Poesías de Juventud

 

 

 

 

DIOS

¿Quién es el hombre ingrato que de la mano santa
del Dios pródigo y grande la vida recibió,
y ante su Dios postrado los ojos no levanta
reconociendo humilde cuanto el Señor le dio?

¿Quién es el hombre ingrato que con placer no canta
las eternales glorias del Dios que le creó,
y no agradece humilde misericordia tanta
y bienes tan inmensos como Él le dispensó?

Dios les da a los que lloran dulce consuelo
cuando su auxilio imploran con fe y anhelo:
Y ¡ay de los descreídos que no le llaman!
Y ¡ay de los pervertidos que no le aman!

Ante Dios de rodillas alza tus preces,
que cuanto más te humilles, más te ennobleces;
y ten siempre presente que el mal cristiano
no puede ser buen hijo ni buen hermano.

Alza al cielo los ojos
constantemente,
sé cristiano sincero,
sé buen creyente,
que al buen cristiano
Dios, que es Padre de todos,
le da la mano.

 

 

 

 


 

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