LAS HILANDERAS o "LA FABULA DE ARACNE"
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Diego Velázquez (1599-1660)
Oleo sobre lienzo: 2,20 x 2,89
Pintura Española (Siglo XVII)
Fecha de la obra: hacia 1657.
Aunque durante mucho tiempo se consideró a estas "Hilanderas" como un
cuadro de género en el que se mostraba a unas mujeres trabajando en el
taller de la fábrica de tapices de Santa Isabel, hoy ya está probado que
se trata de un tema mitológico.
Uno de los problemas que dificultaba la identificación del asunto que
el pintor representa en esta obra radicaba en el hecho de que no perteneció
a las colecciones reales, y no se tenía noticia documental alguna sobre
la misma.
Mediados los años cuarenta de nuestro siglo, hubo autores que, basándose
en la propia entidad del cuadro y en esa complejidad y "ambigÜedad" de
significados que nos ofrecen algunos de los lienzos más significativos
de Velázquez, se resistieron a interpretarlo como una sencilla escena
cotidiana. Sus dudas se despejaron poco después, cuando la investigadora
Mª Luisa Caturla halló un inventario de las pinturas que poseía el montero
del rey Felipe IV, Don Pedro de Arce, en el que figuraba una "Fábula de
Aracne, de Velázquez", no conocida hasta el momento.
Si bien la identificación de esta fábula con el tema del cuadro que nos
ocupa ha sido admitida por la totalidad de los historiadores del arte,
hay quienes van aún más lejos buscando en él significados ocultos y simbólicos.
El que fuera una Apología de las Bellas Artes dirigida a demostrar la
superioridad del arte de la pintura sobre la artesanía manual, o una Alegoría
política basada en la "Iconología" de Ripa, son otras tantas lecturas
que, en opinión de estos especialistas, pueden extraerse de esta obra
tan rica en sugerencias.
La "Fábula de Aracne", recogida de "Las Metamorfosis" de Ovidio", narra
la contienda entre Minerva, diosa de las artes y de la guerra, y la orgullosa
Aracne, famosa tejedora de la ciudad de Lidia, acerca de quién haría un
tapiz mejor. La osadía de la joven no tuvo límites al representar en su
obra una de las aventuras amorosas del padre de la diosa, Júpiter, por
lo que ésta la convirtió en araña.
La factura de Velázquez es ya extremadamente suelta, como podemos apreciar
en el movimiento de la rueca. El lienzo pudo resultar dañado en el incendio
del Alcázar, en 1734, por lo que sufrió unas adiciones. Hay un "arrepentimiento"
visible en la cabeza de la muchacha de perfil de la derecha.
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