Datos biográficos de Antonio Machado |
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Poeta español (Sevilla 1875 Collioure 1939). Perteneciente a una familia tradicionalmente liberal, el nombramiento de catedrático de la universidad central, que obtuvo su abuelo paterno, supuso el traslado a Madrid de toda la familia, en 1883. Antonio, junto con su hermano Manuel, siguió estudios en la Institución libre de Enseñanza de Madrid. Continúa el Bachillerato en los Institutos de San Isidro y Cisneros (pero no lo terminaría hasta los... 25 años). Obtuvo el grado de bachiller en 1900, el mismo año en que intentó una carrera de actor en la compañía de Fernando Díaz de Mendoza. Al morir su padre (1893) y su abuelo (1895), sobrevienen dificultades económicas, Antonio trabajó como actor teatral, pero en 1899 con su hermano Manuel se trasladó a París. Allí trabajó como traductor y entró en contacto con la vida literaria parisiense; en una segunda estancia en Paris (1902), conoce a Rubén Darío, con quien le unirán mutuos lazos de admiración. Hasta entonces, los hechos más sobresalientes son sus breves artículos en el periódico La caricatura , firmados con el seudónimo de CABELLERA y, con el de TABLANTE DE RICAMONTE, los escritos en colaboración con su hermano Manuel. Pese al ánimo juguetón que los presidía, dichos artículos anunciaban ya un humor bien articulado y expresivo. En 1899 efectuó su primer viaje a Paris, donde trabajó en la casa Garnier, y conoció, entre otros, a J. Moréas, Pío Baroja y Gómez Carrillo. Este último, en su segundo viaje a Paris (1902), le obtendría un empleo en el consulado de Guatemala. La colaboración de Machado en revistas se inició con poemas publicados en Electra, a partir de 1901. En 1902 conoció a Juan Ramón Jiménez y, a fines del mismo año, apareció Soledades 1, con fecha de 1903. Su contribución a las revistas Helios, Alma española, donde publicó prosas en 1904, Renacimiento latino, Blanco y negro, Ateneo (1906) y otras iba señalando el proceso formativo, y en desarrollo creciente, de su poesía. En 1907 apareció la revista Renacimiento, que fundaron los esposos Martínez Sierra y otros escritores, y en la que Antonio Machado colaboró también. Obtuvo el mismo año una cátedra de lengua francesa en el instituto general y técnico de Soria, y publicó Soledades, Galerías y otros poemas, libro ya definidor de su trayectoria estética: intimismo siempre, dentro de una orientación al acontecimiento externo, que en este libro revierte una y otra vez, de manera casi exclusiva, a sus resonancias emotivas en el poeta. La madurez expresiva estaba conseguida plenamente. En lo sucesivo, el interés de la obra machadiana residiría en la aparición de una temática más variada y en ocasiones más compleja, pero en cuanto a los poemas no superaría la mágica sencillez de los incluidos en este libro. Su estancia en Soria marca una etapa fundamental de su vida, además de obtener en 1907 la cátedra de Francés, en 1909, se casa con Leonor Izquierdo, una muchachita de dieciséis años. Con ella va a pasar un año en París y asiste a las clases de Bergson; pero en julio de 1911, Leonor sufre una violenta hemoptisis y regresan a Soria, en donde ella morirá el 1 de agosto de 1912. Antonio, desesperado, abandona la ciudad castellana y se traslada a Baeza, pero su corazón queda en Soria, en el «alto Espino», el cementerio donde reposa Leonor. Los años de Soria son de acendramiento humano boda con Leonor Izquierdo en 1909 y, al propio tiempo, de cierta ruptura con algunas implicaciones de su poesía anterior. En esta ruptura, o mejor, acentuación de los aspectos críticos que ya revelaba la poesía de Antonio Machado, la muerte de Leonor es decisiva. Además, la tendencia honda y reflexiva del poeta se había perfilado en los meses que pasó en París, gracias a una beca que la junta de ampliación de estudios le concedió para seguir cursos, en principio de filología. Asistió a clases de Bergson y de Bédier. En 1912, poco antes de morir su esposa, apareció Campos de Castilla 2. Junto a composiciones descriptivas del paisaje, asomaba la preocupación nacional y un tono cívico, que se acentuaría con la inclusión de otros poemas en la edición primera de Poesías completas (1917). En estos últimos se advierte asimismo la preocupación filosófica de su autor y la interrogación por el desbarajuste de Europa; entre los más delicados del conjunto se cuentan aquellos que evocan la muerte de Leonor. En 1917, Calleja editó Paginas escogidas, y en 1919 apareció la segunda edición de Soledades, Galerias y otros poemas, con un prólogo que expresa el distanciamiento, aunque no renuncia, progresivo ante su libro más eminentemente subjetivo. En 1919, tras siete años de monótona contemplación en Baeza, fue trasladado a Segovia, en cuyo instituto profesó hasta 1931, allí desarrolló una intensa actividad de cultura popular. Es elegido miembro de la Real Academia Española en 1927. Conoce por entonces a Pilar Valderrama, la Guiomar de sus últimos poemas amorosos. Colaboró en numerosas revistas (La pluma; El sol; Índice, fundada por J.R. Jiménez en 1921), efectuó algún viaje, visitó Madrid frecuentemente; hacia 19261927, los mismos años en que publicó en la Revista de occidente poemas del cancionero apócrifo de Abel Martín, debió de conocer a Guiomar, una y otra vez mencionada en la última parte de su obra. Para entonces, su último libro de poesía, Nuevas canciones (1924), ya había aparecido. En él se advierte una sutilización temática y un aire sentencioso y popular, que, si bien ya empleado antes, se intensifica. El tema amoroso y, más aún, la inquietud y asedio reflexivos en torno a lo erótico constituyen su nota más valiosa. Durante los años siguientes, su carrera se amplió y profundizó. Con su hermano Manuel, colaboró en una vena dramática cuyos signos anunciadores eran ya antiguos en su vida, y que se perpetuaron en los desdoblamientos creadores («Abel Martín», «Juan de Mairena» 3 y unos quince poetas imaginarios), que incluyó en su obra.
En 1931, obtiene una cátedra en el Instituto Calderón, de Madrid (más tarde pasará al Instituto Cervantes). En 1931 celebró el advenimiento de la república izando su bandera en el ayuntamiento de Segovia. Tres años más tarde aparecieron los primeros trabajos de «Juan de Mairena» en el Diario de Madrid. Residió ya en la capital donde profesó en el instituto Calderón de la Barca. Tanto el teatro como la prosa, que pierde su carácter esporádico para constituirse en un género suyo peculiar de aguda inteligencia avizoradora, demuestran la amplitud de sus intereses. Pero la intensificación de sus características creadoras y la penetración reflexiva son los rasgos que distinguen su etapa final. De menor transparencia expresiva respecto a la lírica, no es menos importante el camino de búsqueda e interrogación que suponen la serie de poemas que publicó de 1924 a 1936: De un cancionero apócrifo. La aparente facilidad con que resolvía el paso de la impresión a la expresión poética en Soledades, Galerías y otros poemas se problematizó y ensombreció con el tiempo. Antonio Machado, de temática limitada pero intensa, ilustra el caso del intelectual europeo de entreguerras, aparte de haber sufrido la guerra civil de todos los españoles. El mundo personal sufre en su caso el embate complementario y el bullir ideológico de su tiempo, al par que su escepticismo espontáneo se radicaliza, y la preocupación por el hombre sustituye, prácticamente de manera absoluta, a sus primeras divagaciones provisionales en torno a un Dios siempre inmanente. Los temas de la niñez y su encanto mágico, de la muerte y sus augurios incesantes durante la vida, de la monotonía cronológica, y un sentido del tiempo que anula el tedio por breves instantes, son constantes del poeta. Con los años, la reiteración de estos temas debió de parecerle evasiva ante las encrucijadas de una historia nada propicia a los encantamientos líricos. Desarrolló en su lugar una poética discursiva, a veces admonitoria y expresamente cívica en la que se dan sus frutos menos logrados , pero la complementó con una prosa de ideas de singular eficacia crítica, en la que alternan por igual la originalidad y el humor interpretativos sobre temas españoles y universales. Abel Martín y Juan de Mairena vienen a ser, en este sentido, dos educadores que no obstante ser materia de imaginación tienen la realidad insustituible de un desdoblamiento pedagógico machadiano superior al ejercido realmente por algunos de sus contemporáneos. En Madrid le sorprende la guerra. Firme partidario de la República, tiene que trasladarse a Valencia; en un pueblecito vecino, Rocafort, vive y escribe en defensa de su España, hasta 1938, en que va a Barcelona, para refugiarse al año siguiente en Francia con su madre. Ambos, muy enfermos, son acogidos en un hotelito de Collioure. Allí, el 22 de febrero de 1939, muere el poeta «... ligero de equipaje/ casi desnudo, como los hijos de la mar». Tres días después fallece su madre.
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NOTAS: 1.- El libro de Soledades de Antonio Machado, en su primera edición de 1902, comprende los poemas escritos entre 1899 y 1902; una segunda edición, con el título de Soledades, Galerías y otros poemas, contiene los poemas escritos hasta 1907, año en que apareció. Los puntos básicos del contenido de la obra son: el paisaje, unas veces real, otras soñado, y los sentimientos, entre los que destacan la melancolía, la pena y la ilusión. En cuanto a la forma, muchas de las poesías poseen un carácter evidentemente modernista con un acento que recuerda al romanticismo de Bécquer. A pesar de ser una «obra de juventud», las Soledades tuvieron, en la poesía española, una importancia capital, ya que señalaron el punto de partida de una nueva lírica. 2.- Campos de Castilla, libro poético de Antonio Machado. Fiel a los principios inspiradores de la generación del 98, frente al alud modernista que atrajo hacía sí a muchos de sus contemporáneos. Machado ofrece en Campos de Castilla (1912) lo más elevado de su lírica. De los tres grandes temas de su poesía amor, paisaje y preocupación histórica los dos últimos se reflejan en esta obra. En el romance «La tierra de Alvar González», el paisaje es el verdadero protagonista de una tragedia, el crimen de unos hijos que matan a su padre arrastrados por la codicia de la herencia: la naturaleza y los hombres forman una superior unidad, presidida por la dramática acción. En «Las encinas», la tristeza del poeta encuentra su natural prolongación en el desolado paisaje de Castilla. «Campos de Soria» hace pensar en una técnica pictórica. En «A orillas del Duero», el paisaje soriano se llena de vida en la primavera. En «El dios ibero» ofrece, en el seno de una imprecación al otoño, una visión espeluznante de España. A lo largo de todos los poemas de Campos de Castilla, el alma del poeta se exterioriza en el paisaje que lo rodea, y éste encuentra en aquélla su reflejo más fiel: de ello resulta una lírica que humaniza la naturaleza y convierte el alma en paisaje. 3.- Juan de Mairena, personaje apócrifo de Antonio Machado. La primera referencia a Mairena («poeta, filósofo, retórico e inventor de una máquina de cantar») figura en la edición de Poesías completas de 1928, encabezando un epitafio al también apócrifo Abel Martín. En los años siguientes, Machado formalizó la concepción de su heterónimo, mediante transcripción de supuestas lecciones de retórica, dirigidas a sus alumnos, en artículos aparecidos primero en Diario de Madrid y El sol y agrupados después en el volumen Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (Madrid, 1936). A esta colección hay que agregar una segunda, constituida por artículos publicados en la revista Hora de España, de enero de 1937 a fines de 1938. se trata de una ingeniosa superchería de Machado, en parte destinada a relativizar sus propias ideas. Éstas, expuestas en forma fragmentaria y a menudo aforística, versan sobre asuntos muy variados, de índole literaria, moral, filosófica y política. Su pensamiento arranca del «intuicionismo» bergsoniano, y entre los temas más abordados figuran su ataque al individualismo burgués y la sentimentalidad poética a que dio origen, su crítica de estilo conceptuoso de los escritores barrocos, y la formulación de una poesía temporal, concebida como un diálogo cordial del hombre con su época. De expresión coloquial, incisiva y llena de humor, los textos atribuidos a Juan de Mairena constituyen una de las cimas de la prosa contemporánea. 4.- Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel, tragicomedia de los hermanos Machado, en 4 actos y en verso, estrenada por María Guerrero (1926). La vida de Julianillo Valcárcel permite a los autores desarrollar un tema muy característico de la época modernista: la fidelidad a sí mismo como norma ideal de conducta. Valcárcel, más que el espíritu picaresco, encarna el amor a la sinceridad al defender su derecho a unirse a Leonor, mujer equívoca. La pareja representa la pasión y la rebeldía frente a las coacciones legales o religiosas que la sociedad impone al amor. Él sólo aceptará casarse con doña Juana en un momento de celos, de lo que luego se arrepentirá, y que le llevarán a la postración y a la muerte. Doña Juana es la encarnación del amor doméstico y sufrido. Leonor es la mujer del pueblo, generosa, toda pasión, siempre dispuesta a darlo todo, aun en contra de su propio interés. El lenguaje es un prodigio de asimilación de la lengua del teatro clásico, sin falsas afectaciones. |
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