamentalmente, el tema,
salpicado de muchos sub-temas encadenados al principal.
LC
¿Podría ahora hablarnos de la estructura o "diseño"
de la obra, en especial, de la numerología?
JSA
Como te había indicado antes, el número siete es fundamental.
Tuve yo que pensar mucho para edificar todo este edificio narrativo
sobre esta base un tanto cabalística, si quieres. No se me
escapaba a mí la función de una "leyenda".
¿Cómo explotar con creces este "mito" para
adaptarlo al estudio desgarradoramente "real" del chicano?
Pues usando la numerología. Con esto no quiero que vayas
a pensar que tengo una mentalidad "oriental" o "gnóstica"
o lo que quieras. No le atribuyo conscientemente ningún valor
gnóstico a este número (aunque subconsciente o inconscientemente
no lo niego) en la novela. Lo empleé como otro de los muchos
"encuadres" de mi narrativa. Como puedes observar, por
ser evidente a todas luces, que tanto los secuestradores como los
secuestrados son siete. Puesto que estamos en un siglo de toda clase
de movimientos, incluyendo el feminista, tuve cuidado de incluir,
entre los siete secuestradores, a tres mujeres y, entre el número
de los secuestrados, a una mujer. En siete capítulos está
divida la novela. Cada capítulo se ajusta, generalmente,
a siete diálogos y a siete pequeñas narraciones. Algunas
veces te encontrarás con que algún párrafo
está dividido en siete frases. Por otra parte, hablando de
los personajes, en los capitulillos que fungen a modo de conclusión
de cada capítulo, se mencionan fuerzas policiales. Y bien,
en cada uno de ellos aparece un símbolo básico que
define al uniforme de un grupo policial. O sea, se presenta en cada
uno de ellos una séptima parte de lo que será un policía.
Pero al final, no nos encontramos solamente con un policía,
sino con siete policías y siete cuerpos policiales (la policía
citadina, la "migra", los "posse", los "highway
patrols", los famosos "rangers", los "border
patrols" y, cómo no, los muy famosos "KKK",
por obvias razones. Si ahora multiplicas siete "fuerzas"
policiales por siete capítulos, obtendrás cuarenta
y nueve. Que resultan ser los 49ers., simbolizando de esta manera
la suma fundamental de los estados de la Unión Americana,
con implicación, claro está, del General Steve Watts
Kearny y sus 49 dragones y, más tarde, los pioneros del "Gold
Rush", que llamaban también los 49ers. En fin, ya
con esto puedes darte cuenta de la importancia estructuradora y
de diseño de esta novela. Pero temo que "expuse mi propio
secreto" demasiado ampliamente. No quiero decirte con esto,
ni mucho menos, que la única fórmula estructuradora
de esta novela sea el número siete. Porque hay otros símbolos
muy importantes también, como todos los relacionados a "La
Madre", amén de otros "secretos" creo que
importantes. Pero esto ya se lo dejo a los críticos. Lo que
yo traté de indicarte aquí, bajo tu petición,
quizás un tanto insistente, es revelarte un "diseño"
específico para esta novela, como hice con Crisol
y algunos de los cuentos contenidos en Chulifeas fronteras.
Ni más ni menos. Espero que el lector de esta entrevista
no vaya a interpretar la novela unilateralmente, basándose
sólo en lo que acabo de exponer aquí, pues se equivocaría
un tanto. Y, con esto, termino esta plática a la que muy
"sutilmente" me has incitado.
LC
Perdone si lo incité a que hablara tan abiertamente sobre
su obra, pero, por otro lado, me alegro de que lo haya hecho. De
todos modos, le agradezco el tiempo y la franqueza con que nos expuso
estos "secretos profesionales". ¿Nos concedería
para otra ocasión una platicadita más sobre su libro
de poesía Poemas en mí menor, publicado
recientemente?
JSA
Tendrás que esperar a que salgan otros dos libros de poesía
que estoy gestando, lo que quiere decir que no será posible
hasta dentro de unos tres años.
Lupe
Cárdenas
Profesora de español
Arizona State University West
Phoenix, Arizona, USA
|