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No
te dije nada,
lo dejé todo al viento,
no te dije nada,
todo lo hizo el sentimiento.
Electrizamos nuestras mentes,
la corriente pasó al cuerpo.
Poderosa la palabra fuerte,
escrita con sentimiento abierto...
No decíamos nada y
lo decíamos todo.
Un atardecer dedicado,
visto con sencillez pensado,
dasabrochó en las mentes,
cayendo el vestido al suelo,
con un candor suavizado
el pensamiento delicado.
Nuestras almas desnudas
se dejaron invadir
por esas palabras mudas
que dicen y no quieren decir.
Te pedí permiso para amarte,
sin demora y con respuesta corta
en pocas palabras aceptaste
el sentimiento se atreve y así se comporta:
A medio camino,entre el tuyo y el mío.
busco y te encuentro claro,
esperando mi desvarío.
No hay palabras, sólo te miro
quiero verme en tus ojos,
quiero ese reflejo mío,
para sentirme con tu mirada,
despojos de cualquier aire frío.
Beso tus ojos otra vez besados,
hoy abiertos, hoy me miras,
hoy me dejas entrar en ellos,
hoy me aceptas, hoy soy tuya.
Rodeo tu cuerpo por la espalda,
te abrazo y beso tu nuca,
dejo sentir mis pechos
que ardientes de ti, te buscan.
Mis manos recorren tu pecho,
al palpitar de tu corazón me dejas sentir,
yo te dejo sentir el mío, en su lecho,
que en un aliento ahoga mi existir.
Te doy vuelta y te abrazo pecho a pecho,
para fundir nuestro cuerpos, en un suave beso.
Tus manos y sus dedos
mi cuerpo exploran,
reaccionan mis sentidos,
aspiro y te huelo, todo lo valoran,
mi lengua recorre el sabor de lo tuyo...
tus rincones descubro, nada se ha ido.
Palmo a palmo vamos conociendo
cada uno de nuestros secretos,
cuello, pecho, labios, oídos,
todo vale, todo quiero.
El despertar de un gemido,
nos alerta otro camino,
cuerpos y extremidades se tocan y se juntan.
Tu hombría de macho
recorre mis curvas,
y mi ansiedad de hembra
descorre las cortinas.
Te busco, me buscas,
mis manos te tocan
y también las tuyas.
Carnosa y dura la exigencia,
urge recorrer las entrañas,
abro mi puerta y entras,
para cabalgar juntos las montañas.
Caminos sedosos y ardientes,
recorrimos juntos abrazados,
no hubo ni una sola pendiente,
que el olvido no haya gozado.
Subimos y subimos, electrizados,
y al cielo llegamos acompasados,
millares de estrellas explotaron
y calmaron ansias de nuestros cuerpos sudados.
Te he amado con sutil delicadeza,
te he recibido como niña primeriza,
es el temor de romper esta leyenda,
es el temor de equivocar esta belleza.
Vehemencia y exigencia en este destino,
guardo para más adelante,
quiero entregártela desgarrando en desatinos,
cuando sienta y sepa que eres todo mío.
Hoy tengo tu consentimiento,
mañana quiero todo tu cariño,
para sacarme el vestido de modestia,
y poder amarte como un felino.
(Freya)
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