Ensayos:

Shakespeare: sexo amor y muerte

Shakespeare analizado por Harold Bloom.

Por Milo J. Krmpotic

    Shakespeare sexo amor y muerte

    Harold Bloom desnuda a los grandes personajes de William Shakespeare. De Julieta a Hamlet, pasando por Otelo o Macbeth, varios son los personajes de Shakespeare que han alcanzado el estatus de iconos occidentales gracias a sus más bajas pasiones. En "La invención de lo humano" (Anagrama), Harold Bloom analiza sus respectivas tragedias y sus más insólitas interpretaciones.

    EL DE DRAMATURGO ERA, a finales del siglo XVI, un oficio de alto riesgo en Inglaterra. Christopher Marlowe, autor afin al escándalo de corte homosexual y espía a su vez del Servicio Secreto de sir Frances Walsingham, fue asesinado en 1593 de una de cuchillada en el ojo tras una tabernaria reyerta en Deptford. Thomas Kyd, compañero de cuarto del anterior y responsable con La tragedia española del tono visceral y sangriento que iba a adoptar el drama isabelino , falleció un año después a causa de las torturas recibidas mientras estuvo en prisión por herejía. Tensiones religiosas y vaivenes políticos constituían el signo de una época en que los escritores valoraban más que nada contar con un buen padrino en los círculos de poder y se cuidaban mucho de ofender a su susceptible soberana; de un tiempo en que el público exigía asesinatos y actos contra natura en unas representaciones que podían llegar a congregar a 3.000 alegres y beodos espectadores... Tal es el contexto en el que William Shakespeare, un prestamista, empresario y actor teatral de Stratford-upon-Avon, comenzó a labrar su fama literaria con una prolífica carrera que, a falta de escándalos personales, se regodeó en las pulsiones sexuales, amatorias y mortales de sus personajes; tríada de intereses cuyo tratamiento le ha valido el título de inventor de lo humano, padre de la palabra hecha carne y enunciador del conocimiento máximo (o trágico, que viene a ser lo mismo). "Ningún otro escritor, antes o después de Shakespeare, ha logrado tan bien el casi milagro de crear voces extremadamente diferentes, aunque coherentes consigo mismas, para sus ciento y pico personajes principales", dice Harold Bloom; de todos ellos, ocho primordiales centran este alucinante trayecto a las entrañas de nuestro propio ser.

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