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Nº 1. Diciembre 2003/Revista Electrónica
Cuatrimestral.
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LA NAVIDAD EN ITALIA
Pilar Rodríguez
Reina
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
En el espacio del que dispongo, voy
a intentar resumir cómo es la Navidad en Italia, cómo
se vive, qué significa la Navidad para un italiano.
Ya un título como la 'Navidad en Italia' induce a considerar
el argumento poco científico e incluso con tintes anecdóticos.
Pues bien, no seré yo la que luche contra lo que pueda sugerir
dicho título, de por sí connotado, y me dedicaré
sólo a tocar todos aquellos aspectos que, modestamente, he
considerado que podrían ser de interés para este foro.
1. De qué presupuestos partimos
En primer lugar, me gustaría
subrayar el hecho de que no podemos hablar de una sola Italia, de
una Italia verdaderamente 'unida', por más que históricamente
hayamos asistido a su unificación en 1871. Los italianos
no se sienten unidos y nunca se han sentido un pueblo unido. No
sólo existen palpables diferencias entre Norte y Sur, diferencias
que van más allá de la mera anécdota, sino
que la diversidad transciende incluso a regiones y localidades vecinas,
en una forma de hermetismo que impide que tradiciones de un lugar
se conozcan a pocos kilómetros de allí.
Considerando que 20 son las regiones
que componen el mapa de Italia, con sus 20 dialectos (auténticas
lenguas diferentes y hasta muy diferentes entre sí, pudiendo,
en todo caso, efectuarse una agrupación entre dialectos septentrionales,
centrales y meridionales en base a ciertos rasgos más o menos
comunes), con sus múltiples maneras de celebrar la Navidad,
incluso entre ciudades y pueblos muy cercanos, pues, realmente,
resumir en pocas líneas las tan dispares formas de vivir
y celebrar la Navidad en Italia resulta una auténtica utopía.
Y es que no hay en Italia una identidad
única como pueblo, nunca la hubo, insisto, fundamentalmente
porque falta una lengua común, que es lo que, para bien o
para mal, hace que un país se sienta más o menos unido.
A nadie se le oculta que los españoles nos sentimos, por
ejemplo, más hermanados con pueblos de América Latina,
que a pesar de estar muy lejanos en el espacio tienen nuestra propia
lengua, que con países de habla árabe u oriental,
ciertamente.
Pues bien, así como para
enseñar lengua italiana, no sólo en el extranjero
sino también en Italia, los profesores no hemos tenido más
remedio que adoptar un modelo de lengua, en nuestro caso concreto,
el modelo de lengua estándar, el que se habla en los medios
de comunicación de masas, en los periódicos y en la
RAI (modelo éste que responde más exactamente a la
lengua hablada en el septentrión), así yo, para poder
hablar de la Navidad en Italia, voy a basarme en algunas de esas
tantas Italias, pero en ningún caso designándolas
modelo de Navidad sino a modo de pinceladas navideñas sobre
determinados lugares.
Así las cosas, una vez decidido
a qué Navidad o Navidades italianas referirme, he tenido
que decidir si adoptar un tono elevado, como bien merece un período
tan solemne del año, y empezar, por tanto, aludiendo a la
etimología de la palabra Navidad, remontándome a los
orígenes del pesebre con S. Francisco, etc. etc., o bien
quedarme en las tradiciones populares más a mano y contar
cómo he vivido personalmente y percibido por todos los sentidos
las 3 preciosas Navidades (en Turín, Milán y Roma)
que he pasado en Italia, y hacerlo con palabras llanas y con ánimo
familiar, casi hogareño, con el tono de la "Navidad,
dulce Navidad", que ya desde aquí y desde ahora deseo
de todo corazón para todas las Navidades venideras a todos
los lectores de esta revista.
2. Algunas premisas para centrar el tema
La Navidad, il Natale, es
un período plagado de tradiciones que albergan un profundo
significado religioso. Ahora bien, conviene ponerse en la mente
de un italiano para entender que, aun siendo la misma realidad,
desde Italia viene concebida desde una óptica mucho más
solemne y sentida que en España, resultándole a los
italianos, como tendré ocasión de comentar más
adelante a propósito de ciertos aspectos, incluso irreverentes
determinadas costumbres y aptitudes españolas en torno a
la Navidad.
Dicho esto, me queda sólo
advertir que, para darle un hilo algo más discursivo y elaborado
al tema que nos ocupa y no saltar de un aspecto a otro, como bien
podría hacerse en una sencilla conversación con un
amigo delante de un café donde simplemente se dejan discurrir
las ideas que se apelotonan en la mente, voy a seguir un orden cronológico
de fechas y eventos desde que se empiezan a oler los aires de Navidad
en Italia hasta que ésta finaliza.
3. Cuándo empieza y cuándo termina la Navidad
No cabe duda de que, al igual que
en España, la Navidad en Italia empieza a vislumbrarse desde
muy tempranas fechas y cada vez más pronto, anticipándose,
últimamente, incluso al mes de Noviembre. A pesar de lo cual,
lo que realmente marca el comienzo del período natalicio,
son las vacaciones del colegio, tal vez porque las Navidades son
unas fiestas muy ligadas a la edad infantil. Así, la escuela
acaba y empieza al mismo tiempo que en España, esto es, según
en qué caiga el viernes anterior al día de Navidad
para dar comienzo a las vacaciones y en qué caiga el 6 de
Enero para darles fin. Lo mismo sucede con respecto a la Universidad,
a los diferentes trabajos y a los distintos tipos de actividades.
Esto, y a tenor de la diversidad
a la que antes aludía, no es igual en todas partes de Italia,
al punto de que, por ejemplo, en Pavía, ciudad del norte
de Italia, se da comienzo a la Navidad con el día 13 de diciembre,
festividad de Santa Lucía, santa a la que le escriben los
niños sus cartas pidiéndoles los regalos de Navidad.
Pero esto, como digo, sucede a nivel muy local, nada extendido,
por tanto, al resto de Italia.
4. La ciudad como marco de las fiestas
En
las ciudades se produce un gran estallido de luz por las calles,
como no podía faltar en un país profundamente católico
que denota con millones de luces que Jesús vendrá
y llegará a todos los rincones, iluminándonos el camino
hacia el Reino de Dios. Y cuando digo 'profundamente católico'
lo digo con las debidas reservas, pues ya sabemos que todo lo extremadamente
católico genera automáticamente el polo opuesto, el
de renegar de la religión. No es de extrañar que en
una ciudad como Roma, por ejemplo, que alberga el nada más
y nada menos que Estado Pontificio con el Papa a la cabeza, se halle
una densa población de personas sumamente católicas
frente a un relevante porcentaje de personas que reniegan abiertamente
del Papa y se designan claramente ateas.
5. La cultura del Belén
Viniendo de la cultura española
es obvio que nos preguntemos por los belenes en Italia. Una vez
más hay que apelar a las diferencias Norte-Sur en lo que
a la tradición del belén se refiere, y ello porque
es sólo en el sur donde se conserva esta fuerte tradición.
Se instalan belenes en las ciudades
pero no como una forma de acercar popularmente el misterio del nacimiento
de Jesús al pueblo, cosa que sucede en España, sino
más bien como una excusa más de exhibir el patrimonio
artístico en este sentido. No se conciben como elemento popular
sino como elemento artístico en calidad de museo, más
bien. Muestra evidente de ello son los belenes que podemos contemplar
en el sur donde esta tradición se hace mas patente, como
apuntaba más arriba. En Nápoles, por ejemplo, existe
una fuerte tradición de belenes, a nivel artístico,
famosos en todo el mundo y son numerosos los artesanos que se dedican
a la elaboración de figuras para tal fin.
La similitud en las costumbres entre
el sur de Italia y el sur de España está avalada por
un pasado histórico en el que España compartió
con Italia un siglo y medio en calidad de país dominador,
consolidándose así una profunda relación entre
ambos países que llegará hasta nuestros días
a través de imnumerables muestras, y estas tradiciones son
uno de los muchos exponentes. Cierto es que para nosotros, la representación
del nacimiento de Jesús se ha banalizado, incluso para algunos
'vulgarizado', hasta tal punto de que los italianos llegan a escandalizarse
con cosas tan irreverentes, según ellos, como la presencia
de ese señor famoso en actitud 'poco decorosa' que no falta
en ninguno de nuestros belenes.
6. Cantan o no cantan los italianos?
No existe en Italia la costumbre
de cantar villancicos como en España. En la escuela, por
ejemplo, los niños no los suelen cantar, ni se hacen representaciones
de belenes ensalzando la venida de Jesús. No olvidemos que
existe en Italia una enorme mezcla de razas absolutamente patente
a todos los niveles y que en ningún sitio como en la escuela
se vuelve una realidad candente, donde hay que cuidar al máximo
los principios de muy diversas civilizaciones para no ofender a
otras religiones. La representación teatral, por parte de
los niños, del nacimiento de Jesús podría herir
las sensibilidades de otros pueblos; de ahí que se eviten
estas situaciones y se predique en ambiente escolar, de forma totalmente
aséptica, la Paz, el Amor y la Felicidad. Es obvio que en
las escuelas de formación religiosa no se producen conflictos
de ningún tipo en este sentido.
Los archiconocidos villancicos (1),
cantados en preciosos conciertos celebrados en las iglesias, por
ejemplo, son generalmente en latín o en inglés. Por
otra parte, con respecto a los villancicos populares difundidos
en Italia, si se cantan, se hace en reuniones familiares durante
la cena de Navidad, por ejemplo, y se cantan en dialecto y casi
nunca en un italiano estándar.
A propósito de villancicos
populares, me gustaría apuntar la sorpresa que les producen
y la casi, diría, indignación, determinadas letras
de algunos villancicos populares españoles en los que se
dice que 'la Virgen se está peinando' o que 'entran los ratones
en el portal y se comen los calzones del pobre S. José'.
Para la concepción de la Navidad de un italiano, son letras
que resultan poco acordes con la solemnidad del nacimiento de Jesús.
7. ¿Cómo se adornan las casas?
Protagonista de la decoración
navideña en todas las casas italianas es, qué duda
cabe, el árbol de Navidad. Otras plantas, como la flor de
Pascua y el muérdago, forman también parte de la decoración
floreal de la Navidad. A cada uno de estos tres elementos les dedicaré
un apartado más abajo.
8. ¿Se felicitan las Navidades?
Se escriben postales o christmas pero,
a diferencia de nosotros los españoles, se escriben con poco
contenido. Nada, por tanto, de largas frases ni exhaustivos deseos
de feliz Año, ni, por supuesto, de aprovechar la felicitación
para contar algún evento del pasado o preguntar por el estado
de salud.
9. Árbol de Navidad (albero di Natale)
El
origen del árbol en Italia es reciente, se remonta a la postguerra
y viene del Norte de América y Norte de Europa, donde ya
estaba muy difundido a finales del XIX. De origen netamente pagano,
constituía una forma que tenían las poblaciones nórdicas
de simbolizar con el árbol los ricos frutos que nos ofrece
la tierra, la naturaleza. De ahí, la costumbre de colgarle
cuántas más cosas mejor.
10. La flor de Pascua (stella di Natale)
Es de origen mejicano y no falta en
los hogares italianos, como tampoco falta, desde hace algunos años,
en España. La flor de Pascua difundida en Italia es ligeramente
diferente a la española. Como no podía ser menos en
un país amante de las leyendas, la flor de Pascua centra
su origen en una tierna leyenda según la cual una niña
pobre le llevaba al niño Jesús, recién nacido,
un ramajo recogido por el camino y al que le colocó un lacito
rojo que ella llevaba prendido en el pelo. Al posar el don ante
Jesús le vino una gran tristeza por lo mísero del
regalo, que le hizo llorar y esas lágrimas derramadas sobre
el matojo hicieron que se reprodujesen las flores rojas como su
lazo.
En Italia existe, como en España
también, la flor de Pascua de color blanco, pero la auténtica,
la que goza de mayor popularidad y la que responde a su significado
más profundo sigue siendo la roja.
11. El muérdago (vischio)
Esta planta es de tradición
escandinava. Era usado para elaborar pócimas curativas ante
cualquier enfermedad. Se dice que en dosis abusivas se podía
producir una parálisis cerebral o un paro cardíaco.
En sintonía con las supersticiones que siembran la cultura
italiana, en determinados lugares, se quema al finalizar la Navidad
para invocar la prosperidad y el bienestar. El muérdago se
coloca en el umbral de la casa o se regala para el nuevo año
como símbolo de prosperidad.
Una muestra más del hermetismo cultural entre regiones, se
hace palpable en el hecho de que esta tradición está
muy generalizada en la región del Piamonte (capital Turín),
por ejemplo, y en la Lombardía (capital Milán), que
dista muy poco de la región anterior, sin embargo, hay quien
no ha oído hablar nunca de esta costumbre.
12. Cena del 24 (Cenone della Vigilia)
Andando en el tiempo sobre nuestra
agenda virtual, llegamos a la cena del 24, cena que es mucho más
celebrada en la mitad sur de Italia. Como bien indica su denominación
en italiano, se hace una auténtica 'vigilia' y se come a
base de pescado como, por ejemplo, el bacalao, la merluza o el besugo.
Protagonistas, por excelencia, de
la cena de Navidad son el panettone y el pandoro,
dulces típicos navideños.
El panettone es un bizcocho
alto que lleva uvas pasas, símbolo de riqueza, y el pandoro
(pan de los ángeles, dicen) es un bizcocho algo más
bajo, sin uvas y con azúcar velado por encima. Hay división
clara de gustos y para algunos no hay nada como el panettone
y para otros nada como el pandoro, aunque no cabe duda de
que el panettone es el que goza de mayor aceptación
y popularidad. Estos dulces se comen sólo en Navidad, de
la misma manera que para nosotros los españoles el mantecado
es típico sólo de esas fechas y no es habitual comerlo
al margen de ellas. Sin embargo, hoy por hoy, existen en Italia
otras variedades de panettone como el denominado panettone
gastronomico, que consiste en el mismo bizcocho pero con trocitos
de jamón, para comerlo como aperitivo.
La superstición una vez más
hace acto de presencia para recomendar que se guarde siempre un
trocito de panettone y que se deje secar hasta finales de
enero para que traiga suerte.
Otro de los dulces navideños
es también el turrón (torrone) blando o duro,
que en su versión clásica, la que lleva cacahuetes,
simboliza bienestar económico y prosperidad.
13. Misa del gallo (Messa di mezzanotte)
Después de la cena, los católicos
practicantes van a la Misa del Gallo, que con toda solemnidad y
acompañada de corales, celebra el nacimiento del niño
Jesús (Gesù Bambino).
13. Papá Noel (Babbo Natale)
Este es el personaje que le trae los
regalos la madrugada del 25 a los niños italianos. Se han
escrito ríos de tinta sobre el origen y evolución
del personaje de Papá Noel, por lo que no voy a insistir
en él. El procedimiento es similar al de los niños
españoles con los Reyes Magos: los niños le escriben
sus cartas pidiéndole los regalos deseados y él, descendiendo
por las chimeneas, los va depositando por las casas desde la noche
del 24 hasta primeras horas de la mañana del 25. De hecho,
para algunos ya ha llegado Papá Noel a casa después
de la cena del 24 y para otros niños, es sorpresa a la mañana
siguiente.
14. La comida del 25 (pranzo di Natale)
La comida del 25 se celebra más
en el Norte de Italia. En ella ya se puede comer carne, siendo uno
de los platos clásicos la faraona, que es una especie
de gallina con pintas. El pavo en la cultura italiana no constituye
una tradición en Navidad.
Tampoco en esta ocasión pueden
faltar el panettone o el pandoro.
El panettone
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El pandoro
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15. El día de los Santos Inocentes
El 28 de diciembre no es un día
de inocentadas en Italia, así que nada de colgar monigotes
o cosas por el estilo a la gente por la calle. Para los italianos,
el día elegido para gastar inocentadas es el 1 de Abril,
denominado a la italiana il pesce d'Aprile.
Este hecho nos lleva a pensar de
nuevo que fechas y eventos cargados de un profundo significado religioso,
no adquieren tintes banales o divertidos en Italia como, sin embargo,
sí que ocurre en España. El día 28 de Diciembre,
día de los Santos Inocentes, es un día francamente
relevante en la historia de la religión que para un italiano
merece un gran respeto. Con esto no quiero decir que los españoles
hayamos olvidado su significado, pero que el espíritu español
responde en este caso también a su tendencia a desdramatizar
todo hecho histórico o bíblico.
16. Nochevieja o cena/fiesta de fin de año (Capodanno)
Con la palabra italiana de Capodanno
nos hallamos ante un ejemplo más de diferente percepción
de una misma realidad. Formada de Capo e Anno, puede
indicar tanto el fin del año viejo como el inicio del nuevo,
ya que la palabra italiana capo indica 'extremo'. Curioso resulta
que muchos anuncios de fin de año aparecen en italiano tanto
con Capodanno 2003, como con Capodanno 2004. Para
la generalidad de los italianos carece prácticamente de ambigüedad,
al sugerirles más claramente el año nuevo. Así
las cosas, podemos afirmar que no existe un término exacto
para lo que nosotros concebimos como 'nochevieja'.
También los italianos tienen
sus Cotillones (il Veglione). Lo típico en ellos es
cenar cotechino o zampone que son, respectivamente,
una especie de salchicha rellena y de pezuña rellena. Cuando
dan las 12 en punto se comen las lentejas (generalmente demasiado
hechas, la verdad), se descorcha cava (Ferrari o Berlucchi
son los más célebres) y se felicita el año
nuevo (en el Sur, por ejemplo, con más petardos y fuegos
artificiales que en el Norte).
Es muy llamativa y espectacular
la costumbre existente en Nápoles de tirar por la ventana
cosas viejas en señal de 'año nuevo, vida nueva'.
El problema es que pueden tirar cualquier cosa y aplastar, por ejemplo,
un coche aparcado en la calle. Hay quien conserva, por ejemplo,
el cabezal de la cama viejo para arrojarlo ese día por la
ventana en señal de dejar atrás el pasado.
17. El 6 de Enero (Befana)
Desde el
1 al 6 de Enero, la gente se prepara para recibir a la Befana.
Se instalan en las ciudades típicos mercadillos de golosinas
donde se puede adquirir todo tipo de chucherías.
En efecto, la Befana, cuyos
orígenes se remontan a tradiciones mágicas precristianas,
viene de la palabra 'Epifanía' que significa 'manifestación',
llega el 6 de Enero y trae, fundamentalmente, golosinas, o bien,
pequeñas tonterías que puedan gustar a los más
pequeños, pero en ningún caso se ocupa ella de los
regalos más importantes, que son los de Papà Noel
del día 24, un poco al contrario de nuestra tradición
con los Reyes Magos.
La Befana va en una escoba y
lleva un gran saco cargado de regalos. Entra por la chimenea, de ahí
que deje los regalos manchados de cenizas y carbón. Se le suele
dejar una mandarina o una naranja en un plato y un vaso de vino.
Hace años, los pobres se
disfrazaban de Befana para ir pidiendo por las casas; actualmente,
algunas personas se disfrazan para ir de casa en casa regalando
golosinas y caramelos a los niños. Es típicamente
italiana y no ha sido, por fortuna, suplantada por Papá Noel
y, aunque se había olvidado un poco, en los últimos
tiempos se está recuperando la tradición.
En Italia no existen las cabalgatas de los Reyes Magos, y no se
hacen manifestaciones similares.
El hecho de que no sean los Reyes
Magos los que llevan los juguetes a los niños, se podría
explicar una vez más por la enorme reticencia de los italianos
a mezclar los temas bíblicos y solemnes con la cultura popular
y casi profana. En esta misma línea existe otro claro ejemplo
en el hecho de que el nombre de Jesús no lo lleve ningún
varón en Italia.
18. La 'vuelta al cole'
En fin, si algunas de las cosas que
aquí he contado despiertan el interés de algún
lector por pasar una Navidad all'italiana, le aconsejo que
pruebe la experiencia, por ejemplo, con Roma, que hay paquetes de
viaje muy buenos para viajar a Italia en fin de año.
Les deseo a todos los lectores de
la primera edición de la revista en el año que empieza
'un anno 2004 pieno di tante, ma tante
cose belle'.
(1).- Adeste Fideles: El
«Adeste Fideles» se cuenta entre las canciones navideñas más conocidas
internacionalmente, si bien su origen no es excesivamente antiguo.
Fue compuesto hacia 1742 por John Francis Wade (1711-1786), un inglés
empleado del Centro Católico de Douay, en Francia, quien además
de la melodía fue también el autor de la letra, escrita originalmente
en latín, tal como la conocemos, siendo posteriormente traducida
al inglés, un siglo después, por Frederick Oakeley dando así lugar
al famoso Christmas Carol inglés "O come, all ye faithful". Aunque,
en algunas ocasiones, ha tenido otras atribuciones, la rigurosa
investigación del banedictino Dom John Stephen concluyó que el autor
indist¡cutible del «Adeste Fideles» no es otro que John Francis
Wade.
Stephen,
John. The Adeste Fideles: a study on its origin and development.
Devon, Buchfast Abbey Publications, 1947, 32 pp.
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Adeste Fideles
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Adeste,
fideles, laeti, triumphantes,
Venite,
venite in Bethlehem:
Natum videte Regem Angelorum:
Venite
adoremus,
venite adoremus
Venite adoremus Dominum.
En
grege relicto, humiles ad cunas,
vocatis pastores approperant.
Et nos ovanti gradu festinemus.
Venite
adoremus,
venite adoremus
Venite adoremus Dominum.
Aeterni
Parentis splendorem aeternum,
Velatum sub carne videbimus
Delum Infantem, pannis involutum.
Venite
adoremus,
venite adoremus
Venite adoremus Dominum.
Pro
nobis egenum et foeno cubamtem,
Piis foveamus amplexibus:
Sic nos amantem quis nos redamaret?
Venite
adoremus,
venite adoremus
Venite adoremus Dominum.
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Acudid,
fieles, alegres, triunfantes
venid, venid a Belén
ved al nacido Rey de los ángeles
Venid
adoremos
Venid adoremos
venid adoremos
al Señor.
He aquí que dejado el rebaño, los pastores llamados se acercan
a la humilde cuna y nosotros nos apresuramos con paso alegre.
Venid
adoremos
Venid adoremos
venid adoremos
al Señor.
El esplendor eterno del Padre Eterno lo veremos oculto bajo
la carne
Al Dios Niño envuelto en pañales
Venid
adoremos
Venid adoremos
venid adoremos
al Señor.
Por
nosotros pobre y acostado en la paja
démosle calor con nuestros cariñosos abrazos
A quien así nos ama ¿quién no le amará?
Venid
adoremos
Venid adoremos
venid adoremos
al Señor.
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El texto de
«Adeste Fideles» y
anotación sobre el mismo pertenece al sitio S.E.E.I.U.C.
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Algunas referencias bibliográficas consultadas.
MONTANELLI-CERVI (2000). L'Italia del Novecento, Milano:
RCS Libri, Superbur Saggi.
PROCACCI, G. (1998) [1968], Storia degli italiani,
Bari: Laterza.
SALVATORELLI, L. (1982)[1969], Sommario della storia d'Italia,
Torino: Einaudi.
TEGNO, J. (2003). Ma come sono gli italiani?, Perugia:
Jivis editore, Multimediale.
Dra. Pilar Rodríguez
Reina.
Universidad Pablo de Olavide.
Sevilla.
España.
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