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Literatura. A pesar
de su enorme popularidad este mito solo nos ha llegado a través
de breves alusiones dispersas en la literatura griega Es Cierto que
Perseo es el protagonista principal de la
XII Pítica
de Píndaro, pero las tragedias de Eurípides y Sófocles
centradas en su figura. al igual que la
Andrómeda de
Eurípides, se han perdido. Ovidio, sin embargo, le dedica varios
relatos llenos de detalles en los libros IV y V de sus
Metamorfosis.
Los amores de Perseo y Andrómeda inspiraron numerosas representaciones
literarias en las cuales Andrómeda suele simbolizar el deseo
amoroso. El tema esta presente en Juan de la Cueva ("Romance
de Andrómeda y cómo Perseo la libró de la muerte
y de lo que sucedió más", incluido en su obra
Coro Febea de romances historiales, 1588, en Lope de Vega
(EI Perseo, 1611-1615 y La Andrómeda, poema
en octavas reales) y en Calderón de la Barca (1653), para
quien la victoria del héroe sobre Medusa simbolizaría
el triunfo del Bien sobre el Mal. La Andrómeda de
Corneille (1650), inspirada en las óperas italianas dedicadas
a este tema, da pie a una moralización del mito, y aunque
Andrómeda ya no aparece encadenada desnuda, sigue representando
la seducción amorosa.
El tema de los amores de Perseo vuelve a ser objeto de atención
en las Moralidades legendarias de Jules Laforgue (1888),
esta vez de forma paródica: Andrómeda es una adolescente
caprichosa y atormentada por el deseo, mientras que Perseo aparece
como un seductor cínico y fanfarrón. El verdadero
amor de Andrómeda seria en realidad el monstruo, al que consigue
resucitar bajo el aspecto de un apuesto joven.
El enfrentamiento entre Perseo y Medusa ha suscitado igualmente
múltiples interpretaciones. Medusa, a quien se representa
frecuentemente a la entrada de los Infierno aparece como un símbolo
del horror que fascina, del Mal que atrae y repele a la vez, pero
también como la imagen de la feminidad inquietante y peligrosa
que el héroe debe vencer. En Sodoma y Gomorra (1921),
Proust juega con los dos elementos del relato mítico: el
homosexual solitario que no ha conseguido encontrar compañero
aparece comparado sucesivamente a una Andrómeda a la que
ningún argonauta vendrá a salvar y a una medusa arrojada
a la arena de una playa.
· Iconografía. Perseo perseguido
por las gorgonas, vasija griega, 420 a. C., Ferrara. Sin duda
los motivos más representados son su victoria sobre Medusa
(Perseo degollando a Medusa en presencia de Atenea, metopa
del templo de Selinonte, siglo VI a. C., Palermo; Antonio Canova,
Perseo blandiendo la cabeza de Medusa, siglo XIX, Possagno)
y la liberación de Andrómeda (pavimento procedente
de la antigua Tarraco, siglo 1 a. C., Tarragona; Benvenuto Cellini,
Perseo salvando a Andrómeda, bronce, 1533, Florencia
y Louvre; Tiziano, siglo XVI, San Petersbutgo; Antoine Coypel, siglo
XVII. Louvre; Rubens, h. 1640, Madrid, Museo del Prado; escultura
de Pierre Puget, 1684, Louvre; Charles Natoire, siglo XVIII, Troyes;
Gustave Moreau, h. 1885, Paris.
· Música. Lully, Perseo, ópera,
1682.
· Cine. El legendario combate de Perseo contra Medusa
inspiró a no pocos realizadores, atraídos por las
aspectos espectaculares y fantásticos que envuelven al personaje
del monstruo. Citaremos, entre otros, Perseo y Medusa de
Alberto De Martina, 1962, coproducción hispano-italiana.
Las hazañas de Perseo para conquistar a la bella Andrómeda
y su espectacular lucha contra Medusa fueron llevados también
a la pantalla; con logrados efectos especiales, en la cinta de Desmond
Davis Furia de titanes (1981), que relata la vida del héroe
desde su nacimiento hasta su consagración.