Monsieur James
¡EXIJO UNA EXPLICACIÓN!
El antiguo reloj de pared comenzaba a dar las doce campanadas que marcaban el inicio de la noche. Con su tranquilo pendulear acaricibia ese precioso sueño que parecía atraparme en ese viejo salón. La calma y el silencio, mezclado a una extraña pereza, hacían del lugar el dormitorio predilecto. Sentí como si algo o alguien me empujara a pernoctar allí. Sin más, me acomodé en ese viejo sillón de madera y de reacondicionadas felpas y me dispuse a entregarme en los brazos de Morfeo...
El chirrido catacumbal de la puerta me clavó al sillón y allí me quedé meditando en una súplica muda... ¡Dios mío!... sin embargo, no sentí miedo. Entreabí los ojos y distinguí en el centro de puerta la silueta de mi padre... la vi dirigirse directamente al viejo sofá que siempre ocupara en las tertulias como en las reuniones familiares mientras estaba en vida... de la mesa de apoyo tomó una antigua campanilla de bronce, que hizo sonar de su ruido sordo y metálico, carcomido por los años.... La sombra perfumada de choclos de Fresia, invadió el cuarto y con su voz suave dijo, dirigiéndose a mi padre, con todo ceremoniosidad: —ordene su señoría— Fresía fue la más antigua y leal del personal doméstico de la casa. —ve a buscar a Adriana y de paso te vienes con ella— le ordenó mi padre desde su voz ronca. —lo que ordene el Señor, contestó con toda humildad la niña... Estaba dulcemente paralogizado... no me atreví a moverme.. sin embargo, conservaba un desasosiego, como un cierto cosquilleo que recorrí mi ansiado cuerpo... Pasaron algunos segundos en ese silencio total, el tic tac del viejo reloj de pared, ponía la música de fondo a la escena.
De pronto, mamá con su hermosura de luces, ingresó al salón seguida de Fresia, tal como ordenara papá. Sin más, mi padre pareció cortar el aire y dijo de una sola voz —Adriana, quiero descansar en paz, entonces te debo confesar que Fresia es la madre de Andrés. (Andrés soy yo) y aprovecho de decirtelo mientras Andrés está aquí presente, dijo mientras me miraba de sus ojos fríos. Abrí mis ojos y exclamé ¡EXIJO UNA EXPLICACION! y no advertí ninguna sombra, el reloj de pared tocaba la última campanada de las doce de la noche....., mi madre con toda dulzura, me acaricio el cabello, entonces decidí que lo mejor era ir a dormir a mi dormitorio...
Monsieur James
Canada
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