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FERNÁN LÓPEZ DE YANGUAS
ÉGLOGA DE LA NATIVIDAD
Égloga nuevamente trovada por Hernando de Yanguas
en loor de la Natividad de Nuestro Señor. En la cual
se introduzen cuatro pastores, cuyos nombres son: Mingo Sabido,
Gil Pata, Benitillo, Pero Panza. Los cuales, informados de
los ángeles cómo Cristo era ya nacido, viénenle
adorar yofrecen sus dones; y Nuestra Señora dales gracias.
Llega Mingo Sabido, tañendo una gaita y
dize:
MINGO
¡Las gaitas, guitarras, rabés repiquemos
y las churumbelas muy huerte tangamos!
¡Cordojos, renzillas de nos despidamos
y brincos, corcovos y saltos echemos!
¡Los hatos y migas y burras dejemos,
quitemos las tristes capillas de nos!
¡Que nuevas hay, nuevas, que es nacido Dios!
¡Gil Pata, Gil Pata, ven, ven y bailemos!
Entra Gil Pata tañendo una guitarra y dize:
GIL
De mucho gasajo que traigo comigo,
no puedo tenerme que no dé corcovos;
no temo leones ni grifos ni lobos,
seguro está el hato del mal enemigo.
Acá estás tú, Mingo, bien vengas, amigo,
que, voto a sant Pabros y a diez verdadero,
que diz que es nascido tan claro luzero
que viene a las gentes poner en abrigo.
Replica Mingo:
MINGO
Pues esso, Gil Pata, yo ya lo he hallado:
que, estando mirando encima una cumbre,
vi que salía tan clara una lumbre,
que en vella del todo me hizo espantado:
¡Hossana del cielo tan pintiparado!
Y assí relumbraron las Siete Cabrillas
que bien demostraron haber maravillas
del sancto moçuelo que es Dios encarnado.
Aquí llega Benito tañendo un arrabé y
llamando:
BENITILLO
¡Hao! ¿Quién está acá? ¡Oh,
Dios acreciente
también aquí los reglotos de la mesta!
Apuesto que saben acá de esta fiesta,
que muy de repasto se huelga esta gente.
¡Ah, Mingo Sabido, Gil Pata, Cremente!
¿No está acá alguno de los de mi hato?
¡Ah, Urrasco Ropero! ¡Ah, Gil Garabato!
¡Quizá habrá Dios parte, si alguno no
siente!
Responde Gil Pata:
GIL
¿Quién llama? ¿Quién grita? ¡Oh,
hermano Benito,
échame toste priado la mano!
Alegre semeja que vienes, hermano,
que vienes pintando con tu rabelito.
BENITILLO
Aun si supiesses, Gil Pata bendito,
razón que tenemos de dar çapatetas,
juro a sant Cuerno que tus agujetas
quebrasses bailando tú poco a poquito.
Gil Pata replica:
GIL
Quiçás yo barrunto tu huerte alegría
de dónde revienta, Benito, carillo;
apuesto que sabes también del chiquillo
que dizen que virgen y madre lo cría:
essa es la cuenta. ¡Pardiós, da acá vía
y demos con grita y plazer una dança!
Llamemos si viene por ahí Pero Pança,
aquel que en las bodas de Mengua tañía.
Llama Mingo a Pero Pança:
MINGO
¡Ah, Pero Pança! ¿Por dónde rodeas?
¡Ah, zagalejo de buen padre rico,
según Dios te hizo de ruin y de chico!
Pardiós, Benitillo, que apenas lo veas
si anda por dicha por essas aldeas,
haziendo barrunto por este muchacho.
Juro a mi vida que tarda gran cacho,
¿no vienes, Pidruelo? ¿Por dónde passeas?
Entra Pero Pança tañendo un tamboril y responde:
PANZA
Héme aquí vengo, no grites, si quies,
que, ¡voto a san Vasco!, después que partí,
con nuevas chapadas, carillos, que oí,
nunca más pude tener estos pies.
Acá, pues, vosotros ¿qué nuevas tenés?
Que allá por encima de los enzinares
garçones volando passaban a pares,
que cosas chillaron que os encantarés.
Prosigue:
Yo, pardiez, Benito, que tuve temor
en ver que era gente venida del cielo:
a pocas estuve que no di en el suelo,
según me metieron de grande el pavor.
Mas ellos dijeron: Escucha, pastor.
Y aun casi hablaron gramata o latín;
y claro, te digo, dijeron al fin:
Puer natus est nobis, el gran Salvador.
BENITILLO
¿Allá revolaron también los garçones
por cima tu hato, majada y mastines?
PANZA
Tomá, sí: volaron, rezaron maitines,
tocaron sambugas, cantaron canciones;
no hay nade que oyera, Gil Pata, sus sones,
que, aunque no hobiera bailado morisca,
que en medio el collado, revuelto en ventisca,
no diera mil vueltas y mil saltejones.
GIL
¿Tú sabes de cierto, Domingo Sabido,
la cuenta y quillotro del son que ha passado?
MINGO
Sábete, hermano, por mal del pecado,
que un niño, que dizen que es Dios, ha nascido.
PANZA
¡Dichosa la madre que tal ha parido!
Mas dime, ¿en qué parte nasció tanto
bien?
MINGO
En nuestra aldehuela llamada Betlén,
en un pesebrejo se huelga tendido.
GIL
Agora yo digo que hay paz en la tierra
y paz en el cielo y paz en el mar
y paz en los hatos de nuestro lugar
y paz en los valles y paz en la sierra.
Las armas luzidas y cosas de guerra,
coraças, arneses, puñales y espadas
en hozes y rejas serán ya tornadas.
Quien no me creyere, presuma que yerra.
Benito replica:
BENITILLO
¿Quién tiene, Mingo, poder tan entero,
que pueda las armas vedar y malicia?
MINGO
Este moçuelo, que es sol de justicia,
que, sin son, las cosas las sabe primero.
BENITILLO
Seyendo tan niño, es ya tan artero,
que pueda en justicia las gentes tenellas.
Quien hizo los cielos, planetas y estrellas,
¿no cuidas que puede ser bien justiciero?
PANZA
Yo digo que es hijo de rey y que es rey,
según que lo cuentan sus profecías:
el mesmo sagrado, bendito Messías
que está prometido venir en la ley.
BENITILLO
Aunque no quieras, Pidruelo, crey
que deste mochacho nos dijo
que virgen su madre lo concebiría,
que salvos hiziesse los hatos y grey.
Benito contra el diablo:
¡Reméssate y gime, nefando Plutón!
¡Aúllen tus cortes y gentes guineas,
que cerca te vienen tan crudas peleas,
do pierdas tu reino, bandera y pendón!
¡Y tú, marinero, ya viejo, Carón,
desmaya, no esperes el viento de popa!
¡Y tú, Can trifauce, tan sola la sopa
de marras atiendas para colación!
MINGO
Venido es aquel que la verga de Arón
hizo que fuesse tornada serpiente,
la cual se tragó, si quies que lo cuente,
las otras culebras delante Faraón.
Éste a Nabuco, potente varón,
bajó de su estado y diole retorno;
Éste libró los niños del horno,
y al asna le hizo quejar su passión.
Gil Pata contra el diablo:
GIL
Los sanctos profetas allá donde están
llamando al divino Messías prometido,
tú lleva la nueva, Plutón, que es venido.
¡Bué, cessen sus penas, dolores y afán,
y sepan de cierto que ya gozarán
del campo florido que llaman Eliso!
El cual este niño para ellos lo quiso;
que presto sus ojos ansí lo verán.
Pero Pança contra el diablo:
PANZA
Venida es, venida tu gran perdición,
al mundo es llegada segura la vida,
nascida es, a hotas, tu muerte cumplida.
Da gritos y llantos, del duelo te pon,
ya cesse la rueda voltear a Ixión,
siéntese encima Sisifo del canto,
los buitres no coman del hígado tanto,
conozcan que hay nuevas de admiración.
MINGO
Venido es aquel que, carillos, mandó
al sol que en el medio del cielo parasse,
hasta que su capitán se vengasse
de los cinco grandes, que al sol sojuzgó.
Éste es aquel que la hambre domó
de aquellos leones do estaba Daniel;
Éste dio libres a los de Israel,
cuando a pie seco la mar los passó.
BENITILLO
Según que, carillo, barrunto yo ya,
tomando la cuenta que agora me dizes,
Éste es aquel que llovió codornices
allá en el desierto con dulce maná
a cabo de rato. Mirá, que os dirá
según su poder esso es muy poquito,
más son las cosas que hizo en Egipto
sacando a su pueblo de captividad.
Prosigue las plagas de Egipto:
Estando su pueblo captivo, sugeto
al duro Faraón, passando tormentas,
volvió este moçuelo las aguas sangrientas,
que no quedó pece, ni branco ni prieto.
Allí dio las plagas, terribles de aspecto:
granizos, langostas, mosquitos y ranas,
tinieblas palpables y muertes insanas,
do bien se mostraba potente y perheto.
MINGO
Éste es aquel que de fin y de daños
libró los dos sanctos, Enoc con Elías.
Éste no es otro que el que al rey
en fin de su vida le dio largos años.
Éste destruye los vicios y engaños,
y dio nuevo hijo a la vieja madre,
y quiso tentar con él a su padre,
do están mil misterios metidos, extraños.
GIL
Mas, ¿cómo es posible, zagal agudillo,
que aquesso que cuentas creerte podamos?
Yo quiero que entremos en cuenta, veamos,
declárame, agora, si quies, un puntillo:
yo veo que esta noche nació este chiquillo
y esso que rezas ha más de mil años;
aquessos milagros tan hondos, tamaños,
¿en qué tiempo pudo hazerlos, carillo?
Responde Mingo Sabido:
MINGO
No pienses, Gil Pata, que el niño jocundo
que agora de carne se muestra vestido,
puesto que agora nos haya nascido,
que no es más viejo que el cielo profundo;
no tiene principio ni tiene segundo,
que, aunque lo veas nascido entre nos,
comiença ser hombre, mas es y fue Dios,
que hizo los cielos estables y mundo.
Benito pregunta a Pero Pança:
BENITILLO
¿Tú sabes, Pidruelo, su casta dó mana,
si es de linaje de nobres y buenos?
PANZA
No pienso yo cuanto que puede ser menos,
según es su madre de fresca y galana,
mas díganos Mingo de dónde trasmana.
MINGO
Sentáos un cachuelo, que cuenta haré;
mirad por las habas la cuenta a la llana.
Liber generationis incipitur
Según de este niño la cuenta me dan,
que Hijo le llaman también de David,
nasce del tronco, mirad y sentid,
del padre de muchos, llamado Abrahán.
Y de este buen viejo nasció muy galán
Isac, deseado de Sarra su madre,
el cual, mira Pedro, declárase padre
del niño Jacob, según hallarán.
Prosigue:
Jacob hobo un hijo, al cual Judas nombró;
el cual engendró Fares y Zarán;
Fares hobo a Esrón, Esrón hobo a Arán;
a Aminadab Arán le engendró,
y de esta manera la cuenta passó,
que de Aminadab descende Nasón,
el cual tuvo un hijo llamado Salmón;
Salmón hizo un niño que Booz le llamó.
Prosigue:
Booz hobo a Obet, Obet a Jessé.
Jessé fue su padre del sumo profeta;
el cual David fue, por senda no reta,
su padre del hombre que más sabio fue,
la madre del cual dezían Bersabé.
Aquesta hobo un nieto, mas no fue de Urías,
llamado Roboán y padre de Abías,
el cual ser su padre de Assá juraré.
Prosigue:
Fue Josafat su hijo de Assá,
que padre del nombre Jorán se dezía;
el cual Jorán era su padre de Ozía,
abuelo de aquel que dijeron Joatá,
no cambio palabra, mirá cómo va.
Joatán hobo a Acaz por su reta vía,
el cual fue su padre de aquel Ezequía,
de quien Manassés nascido, soncas, ha.
Prosigue:
Después Manassés fue su padre de Amón,
Amón hobo un niño por nombre Josía,
Josía fue padre de aquel Jeconía,
que nasció passando para Babilón,
¡Pardiós, que va buena la generación!,
que aquel Jeconías gendró a Salatiel,
el cual fue su padre de Zorobabel,
de quien nació Abiud, chapado varón.
Prosigue:
Abiud hobo un niño nombrado Eliaquín,
que fue dicho padre de Azor a la clara;
del cual Azor, cierto Sadoc se desvara,
para que dende sea padre de Aquín.
Estad bien atentos, vayamos al fin:
que Aquín a Eliud curó de engendrar;
Eliud fue su padre de aquel Eleazar,
que hizo a Mathán, yo apuesto un florín.
Prosigue y acaba:
Aqueste Mathán, yo os juro a mi vida,
según l'avangelio de vero contó,
que fue dicho padre del santo Jacó,
el cual fue suegro de aquesta parida.
He aquí la cuenta ya casi cumplida;
mas, porque ninguna cosilla discrepe:
su esposo de aquésta se llama Josepe,
que tomó a su esposa y, te juro, la olvida.
Benitillo demanda que sume cuántos son todos los
que ha dicho:
BENITILLO
Pues, ¿cuántos son, Mingo, la cuenta dispuesta,
de aquesse linage que cuenta de Dios?
MINGO
Práceme, hermano, son uno, son dos,
son tres, cuatro, cinco, seis, siete, por ésta;
y dos, que son nueve, y diez son con aquésta,
y tres, que son trece, y tres, dizisey,
y cuatro, son vente, Gil Pata, ¿no vey?
Y tres, vente tres, contemos la resta.
Prosigue:
Con dos que aquí pongo ya llega la cuenta
a ser vente cinco; y con tres son vente ocho,
¡escucha, Pidruelo, cabeza de tocho!
Con dos perezuelas ya entramos en trenta,
no hay nadi, Benito, que bien no lo sienta.
Con cinco que pongo, que son trenta cinco,
y seis que me quedan, ¡pardiós, que me brinco!,
que hallo que hay uno de más de cuarenta.
GIL
Al son de la cuenta que aquí nos has dado
de aqueste bendito, lucido moçuelo,
holgando me he estado en medio de este suelo,
la boca de un palmo, del todo pasmado.
PANZA
¡Oh, Dios poderoso, celente, sagrado!
Mas, ¿qué le movió tomar carne humana?
MINGO
Dizen, Pidruelo, que es una manzana
que Adán se tragara del fruto vedado.
GIL
¡Oh, canta que canta, mal trago tragó!
Tragara una landre, que más sano fuera,
que no que la gente por esso perdiera
la gracia del cielo, que entonce perdió.
MINGO
Pues mira, Gil pata, muy bien en quedó,
y de esto que digo ninguno se asombre:
que en sólo por esso hazerse Dios hombre
más grolla que pena la culpa ganó.
Prosigue:
No temas, carillo, los hondos estanques,
lagunas Estigias del turbio Cucito:
mediante la muerte de aqueste chiquito,
en ellas yo hallo que no te abarranques.
Sus passos te aviso que sigas y tranques
y a Él ni a su Madre no hagas injurias,
que mal siglo tienen las tres bravas Furias,
las cuales, te juro, con esto las manques.
BENITILLO
Dichosos, yo pienso, serán los ganados
que están derramados por este desierto;
el gran Minotauro contalde por muerto,
y todos los otros soberbios criados.
De almagre bermejo serán almagrados
los hatos que apastan por esta montaña
y los desmandados traerá a su cabaña,
do hallen los pastos floridos, sagrados.
PANZA
Ya que en la tierra tan gran rey tenemos,
tú, Mingo, ¿qué piensas que viene a buscar?
Después que más crezca, ¿a dó
irá a parar?
MINGO
Yo pienso que viene a ver los extremos:
a donde endereçe sus braços, iremos
pastores, ovejas, cabañas y hatos;
los pastos costosos hazerlos baratos
a su propia costa, según lo veremos.
GIL
Yo pienso y magino que aqueste luzero
los tristes palacios plutonios, obscuros,
hará despojados, quebrando los muros
do está nuestro padre penando primero;
y al can espantable, muy torvo Cervero,
que sorbe y se traga sus víctimas tantas,
harále que cierre sus bravas gargantas,
de hambre le mate, seyendo portero.
BENITILLO
Ya, pues, que aquí estamos, ¡sus, sus, despachemos!
y cada cual lleve cosillas que dalle.
Pongámonos todos, carillos, en talle,
para que en llegando, que luego bailemos.
Y a su virgen madre manteca llevemos,
para que al niño le hagamos miguitas.
Y quien se treviere llevar más cositas,
si solo no puede, también le ayudemos.
PANZA
Razón es, zagales, buscar invenciones
y solenizarle con ánimos ricos,
pues éste consumió los pueblos inicos,
ado procuraron maldad los varones.
No viene con maça domando leones,
que por otro modo proceden sus fines,
éste se sirve de los querubines,
arcángeles, tronos y dominaciones.
MINGO
Mediante la gracia de aqueste zagal
al bravo gigante sobraba David;
los ossos, leones domaba en la lid,
guardando los hatos allá en el jaral.
Éste a la dueña la hizo ser sal
por sola una vuelta que dio a la cabeça:
quien no mira en Él y en esto estropieça,
no puede, carillos, librar sino mal.
BENITILLO
No cayo en la cuenta quién es la parida,
ni puedo acertalla, ni puedo sabella.
MINGO
Sábete, hermano, que es una donzella
sin vicio ni daño, muy sancta nacida.
BENITILLO
Pues tú, Mingo amigo, si quies, por tu vida,
ansí sant Domingo te libre y te vala,
que digas, que apuntes quién es la zagala,
que asmo que debe ser toda polida.
MINGO
Yo digo y apunto, ¡escucha acá, ruin!,
entiende la cuenta, si quies, a la llana:
sábete que ésta nació de Sant Ana,
su padre dichoso llaman Joaquín.
PANZA
¡Oh, Dios, que su hija le dio buen maitín!
Diz que esta doncella que es muy repolida...
MINGO
Tomalde los dichos, jamás fue nascida
ninguna que sepa menar su chapín.
GIL
Es flor de hermosas, de sanctas primor,
de vírgines fuente, de gracias dechado,
estrella de norte, gran huerto cerrado,
paloma sin hiel, de todas mayor,
es prima de todas, de todas es flor,
de quien Salomón escribe sonetos.
Sus hechos y dichos, en todo perfectos,
remedio y jarabe de nuestro dolor.
BENITILLO
Verás si es remedio de nuestra ventura,
por quien Dios nos haze tan gran beneficio;
que Dios para Sí la crió de ab inicio,
que punto no tuvo que ver la natura.
Y allende que tiene tan clara figura,
es toda virtuosa, que dos cosas son Juvenal
que tarde se juntan en un talegón,
en nuestros rabaños, por nuestra ventura.
PANZA
Es esta María ancila divina,
beata entre todas las generaciones,
humilde dechado de las perfeciones,
a quien la jactancia jamás no la empina.
GIL
Ésta es la fresca, gentil clavellina,
y lirio del valle, florida açucena,
preciosa, sagrada, princesa serena,
vergel de virtudes y flor sin espina.
BENITILLO
Yo, Mingo Sabido, saberlo quisiera,
cómo ha quedado del parto perheta.
MINGO
Esso es cosilla, Benito, secreta,
mas yo la barrunto ser de esta manera:
si el sol entra y sale por una vidriera
sin punto dañarla, crebar ni herir,
mejor pudo Dios entrar y salir,
dejándola virgen como antes lo era.
Aquí llegan a donde ella está y pide albricias
Pero Pança porque la vee primero:
PANZA
¡Albricias, albricias, de nuestro desseo,
huy ha, juro a diez, carillos, hermanos!
¡Dame acá toste priado essas manos,
que yo me la..., yo me la..., yo me la veo!
BENITILLO
Mira qué dizes, que no te lo creo.
PANZA
¡Que es ella, que es ella, la madre del rey!
¡Mírala, hétela, cátala, vey!
¿Y no la conoces en ver su meneo?
GIL
Cansados, ¡oh, Virgen, señora!, llegamos;
los hatos dejamos y burras y aperos,
venimos, graciosa doncella, por veros;
de hinojos en suelo, aquí te adoramos.
Mas ya que tamaña merced alcançamos
en verte parida de Dios infinito,
para que puedas criar tu mocito,
recibe, señora, lo poco que damos.
Ofreció Benito y dize:
BENITILLO
¡Oh, madre sagrada del Niño divino
que todas las cosas criadas crió!
Ofrézcote, Virgen, aquí luego yo
cuchara, colodra, salero de pino
y mándote un borro grosero y un fino:
perdona, Señora, mi pobre presente.
Y al Niño divino suplico humilmente
que guarde mi hato del lobo malino.
Ofrece Gil Pata:
GIL
Yo, Reina del Cielo y madre y doncella,
te ofrezco esta rueca sin copo, chapada,
y mándote el manso y la borra manchada
y tres rezentales que pacen con ella.
Y al Niño, que mama tu teta tan bella,
mándole un tarro, que sorba de leche,
y un par de vellones, en que el mesmo se eche;
y más: para migas de sebo una pella.
Ofrece Pero Pança:
PANZA
Yo no sé qué darte, bendita Señora,
ni sé con qué pueda servir al Infante,
mas antes que nunca de aquí me levante,
te mando tres borros que maman ahora.
Pues eres de todos tan gran valedora
y a Dios tus amores bajaron del cielo,
sey, Virgen, mi amparo, mi bien, mi consuelo,
para que sepa Dios Padre dó mora.
Ofrece Mingo Sabido:
MINGO
Yo no sé qué pueda, donzella bendita,
dar sin vergüenza, si bien lo percato;
ofrézcote, Virgen graciosa, mi hato,
cayado, caldero y çurrón, todo a hita.
Y a Ti, Niño sancto, de gracia infinita,
que tienes el mundo metido en la palma,
ofrézcote el cuerpo y mándote el alma,
y mientra que viva, de vicio me quita.
La Virgen a los pastores:
V.
El Niño divino promete la gloria,
pastores, en pago de vuestros presentes.
Llevad buenas nuevas a todas las gentes,
que habéis visto clara la mesma vitoria.
Tened en el Niño, que es Dios, la memoria,
y no receléis los trancos del lobo;
y vuestras ovejas no teman el robo,
según lo verés por cosa notoria.
MINGO
Si sabes de mosica alguna cosilla,
cantemos en grita aquí todos yuntos.
GIL
¡Tomá qué pregunta! Sé todos los
puntos
del sol, fa, mi, re, que habrás maravilla.
MINGO
Y tú, Pero Pança, ¿en tono de villa
sabrás chillar algo aquí, si te yuntas?
PANZA
¡Mirá qué donoso, qué necias preguntas!
Sé todos los tonos con su subidilla.
Prosigue:
Y tú, Benitillo, ¿harásnos ayuda
con voz agudilla, bailando la dança?
BENITILLO
Yo, par diez, que cante diapente y mudança
y al canto de guérfano yo le saguda
octavas, novenas, con voz bien aguda,
¡por alto los pies, que habrás gasajado!,
y cortos y breves, tú pierde cuidado,
con máxima y longa yo hago que acuda.
GIL
Chapémosle agora sonetos, canciones,
y ande la trisca subida con saltos,
que suenen las vozes por cima los altos.
PANZA
Parece, Gil Pata, que en orden te pones,
tú mira, carillo, que no desentones,
aguarda que en falta ninguna caigamos.
A este divino moçuelo sirvamos,
que no coge cosa sino coraçones.
MINGO
Pues ande la dança aquí al rededor,
trabemonos todos muy bien de las manos,
con gestos alegres, jocundos y ufanos,
comience la música con dulce primor.
Y lleva, Gil Pata, si quies, el tenor;
tú frísale al tripe, Benito, las martas;
tú di, Pero Pança, requintas y cuartas,
que yo diré luego la cuentra y mayor.
Villancico
¡Ah, Gil Pata! ¿Qué es, carillo?
¡Pero Pança!
Hamos aquí una dança,
por servir este chiquillo.
Demos çapatetas, saltos,
cada cual con su respingo,
haz una vuelta tú, Mingo,
vayan los corcovos altos.
¡Passo, passo! ¿Qué es, carillo?
Ten crianza,
no desconciertes la dança,
por servir a este chiquillo.
Ande en compás el bailar
con chapadas castañetas;
vayan las voces perhetas,
que suene bien el cantar.
Digo, digo, da gritillo
con mudança.
Ande derecha la dança,
por amor de este chiquillo.
Da acá toste esse caldero,
sopemos huerte las migas,
hinchamos estas barrigas.
Sopa tú, Mingo, primero;
traga, traga, Benitillo,
con temprança.
Demos ya fin a la dança,
tornemos al ganadillo.
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