LXXVIII
¿Y ha de
morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la blanca sombra del amor primero,
la voz que fue
a tu corazón, la mano
que tú querías retener en sueños,
y todos los amores
que llegaron al alma, al hondo cielo?
¿Y ha de
morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?
¿Los yunques
y crisoles de tu alma
trabajan para el polvo y para el viento?
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