De tú
El Departamento Competente
evacuó el acostumbrado informe;
preciso y breve,
claro y contundente.
Ya en el primer epígrafe
se leía:
"la inteligencia roma,
corta la memoria".
Más adelante:
"la voluntad quebradiza,
flojo el deseo".
Proseguía:
"escasas ambiciones,
nula voluntad de lucha".
Señalaba:
"falta de liderazgo,
es de los que escucha".
Y finalmente resumía:
"sin notables aptitudes,
uno cualquiera;
hablando en plata,
mero engranaje".
En su rostro una sonrisa
mientras escuchaba
de labios del Mensurador
el sumario dictamen.
Al acabar pregunta:
"¿me darán un puesto?".
El Mensurador contesta:
"sí, será en el nivel inferior".
"Lo importante es trabajar",
sentencia el calificado.
Y, con paso lento,
tras de todos despedirse,
alegre se marcha.
Me quedo estupefacto,
¡qué metedura de pata
la del Departamento Competente!,
¡qué error tan impensable!.
Aunque revelar la fuente
tengo prohibido severamente,
sé de buena tinta
que ese raro personaje
por derecho se cuenta
entre la elegida minoría
de los que ostentan
el inigualable privilegio
de a Dios tratar de tú.
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