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Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados...
Gutierre de Cetina
Violante, me miráis con tal mirada
que meditar me hacéis si os he ofendido,
y buscar en el tiempo transcurrido
por ver si hallo la ofensa no buscada.
Y no encuentro palabra indelicada,
ni gesto inadecuado o desmedido,
ni saludo tal vez inadvertido,
ni misiva quizá no contestada.
Si así habéis de mirar, señora mía,
mejor no me miréis aunque me muera,
pues vuestros ojos, si desdeñan, hieren,
y los míos de vuestro desdén mueren,
haciendo que mi soledad prefiera
a esa mirada vuestra siempre fría.
(30 de Mayo de 2004)
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