CV
EN ABRIL, LAS AGUAS
MIL
Son de abril las
aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
Agua y sol. El iris
brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
La lluvia da en
la ventana
y el cristal repiquetea.
A través
de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.
Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.
Lloviendo está
en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.
Lluvia y sol. Ya
se obscurece
el campo, ya se ilumina;
allí un cerro desparece,
allá surge una colina.
Ya son claros, ya
sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.
Hacia la sierra
plomiza
van rodando en pelotones
nubes de guata y ceniza.
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