Presagio
al Silencio Definitivo
Monsieur
James
Presagio al Silencio
Definitivo
Canadá,
Agosto de 1998
Humberto,
habitante de las estrellas,
Cierro los ojos y por los múltiples gladiolos del tiempo
me detengo un segundo y te figuro, transformando ya todo en verso,
sentado a tu vieja máquina de escribir. Desde allí
siento caminar tus cuitas y la sensualidad de tu poesía exita
las minúsculas letras de acero que danzan cual dragones flamígeros
aquel fuego que se desencadena y que un día condenó
la muerte y que en otros glorificó el amor. Y a pesar, maestro
mío, de mis años, de mi falta de tinta o de aquella
tecla que ha perdido un poco de su juventud, me glorifico de haberte
pertenecido, de haber interpretado un poco tus sueños que
se han ido viajando por la vida.
¡Oh! querido hermano ¿qué importan esos pequeños
afanes domésticos que no hacen otra cosa que dignificar tantas
glorias escondidas? por las que tu madre, sin dudas, te condujo
un día: con amor y por amor. En esa esquina del silencio,
estás orgulloso de rememorarla y cuando tiendes ese exquisito
mantel, quisieras servirla, ¿verdad? quisieras decirle todas
esas cosas que un día le has confiado a tu vieja máquina
de escribir.
Vamos querido hermano, personalmente,
de tanto afán doméstico me estoy convirtiendo en un
experto cocinero y hasta las humitas, las pantrucas o que se yo
que menestrón, casi no tienen secreto para mi. Naturalmente
que, hundo mi corazón en la generosidad de las hojas del
choclo, en la masa blanca que me recuerda las manos de mi abuela
y en el inmenso abanico de papas, cebollas, zanahorias, zapallos
y porotos verdes.......que me rememora al cultivador chileno, al
hombre campesino..."Tú que en el pértigo vas/
como en su trono los Reyes /Tú que tienes de los bueyes la
masedumbre y la paz/ cuando mueras llegarás por un camino
sin huellas/ al sitio en que las estrellas son como espigas de luces
/y la carreta en que cruces irá cargada con ellas" decía
en sus versos magníficos Oscar Castro, entonces.....
Pellino, aquí en el norte el verano juega sus últimos
soles y allá en el sur de mis límites se avizora esa
primavera perfumada que te preparas a caminar. Las estatuas de los
parques seguirán mudas, pero tu corazón irá,
lo sé, cantando todas la poesías que tienes incrustadas
en tu pecho, para deleite, así lo espero, de aquella máquina
de escribir, que aún a falta de tinta irá cantando
por sus rodillos la danza de sus exitadas letras de acero dictadas
por tu dulce decir.
Jaime
Hermano anfitrión del Olimpo:
Voy viajando por los crepúsculos
de las osadías mías al pretender entonar mis letras
con un, algún, atisbo de sílabas galanas para emular,
aproximarme a tus frases doradas...
Es el principio de esta carta mía
pero, bajando a la realidad cruda de esta miserable vida, mi demora
en entregar mis letras a las tuyas magníficas, es porque
vengo emergiendo, como Lázaro bíblico, desde las profundidades
del callejón por donde nos veremos obligados a transitar
a la espera, acaso, o al encuentro de mágicas visiones deíficas
en aquel misterioso silencio definitivo...
En efecto, querido hermano mío,
como expirementare algunos síntomas de ciertas dificultades
respiratorias, me fuí de consultas al alero obligado de los
discípulos de Hipócrates y, hete aquí que,
como resultado de las Horcas Caudinas que son los actuales exámenes
conforme los avances tecnológicos, fui sometido al implante
de un marcapasos para ayudar a mi pobre corazón agotado por
las inclemencias de esta vida en la que, como tú sabes, trata
uno de ir caminando a tropezones sin que se logre divisar un camino
mejor que el que se dejó atrás.
Todos hablan y hablan de que lo mío fue sencillo y que existen
innumerables casos similares. Cierto es que he tenido la satisfacción
de recibir los llamados de tantas amistades y la inmensa solicitud
y cuidados de los míos y, así las cosas, mi recuperación
ha sido rápida.
Y así, hermano, Dios ha querido que, por ahora, continuemos
hablando de las cosas nuestras en la acostumbrada sinfonía
del lenguaje que nos acompaña a través de la correspondencia.
Québec,
Noviembre de 1998
Pellino
alero preferido de mis cuitas,
Al dar comienzo a esta carta, me
estoy imaginando románticos desvarios, especie de estelas
luminosas que dominan los altares de la vida. Entonces quisiera
detenerme y albergar tu inmenso corazón, recorrer sus emociones
y deleitarme con la infinita y heroica batalla que atisbo cada vez
que tengo el privilegio de evadirme con tu escritura.
¿Fatigado Pellino? ...., hermanito,
luego de recapitular la infancia, veo que hemos ido apurando el
paso y de un caminar cadencioso y probablemente sensual nos hemos
desbocado en una carrera loca, sin hitos ni objetivos precisos.
Sin llegar nunca, es necesario llegar primero, poco importa el precio.
¿A dónde iremos a parar, si ayayay.....?
Estoy feliz que hayas salido nuevamente
victorioso de este combate y te incito a cuidarte con gran esmero.
Es posible que esta carta lleve algún retraso, ésto
debido a los acontecimientos últimos que en este hemisferio
pueden resumirse asi: el feliz anuncio del arresto del Sátrapa
en las faldas de la mujer de hierro, noticia que ha provocado, a
nivel local e internacional, una activa movilización de la
clase trabajadora. Las gravedad de las denuncias y de las pruebas
depositadas en su contra, (robo, asesinatos, torturas, etc..) ha
obligado a los Lores (Corte Suprema inglesa) a deliberar seriamente
sobre la suerte del traidor y asesino militar. Terrenalmente creo
que debemos forjarnos una última ilusión, y en eso
hemos estado trabajando.
Pellinito mío, esta hermosa
noticia me ha sustraído, un poco, del ensueño y ha
llenado de optimismo el sempiterno caminar por las mismas calles
y con lo mismos ladrillos. En Chile sin embargo, los coludidos de
ayer muestran hoy el verdadero rostro que escondieron por tantos
años. ¡Hay que salvar al Augusto Emperador! ¿La
verdad tiene su hora? el slogan de los años Frei padre, ¡a
la cresta! ¡Pinochet ! ¡Pinochet! ¡Pinochet!
Querido hermano, otras de las cosas
que me ha tenido bastante ocupado dice relación con la compra
probable de un ranchito (dicen que la tercera es la vencida). Los
desórdenes constitucionales de Québec y la batalla
por el poder (el 30 de este mes vamos a elecciones) han deteriorado
la gran economía, creando para la clase media (aquí
todavía existe), y valga la paradoja, la oportunidad de adquirir
ciertos bienes muebles. Y en la búsqueda de esa posibilidad
estamos barajando, naturalmente, la que más nos convenga.
Me gustaría poder recibirte con toda la comodidad que mereces.
Me gustaría que juntos dibujáramos en la nieve todos
nuestros sueños para que, llegado el verano, los ríos
los lleven al mar y que mañana, en cada puerto, nuestra esperanza
se convierta en la única bandera. Es la sóla receta
que puedo ofrecerle a tu corazón.
Un abrazo
En Canadá
el 27 de abril de 1999.
Pequeño
homenaje a mi Hermano Humberto Lodigiani C.
"Canto
al Silencio Definitivo"
En mi cuarto la luna encendida proyectaba
una suave luminosidad de encantamiento. Un pájaro ceniciento,
como una pesada lágrima parecía aletear en los vidrios.
De pronto el silencio misterioso fue horadado por un murmullo tupido,
lastimero y triste. Yo, habitualmente pensaba en ti, por allá
lejos; recogía flores, besaba mis recuerdos, olía
tu perfume soldado a mi piel. ÁQué loco! Sobrecogido
por la magia de tus ojos distantes, estuve detenido en los pristinos
balcones que miraban a tus jardines, y jugaba con las alegres mariposas
y las flores, sin otra preocupación que mi narcisismo onírico.
Buscaba las centinelas luces que me dieran la inspiración
necesaria para continuar nuestro epistolar intercambio.... El pájaro
ceniciento, vino nuevamente a mi ventana y cual melusina amante,
susurró dos veces: Tu hermano Pellino, ha cambiado la tierra
por el cielo.
EL día 27 de abril de 1999 llegó la noticia del fallecimiento
de mi querido hermano Pellino. El día anterior, en Santiago
de Chile, lugar de su residencia, su corazón fatigado se
durmió para siempre.
No quise sustraerme a la tarea de
evocar, lo que ha significado, desde el año 93, este imaginario
caminar por un mundo de sueños, en que amparados por musicales
anhelos, fuimos sembrando semillas azules.
Allí, nuestros domésticos altares, fijos en un punto
celeste "que hoy es su demora" crearon esperanzas de rosas.
Desfilaron por nuestros versos: la mujer amada, aquella paloma célica
que adornada de madre, de esposa, de abuela, o tal vez de melina
princesa, simplemente, fue recorriendo nuestras vidas, amparándonos
de todos aquellos demonios, contra los que que nuestra herculeana
virilidad fue siempre tan impotente.
Viajamos hacia los crepúsculos,
caminamos al encuentro dorado del otro lado de las estrellas. Abrazados,
partimos a la fuga de aquella tristeza, que siempre llenaba de océanos
nuestros ojos de piedra, cada vez que, tú, mujer dibujada
a nuestra piel, parecías disputarnos. Hoy, en las horas de
aquel misterioso "silencio definitivo" que tú llamabas
con tanta poesía, hermano Pellito, me has dejado solo. ¿Con
quién quieres que siga compartiendo mis cuitas?... sólo
tú conocías las orilla de mis cuentos y fuiste capaz
de dignificar mis días obscuros, con tu magnífica
luz.
¡Ah hermano, qué silencio el tuyo!... ¡sí...
tenías razón...! "misterioso y definitivo"
tu silencio. Ya no te alcanzaran los almíbares tejedores
de la aurora. Te habrás instalado del otro lado de la luna
a preparar tu encuentro, con el Generoso Padre del mundo. Una vez
asignado al concierto celestial, tu luz seguirá brillando
en todos nuestros rincones.
A Dios.....hermano querido.
Monsieur
James
Canada
Copyright ©2004 Monsieur James.
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