Buscando
tus sueños
Antonio
Casas
Buscando tus sueños
Aun siento en mis sentidos el recuerdo, aquel evocar de otoño
en la tarde del silencio olvidado, cuando parece que la gente pasa
a tu lado y te mira y no la sientes por que tu alma va dirigida
a la vorágine de unos ojos desconocidos; Cuando aun no sabes
que te llevo a pedir al cielo una gota de lluvia en tus labios y
recibir del infierno la sequedad en la noche pasada, y casi no puedes
despertar hasta que llegas al destino, al cual no te lleva la mente,
sino tus miembros anhelantes de ella, si eso fue, encontrarte con
ella.
Por fin la vi, y supe que mi alma no mentía, vi su cabello
alborotado por la brisa tibia de la tarde, sus ojos profundos soñando
conmigo, su rostro sonriendo, con el enigma de saber si era por
fin el final de aquella larga espera, si podía terminar de
cerrar aquel capitulo donde me había convertido en héroe
y villano, si tal vez la bruma era la causa de la conclusión
de aquellos sueños no concebidos, visiones ni siquiera identificadas
por su instinto escondido; Entonces me vio y se dibujaron en sus
labios la sonrisa del otoño, nunca sabré si fue de
emoción o de burla, si fue por que le guste lo suficiente
para corroborar en su corazón aquella secreta emoción
que espoleo su despertar aquella mañana al recibir mi llamada
y saber que por fin había llegado a su lado y que pronto
sentirías en sus sentidos, la sensación de conocer
aquellas visiones nuevas que solo había sentido en las noches
de insomnios idos, ahora seria la prueba final para ella y tal vez
para mi; Ahora debía acercarme y saber por mi mismo si aquella
visión celestial era realidad o si talvez seguía soñando
en la lejanía de la bruma vespertina
Estaba sentada en la catedral al lado de su mochila, sin saber
si el que se acercaba era aquel que esperaba o si solo la coincidencia
hacia que me acercara, en sus ojos la interrogante eterna de soledad,
en los míos la emoción de saber que su alma me esperaba;
Le dije hola y me respondió tomándome de la mano y
envolviéndome en la mas exquisita sensación que jamás
sueño alguno pudo imprimir a mis sentidos adormecidos; Entonces
supe que era cierto todo aquello que soñé, que estaba
despierto entre sus sueños y que ahora debíamos encontrar
ese ideal común que aun entrevimos entre madrugadas insomnes,
la envolví entre sedas y solo despertamos en el tálamo
del refugio mas cercano, después de vaciar nuestras ansias
y nuestros deseos; Al terminar, desechos de aromas eternos, aun
con las piernas mojadas de sudor y del deleite primario, recorriendo
sus belfos inguinales en busca del elixir final, encontrando solamente
mi aroma tiñendo sus entrañas con el escozor del destino
y su pubis sangrante y extasiado por la embestida final, solo entonces
volví a dormir.
¿Que paso entonces?... Aun no lo se, lo único que
recuerdo que desperté solo con las cortinas flotando en señal
de su despedida anónima, y a mi lado, las delatoras marcas
de su cuerpo, las manchas infamantes del recuerdo fugaz, y aun no
se si fue así... quiero que me lo digas si lees estas líneas,
si reconoces en ellas las señales de tu cuerpo y de tu alma;
si eres tu la que lee esta plegaria, vuelve a mis sueños,
y déjame en ellos la señal de que fuiste una realidad
o solo una pesadilla irreal de una mente enferma o apasionada y
que aun ahora, quiere olvidar un momento final que fue o que nunca
será.
Jull Antonio
Casas.
Peru (Arequipa)
Copyright ©2003 Jull Antonio Casas.
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