EDITORIAL
La Dirección de la revista
literaria Katharsis, en su primer número, quiere dar la bienvenida
a todos sus escritores y lectores y, al mismo tiempo, aprovechar
esta oportunidad para exponer algunos de los puntos que quisiéramos
compartir con todos. Nos limitaremos por hoy a una exposición
sencilla de dichos puntos. Por tanto, no trataremos de exponer las
filosofías o ideologías que dieron nacimiento a este
vehículo literario y humanista, sino simplemente apuntaremos
algunas de nuestras directrices o normas.
De un tiempo acá habíamos
concebido un gran sueño: el de crear nuestra propia revista
literaria Katharsis. Este sueño se hace hoy realidad.
Es el fruto de muchos diálogos previos, de estudiados proyectos,
de intercambios de ideas, de orientaciones, de servicios y de colaboraciones.
Después de todo este tejemaneje y de poner en un crisol todo
este gran proyecto, por fin ha llegado en que este proyecto vea
la luz.
Sabemos muy bien que hay otras muchas
revistas virtuales o electrónicas en la Red, y que cada una
se distingue por algo singular o distintivo, algo que le interesa
a una, dos o tres personas. A otras revistas les interesa un tema,
una época, un género literario, pero hemos notado
que casi todas ellas se dedican al presente inmediato en sus temas,
movimientos, experimentos del día, etc. Todo esto de mucho
encomio, pero, a pesar de la gran variedad de ellas, parece que
siempre queda un hueco, algo que falta, algo que uno quisiera ver,
pero que no encuentra. Quizás nuestra revista corra el mismo
destino y las mismas limitaciones. Quizás llegue a ser una
de tantas. A pesar de todo esto, queríamos lanzar ésta
que, esperamos, llene algunos de los vacíos que encontramos
en otras.
Como se desprende de la Portada de
Katharsis, hemos tenido en cuenta la necesidad de una buena variedad
de secciones o apartados. Estas secciones múltiples se idearon
y escogieron precisamente para que se pudiera cubrir una amplia
posibilidad de puntos de vista, de géneros literarios diversos
y de estilos variados, y, de este modo, albergar multitud de posturas,
tanto por parte del autor como del lector.
Quisiéramos hablar sobre el
título de Katharsis, quizás un poco extraño
a primera vista, pero muy apropiado a la obra literaria, o a cualquier
otra manifestación artística. Como ya se ha expuesto
ampliamente en otra parte de la misma revista, aquí solamente
quisiéramos extender y hacer más asequible el dicho
término. Pudiéramos decir que es un encuentro entre
creador y receptor, entre autor y lector. Que es una experiencia
de renovación y de recreación de nuestros propios
sentimientos ante la obra de arte. Tanto el creador como el receptor,
además de sentirse unidos a través del arte, la experiencia
del contacto entre ambos crea unos lazos muy fuertes, íntimos
e imperecederos. El creador, que ejecuta su obra, que es su criatura,
y el lector que, embelesado, goza silenciosamente de esa criatura
bella que se ha producido o creado. Ambos sufren un cambio, ambos
se estremecen ante la obra creada y leída, ambos reciben
una fuerte limpieza de espíritu y de emociones difícil
de describir. Y, al final de ese contacto, recorrido o desarrollo,
ambos surgen de esa profunda e indecible experiencia silenciosa
como seres renovados. Una experiencia que, en la mayor parte de
los casos, podríamos decir inefable.
Otro punto que queremos cubrir aquí
es el propósito que nos guió y movió a la creación
de esta revista. El principal es, como el de tantas otras revistas,
ofrecer un vehículo para que aquellas personas que sientan
la inquietud por crear algo literario, puedan sin gran dificultad,
y sin esperas algunas veces desesperantes deleitar al
público con sus obras. Por otra parte, y esto quizás
sea lo más importante por aclarar, quisiéramos que
la revista Katharsis, fuera una especie de taller literario en donde
ofrecer campo abierto a sus creaciones, en particular a la juventud
que siente inclinación por la escritura y por expresar sus
íntimas y renovadoras inquietudes. Pero como en todo taller,
también aquí se necesita de algunos guías avezados
que, en algunos casos, llevarán de la mano a los neófitos
en este oficio de artistas creadores o de incipientes críticos.
Y esto nos conduce al siguiente punto que quisiéramos exponer:
el referente al Consejo Editorial.
Como parte de las discusiones y diálogos
mencionados arriba, los que ideamos la Revista Katharsis, desde
un principio hemos debatido ampliamente la necesidad de tener o
no tener un Consejo Editorial. Después de estudiar las ventajas
y desventajas, acordamos que sería conveniente la formación
de este grupo. Las razones primordiales por las que decidimos establecer
dicho grupo fueron, en resumen, las siguientes: Que se necesitaban,
en primer lugar, personas expertas en literatura, como en otros
ramos de las Humanidades, que sirvieran de guía, en particular
cuando se presentaran puntos difíciles a decidir. En segundo
lugar, porque la cantidad de colaboraciones enviadas implicaría
que el trabajo a realizar fuera demasiado para dos o tres personas.
O sea, que se imponía lo que llaman los sociólogos,
"la división del trabajo". En tercer lugar, porque
la diversidad de pareceres sería una garantía, aunque
acaso limitada, de evitar favoritismos. Éste posiblemente
sea el riesgo que corren la mayor parte de otras revistas que vemos
en la Red. Los componentes de este Consejo hemos tratado y discutido
ampliamente este punto, debido a la naturaleza delicada del proyecto.
Se trata, en breve, de evitar exclusivismos o de preferir "cuatismos"
vocablo mejicano muy expresivo que se refiere a predilecciones
temáticas, ideológicas, de grupos, de géneros,
etc. Esto no excluye, ciertamente, que en un momento dado la Dirección
de la Revista Katharsis dedique un Número Especial, haciendo
hincapié, por ejemplo, en un género literario, como
la narrativa o el drama o la poesía. O bien, a un tema dado,
como podría ser literatura que destaca los Derechos Humanos.
Pero todo esto será a decidido sola y únicamente por
el Consejo Editorial.
Otro asunto que cae bajo la responsabilidad
del Consejo Editorial es el siguiente, y que los de la Redacción
hemos tenido muy claro: que dicho Consejo nunca se meterá
en asuntos de contenidos, ni de estilos. Que los colaboradores nunca
se sintieran intimidados por la simple razón de que habrá
un grupo supervisor, llamado Consejo. Este equipo se limitará
a que todo fluya con naturalidad. Tendrá como misión
-entre otras cosas referentes a la administración de la Revista-
a que los trabajos enviados sean aceptables a un público
que se supone aprecie profundamente el arte literario. Hablando
más en términos concretos, se limitará a sugerir,
cuando sea conveniente, cambios mínimos, en particular gramaticales,
como estructuración de algunas frases, puntuación,
acentuación, símbolos de interrogación, etc.
Pero nunca cambios de estilo, de contenidos o de formas propias
de cada escritor creativo o crítico literario.
En cuanto a la lengua, naturalmente,
estamos hablando de que la revista Katharsis escoge el castellano
o español normativo como lengua común o, si se quiere,
oficial. Esto no indica que se excluyan regionalismos, como galleguismos,
catalanismos, argentinismos, peruanismos, etc., cuando vengan al
caso, en particular cuando se trata de la obra creativa literaria.
Ni tampoco se rechazará, fundamentados en lo dicho, lo que
se viene diciendo en inglés codeswitching o cambio alternativo
del léxico o vocablos lingüísticos, como ocurre
en el caso del Spanglish o "espanglés", u otras
cualesquiera modalidades de las que se vienen llamando de "lenguas
en contacto".
En cuanto a lo que llamaríamos
periodización de la Revista, por el momento el equipo de
Katharsis decidió que sería cuatrimestral. El tiempo,
la cantidad de trabajos enviados y la disponibilidad de la mano
de obra, decidirán si acortar o extender esta periodización.
Queremos terminar, para no extendernos
demasiado, que la responsabilidad de los contenidos queda exclusivamente
en manos del autor de la obra literaria, sea ésta creativa
o de análisis crítico. El Consejo no se hará
responsable de ello, como tampoco de rechazar ningún trabajo
enviado en cuanto se refiere a contenidos, como se explicó
arriba.
Relacionado a este punto, se sigue
otro, que queda ya explicado en otra parte de nuestra Página
Web. Nos referimos a los derechos de propiedad o copyrights. Estos
quedarán siempre en manos de los autores, aunque el Consejo
cree que, la primera vez que se publiquen en nuestra revista, dichos
derechos tendrán que ser compartidos con la revista Katharsis.
Hay una razón simple y sencilla para ello, y es la siguiente:
que si el Consejo juzga oportuno -al final de una época o
período dados- que los trabajos publicados pueden agruparse
y ponerse en CD Rom, la Editorial debe tener derecho de hacerlo,
es decir, a reproducirlos sin permiso especial de los autores para
llevar a cabo esta realización.
Otros puntos por ventura se nos hayan
quedado en el tintero, y otros más surgirán en el
futuro y, de acuerdo a la variabilidad de los eventos o acontecimientos
que transcurran a través del tiempo, serán estudiados
y resueltos a su debido tiempo.
En nombre del Consejo Editorial,
y con motivo de la aparición del primer número de
la revista Katharsis, quisiera reiterar la más sincera y
cordial Bienvenida a todos, tanto a colaboradores como lectores
de la Revista Catarsis.
Justo S. Alarcón
Profesor Emeritus de Español
Arizona State Unviersity
Tempe,
Arizona, EE.UU
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