Premio
Punto de
Excelencia

 

Carmelo Abadía

Rosario Ramos


   Carmelo Abadía  

ENTREVISTA con CARMELO ABADÍA

     Como hemos venido haciendo con anterioridad, hemos publicado en nuestro número tres una selección de poemas de la trilogía de Carmelo Abadía. Hoy le hemos entrevistado para acercarnos y conocer un poco más en profundidad al autor y su obra. Afincado en Alfajarín, un pueblecito de Zaragoza, ha sabido encandilarnos con su poética y su narrativa breve. Es uno de esos raros especimenes en vías de extinción que aman profundamente la literatura. Dice el escritor que le gusta ser fiel a sí mismo, y que no le interesa la literatura crítica, además, se define como «poeta hasta la muerte o a lo más cuentista como Borges o Cortázar». Hasta el momento ha publicado una trilogía poética compuesta por los títulos Ojos de nómada, El jardín de las flores imposibles y El dios de lo gratuito, de la cual hemos ofrecido una cuidada selección a nuestros lectores. Pero no sólo es un excelente poeta, el autor ha publicado un libro de narraciones breves, titulado Una noche de fiesta, que nos muestra su capacidad latente como narrador dentro del ámbito del relato. Actualmente, está negociando la publicación de su próximo libro de narraciones cortas que se llamará El libro de las cosas jamás contadas, además de un libro de poesía que espera en el cajón para su próxima publicación.

     Tenemos que destacar su trilogía poética como obra notable, y muy recomendable para el lector amante de la buena poesía. Apta para todo tipo de publico, conocedores y no iniciados. Es una poesía muy humana enmarcada dentro de nuestro tiempo. Machado escribió en cierta ocasión que «la poesía es la palabra esencial en el tiempo». Con estas palabras sintetizaba un doble objetivo: captar la esencia de la cosas, a la vez que su fluir temporal. Y añadía: «Inquietud, angustia, temores, resignación, esperanza, impaciencia que el poeta canta, son signos del tiempo y, a la par, revelaciones del ser en la conciencia humana.» Más adelante habría de precisar: «La poesía es el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo.» Estas definiciones se pueden aplicar a la poesía de Carmelo en su búsqueda de los enigmas del hombre y del mundo, que le llevan a componer poemas intimistas donde en muchos casos lo lírico cede el puesto a lo conceptual, convirtiéndose como diría Salinas en «cantares de pensador». Encontramos en sus poemas sentencias o pensamientos, frecuentemente paradójicos, a veces oscuros, en ocasiones triviales, que encierran intuiciones profundas. En estas afirmaciones está la raíz de esa cálida y entrañable humanidad que impregna la obra de Carmelo. El elemento poético como diría Machado no es la palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una honda palpitación del espíritu; lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto con el mundo. La poesía de Carmelo, es una poesía que mira hacia el fondo del alma en su búsqueda por resolver el problema del destino del hombre. Para ello toca temas que reflejan sentimientos universales como pueden ser el tiempo, la muerte, Dios. Y no duda en recurrir a símbolos que reflejan realidades profundas y se decanta por el gusto de las formas sencillas, apoyándose en un lenguaje de léxico e imágenes de corte modernista.

     Su obra narrativa es más reducida, un libro que recoge dos narraciones breves bajo el nombre de Una noche de fiesta. Dos relatos de amor y de descubrimiento, de pasión y de fuego místico, que tratan sobre la búsqueda de la eterna verdad y del propio paraíso. Complementan los temas de su producción poética, como pueden ser la identidad humana, el destino del hombre, el tiempo, la eternidad y el infinito, el mundo como laberinto, incluso la muerte. Es decir, la personalidad del hombre, su consistencia o viceversa, sus extraños desdoblamientos y la posible identidad de los hombres.

     Carmelo es, ante todo, un creador, un poeta. Y como tal se apasiona por las ideas que desarrolla en sus creaciones, proyectando sus inquietudes y angustias en su juego sutil por el placer de fabular. Placer que contagia irremediablemente al lector que entra en el «juego» sin dejar por eso de inquietarle también. Sus poemas nos sugieren de forma velada la búsqueda insistente para desentrañar el enigma del destino del ser humano. En cualquier caso, todo lo dicho debe precisarse leyendo su poética y para ello emplazamos al lector a sumergirse en su obra, ya que esto son sólo unas aproximaciones sucintas de su contenido real.


     Rosario Ramos: Hemos publicado una selección de poemas de tus tres libros ¿Qué pretendes ofrecer al lector con esta trilogía y por qué esos títulos? ¿Cuál es el libro que más te ha costado escribir?

     Carmelo Abadía: Bueno, primero me permitirás que os salude tanto a ti, mi apreciada Rose, como al resto de los integrantes de este hermoso proyecto que es Katharsis. En segundo lugar, un aviso para navegantes: yo tiendo mucho a utilizar citas, espero que se me perdone por ello y que no se crea o se vea en ello pedantería alguna, simplemente es el resultado de mi agradecimiento a toda una cadena, la literatura y la cultura en general, a la que yo pertenezco y que para mí es mi más preciada herencia e, igualmente, ¿ por qué no utilizarlas cuando en ellas alguien ha conseguido ya aquilatar un pensamiento de una forma inmejorable?. Espero que me perdonaréis este preámbulo y ya sin dilación entro en harina.
     Mi trilogía poética efectivamente forma una unidad de sentido y de experiencia. Como toda verdadera obra poética surge en medio de un alto sufrimiento, que me veo tentado a comparar con el dolor de un parto. Espero que tú, como mujer, me perdones la comparación. En cierta manera al escribir el poeta se da a luz a sí mismo, quizás a la parte más real de sí mismo, que hasta el momento suele haber estado oculta y enterrada. Yo siempre digo que la escribí en medio de un trance, como obligado, así que ya puedes imaginar la de insomnios, pesares y demás pesadumbres que la acompañaron; y lo mejor de ello es que durante semejante tránsito sigues en tu vida normal. Conforme el proceso de creación avanza es cierto que la tensión va disminuyendo, por ello en el último libro, El dios de lo gratuito se aprecia una mayor calma. A tu pregunta de por qué los escribí o los publiqué, te responderé diciéndote que el motivo estriba en que creo que en ellos hay ideas, sensaciones y sentimientos que no había encontrado en ningún libro ya publicado. Yo creo firmemente en aquella sentencia de Ortega y Gasset que decía que el mayor favor que se le puede hacer a la humanidad en estos tiempos es no escribir libros innecesarios. Perdona que me alargue tanto, pero lo veo imprescindible. Respecto al porqué de los títulos, te diré que me parecen hermosos y evocadores, y la belleza y el misterio siempre son verdad.

     Rosario Ramos: Tu poesía contiene elementos simbólicos y mitológicos pero es una poesía que no resulta excesivamente crítica o agresiva, es una poesía que en muchos sentidos rezuma paz y serenidad, defínenos brevemente tu poesía ¿De dónde sacas la inspiración y las ideas?

     Carmelo Abadía: A estas alturas de mi vida, yo no creo en la literatura crítica. Todos nosotros conocemos a Zola, a Flaubert, a Dostovieski, a Blasco Ibáñez, a Sartre, etc, etc. ¿Quién de nosotros no podría citar un libro estupendo que refleja tal o cual problema, tal o cual desgracia, tal o cual perfidia humana? ¿Quién que tenga cierta cultura desconoce aquella máxima hegeliana de que el individuo siempre es víctima de la Historia?. Pero yo ahora pregunto: ¿esos libros maravillosos que denuncian y ponen en jaque las inmoralidades de la realidad han transformado a éstas, las han neutralizado?. Si somos sinceros, nosotros, los hijos del post-marxismo, del post-existencialismo y de muchos más post, diremos que no. El oficio del artista no es mostrar la oscuridad del mundo, bien que se muestra ella sola; el oficio del artista es mostrar la luz inalienable, inmarcesible, que en el mundo existe, porque de verdad existe. Y ése es el sentido de mi poesía, e igualmente de mis relatos, pues yo sigo la máxima de Baudelaire de ser siempre poeta, incluso en prosa. Para muchos críticos, dicho esto entre paréntesis, cometo el pecado capital, pero ¿qué le vamos a hacer?. Me preguntas que cuál es el lugar del que surge mi inspiración. Pues mira, te lo diré, de lo más profundo de mi corazón, de ese lugar en el que según los antiguos hindúes que escribieron el Bhagavad Gita el sabio alcanza el punto de encuentro entre la apariencia y la realidad, entre el no ser y lo que de verdad es. Y cito el Gita, pero igualmente podría haberte citado al genio de la filosofía del lenguaje Ludwig Wittgenstein, el cual de otras maneras, con otra terminología, nos conduce a lo mismo en el final de su gran Tratactus. No sé si he sido lo suficientemente claro, pero aquí lo dejo.

     Rosario Ramos: Existe una diferencia entre concebir una idea y llevarla a cabo, en tus poemas ¿has encontrado la voz del poeta, o hay algo que quieras expresar y que no has conseguido aún?

     Carmelo Abadía: Eso es completamente cierto. Hay que partir del principio de que la expresión perfecta no existe. La exteriorización siempre menoscaba a la materia prima del arte. En cierta manera, en la poesía, en la mía al menos, la tensión surge porque se intenta cometer una contradicción ontológica o quizás todavía yo diría más, metafísica, pues se intenta expresar con palabras lo inefable, lo que de por sí no pertenece al plano del fenómeno y de la apariencia. Por ello, el poeta debe aprender a ser imperfecto, a expresarse tal como pueda, mal o bien. Lo contrario conduce a la inacción y a la frustración, al infinito retocar líneas que no conduce más que a la esterilidad supina.

Ojos de nómada
     Rosario Ramos: En tu primer libro se perfila un poco la figura del atrapasueños que a través de experiencias místicas describe sus vivencias, convirtiendo su búsqueda de lo sobrenatural en una gran aventura. Las notas características de este libro es una poderosa imaginación, una fuerte capacidad de observación y un estilo armonioso y equilibrado ¿Con que poema te quedarías de Ojos de nómada? Explica por qué.

     Carmelo Abadía: Mira, queridísima Rose, me permitirás que te responda como lo hacía Borges cuando le preguntaban sobre su pretendida gran imaginación: "Señor, carezco completamente de imaginación". A mí me ocurre otro tanto, carezco de imaginación; mi reino es la experiencia, la experiencia profunda, por ello hay dos ámbitos que me interesan sobremanera: la mística y la erótica, pues en ambos, e igualmente en el verdadero arte, basta escuchar la música de Schubert o Wagner para darse cuenta de ello o admirar una catedral gótica, se puede tomar contacto con lo más íntimo de la realidad. Y me permitirás igualmente que te subraye aquella cita del gran poeta persa Saadi de Shiraz que dice que el más estúpido de los hombres es aquél que prefiere la opinión ajena a la propia experiencia. Respecto a elegir un poema de mi primer libro, no me agradaría elegir uno y abandonar los otros, pero, como la ocasión lo requiere, te mencionaré uno especialmente: "Mundo oscuro", porque en él se unen aquellas dos experiencias de las que te he hablado: la pasión mística y la pasión amorosa.

El jardín de las flores imposibles
     Rosario Ramos: El jardín de las flores imposibles es más reducido que tu primer libro y se percibe un tono más realista y agridulce, mostrando el lado oscuro del ser humano junto con la bondad, como parte lógica de la vida. De este libro ¿Qué destacarías? Explícanos un poco el significado de los tres poemas finales.

     Carmelo Abadía: Efectivamente la vida es así, compleja y llena de luces y sombras. El nómada del primer libro en este segundo hace un pequeño receso, se sienta y descansa, contempla el mundo y continúa. Por cierto, en este libro hay un poema que se llama "En los inicios ", subtitulado "Rudimentos de civilización", que recomendaría especialmente a todos aquellos que consideran que la poesía es ensimismamiento en la propia torre de marfil. Se darán cuenta allí de aquello de que el místico es el hombre más práctico, pues, desnudo de prejuicios, ya nada le ciega.
Respecto a los tres poemas finales de este libro te diré que ellos representan el esfuerzo mayor que nunca he hecho para intentar mostrar la materia prima de la poesía de la forma más desnuda, realmente constituyen un tour de force, es el misterio y lo inefable del arte y del mundo. Mi paisano Luis Buñuel en sus memorias decía algo que me gustaría aplicarme a mí mismo: no busquéis explicaciones a ciertas secuencias de mis películas, simplemente hay que dejarse llevar por ellas y por las sensaciones que se despiertan. Lo mismo dirían un Dalí o un Gérard de Nerval, pues ¿qué significan los sonetos de Las Quimeras?.

El dios de lo gratuito
     Rosario Ramos: Tú último libro -El dios de lo gratuito- se compone de once poemas y cambia un poco la forma, aunque el fondo se mantiene en la misma línea que los anteriores, hay quizás una nota de incertidumbre sobre el destino del ser humano que nos llama la atención, como podemos ver nada más abrir el libro y leer los versos del poeta ciego Abul-Alá al-Maari. ¿Te identificas un poco con la visón pesimista del poeta árabe? ¿Cómo describirías la estructura poética del libro?

     Carmelo Abadía: Realmente, y dicho esto sin ninguna ironía, te diría que el motivo de la cita a la que te refieres y que encabeza la obra no está puesta tanto por el fondo, que evidentemente es muy desalentador, sino más bien por otra cosa: esas dos líneas recogen en sí más belleza y lirismo que el que a veces encuentras en cuatrocientas novelas de trescientas páginas todas ellas juntas. Si no recuerdo mal dice algo así: "El destino nos destroza como si fuéramos de cristal, y nuestros pedazos nunca más vuelven a unirse". Ya ves como el motivo de la cita es muy diferente del que aparentemente pudiera esperarse .
     Respecto a la estructura de este libro, efectivamente se produce en él, o también podríamos decir que se caracteriza por un importante cambio formal, pues si en los anteriores dos libros existía algún precedente, es en éste donde aparece un tipo de poesía que denominaríamos narrativa. El género de la poesía narrativa, lamentablemente, está a día de hoy muy en desuso; lo cual en cierta manera viene dado por la preeminencia de la novela y el relato en los gustos generales, pero no debemos de olvidar que en un principio la poesía fue el origen de la literatura y que se trataba de poesía narrativa. Y muy bien no sabría decir por qué demonios lo he hecho, pero así lo hice.

     Rosario Ramos: Hasta el momento has publicado un solo libro de relatos breves, recoge dos narraciones cortas que tratan del amor, la pasión y la infidelidad en la búsqueda de la verdad y de la propia felicidad ¿Qué destacarías de estas dos narraciones?

Una noche de fiesta
     Carmelo Abadía: Bueno, en cierta manera mi obra, tanto en prosa como en verso, forma un todo único. Por ello en mi solitario libro de relatos hasta el momento publicado y que lleva por título Una noche de fiesta aparecen temas complementarios con mi anterior producción poética. Este libro se compone de dos relatos, uno un tanto breve titulado "Los amantes" y uno más extenso que da título al libro: "Una noche de fiesta". Aunque para mí es bastante difícil definir mis obras, pues claro, si uno pudiera expresar en unas líneas sus ideas, no se vería precisado a escribir libros (creo que esto resulta muy comprensible); bueno, pues a pesar de lo anterior, voy a aprovechar la actualidad para intentar animar a los lectores a que compren y lean Mi noche de fiesta utilizando una referencia a un best-seller que en este momento se haya en todo su esplendor, me refiero al mediocrísimo Código Da Vinci. En este libro de éxito mundial hay infinitas alusiones a la práctica y al concepto del "hierosgamos", el matrimonio o unión sagrada, pues bien, precisamente el argumento que se desarrolla en mi relato es éste precisamente. A través de dos adolescentes, intento recrear la liturgia espontánea de la unión sagrada de los cuerpos y de los espíritus. Y no digo más.

     Rosario Ramos: Hablemos un poco de los personajes, parte esencial de toda narración ¿Cómo construyes a tus personajes? ¿Te inspiras en la realidad? Y permíteme otra pregunta, sobre lo mismo ¿Te reflejas en alguno de tus personajes, es decir, hay algo de autobiográfico en ellos?

     Carmelo Abadía: Como decía Zweig, es muy difícil informarse sobre la creación artística hablando con los artistas, pues casi todos ellos no son conscientes de su labor cuando la llevan a cabo. Éste, y no otro, es mi caso.Yo siempre digo que la literatura para mí es como un trance. A veces incluso me gusta utilizar el símil que usan las sacerdotisas del Vudú caribeño cuando dicen que sus actos son el producto de que son montadas por los espíritus. No voy a decir que yo practico la escritura automática, ni mucho menos. Pero la realidad es que los personajes, incluso sus nombres, se me imponen, parece que vinieran del mundo de los sueños o de no se sabe dónde y que me contaran su historia para que yo les sirviera de vehículo, de médium. Evidentemente, yo vivo en el mismo mundo que los restantes mortales, por lo tanto en mis relatos y en mis poemas hay coches, ciudades, casas, etc, etc ... Nadie escapa de la realidad, eso sí, la realidad es muy vasta y no sólo en una dimensión ... Espero que conozcáis que hay muchos físicos que defienden no las tres dimensiones clásicas añadidas al tiempo, sino que incluso hablan de unas treinta y dos, imperceptibles pero reales ... a mí me parecen muchas, pero eso dicen. Respecto a la pregunta de si mis personajes son un reflejo de mi alma o de mi persona, te responderé que a mí me desagrada profundamente el subjetivismo en literatura. Creerse uno tan importante me parece una enfermedad, algo morboso. Yo evito siempre lo autobiográfico, entendido esto en el sentido que habitualmente se le da al término. A mí me agrada no lo particular sino lo universal concreto. Y todavía diría más, en estos tiempos donde prolifera lo que podríamos llamar "pornografía del yo" es casi necesario y profiláctico evitar el recurso a lo autobiográfico. Cada cual pensará lo que quiera.

     Rosario Ramos: ¿Qué consideras necesario para definir a un personaje? Descríbenos a los personajes principales de tus dos narraciones.

     Carmelo Abadía: Un personaje es un todo, como una persona de carne y hueso. Por ello no es necesario, incluso resulta ocioso y engorroso, la excesiva descripción. Un buen escritor define un mundo con una nota. Lo difícil es eso: encontrar la nota, la melodía de la que surge el todo como la simiente lleva implícita a la planta que ha de salir de ella. Definir a mis personajes es una tarea en este momento inútil, pues ya lo he hecho en mis obras. Lo siento, pero quien los quiera conocer debe ir a ellas. Y quien no comprenda esto es que no conoce lo afortunado que debe estar el escritor cuando escribe y la musa lo acompaña. Si yo le pregunto a Shakespeare cómo es Hamlet, me responde seguro: toma y lee. Decir si es un chico, una mujer, español, griego, contemporáneo, empresario, obrero, no es decir nada respecto a la esencia de él. Lo siento mucho, pero esto es lo que hay.

     Rosario Ramos: ¿Cómo surgieron estos personajes y con cual de ellos te identificas más y te ha costado menos ser crítico?

     Carmelo Abadía: Esta pregunta, apreciada Rose, creo que ya la he respondido implícitamente, e incluso de manera abierta, en mis anteriores comentarios. Me aprovecho de ello y como la vagancia me domina, si te parece bien, pasamos a la siguiente. Eso sí, que no se me olvide, yo nunca juzgo a mis personajes, tan sólo intento comprenderlos. Ya es bastante.

     Rosario Ramos: ¿Has desechado alguna vez un argumento para algunos de tus relatos por considerarlo poco apropiado?

     Carmelo Abadía: Más que un argumento lo que he desechado ha sido un mundo. Me explico. En uno de mis poemas todavía no publicados cuento que durante cierto tiempo estuve tentado de escribir un libro llamado El libro de las sombras, pero que al final me arrepentí y lo dejé, pues ya es bastante haber cargado con ellas en vida. Vuelvo a repetir, no me interesa la literatura crítica, eso se lo dejo a otros.

     Rosario Ramos: Muchos autores no llegan a publicar sus proyectos temiendo el fracaso ¿Hay proyectos en tus cajones por inseguridad o miedo? ¿Has dejado a medio camino algún relato o poema por este motivo?

     Carmelo Abadía: No, nunca. Yo pertenezco a una tierra en la que tenemos fama de tener la cabeza dura, de ser testarudos. De hecho, me da más miedo el éxito y su cortejo vanidoso que el fracaso. ¿Te lo puedes creer?.

     Rosario Ramos: Hasta el momento has tocado la poesía y el relato breve pero no te ha dado por la novela ¿Para cuando tu primera novela?

     Carmelo Abadía: Ésta es la pregunta del millón. Últimamente todo el mundo que conozco me repite la misma pregunta. Mira, la novela, el género burgués por excelencia y que coincide en su ascenso con el de dicha clase social en el siglo diecinueve, exige un tiempo y unas condiciones de las que yo hasta el momento carezco. Como he dicho, género burgués por excelencia exige llevar una vida igualmente burguesa, y no lo digo yo, pues esta maravillosa definición fue hecha por uno, quizás junto a Stendhal el mejor, de sus más conspicuos representantes: Monsieur Gustave Flaubert. Yo lamentablemente carezco de esa tranquilidad necesaria para embarcarme en semejante proyecto. Pero aún te voy a ser más sincero.Yo comparto la opinión de Amboise Bierce en su famosísimo "Diccionario del diablo" en el que afirma que una novela no es otra cosa que un cuento hinchado. Ya ves, poeta hasta la muerte o a lo más cuentista como Borges o Cortázar. No es otro mi sino.

     Rosario Ramos: ¿Eres escéptico? Y si es así ¿hasta que punto se refleja en tu obra?

     Carmelo Abadía: No soy nada escéptico; más bien te diría que al revés. Lo que ocurre es que al igual que la Modernidad, desde la Revolución francesa, ha derribado los viejos mitos en los que durante milenios se sostuvo el hombre y el mundo, yo tiendo también a criticar y a descreer de los mitos que la misma Modernidad ha intentado establecer.

     Rosario Ramos: Me consta que eres un gran lector ¿Cuál es el autor o la obra que más te ha marcado? Me gustaría que me recomendases cuatro o cinco títulos de cara al verano.

     Carmelo Abadía: Desde mi infancia siempre recuerdo dos frases que me han marcado profundamente. Una, que en cierta manera no viene al caso, pertenecía a una obra de Baroja, era aquélla en la que el mar le decía: "Baroja , tú nunca serás nada". Y la otra era una cita de Borges en la que él decía que había que leer unos dos mil libros para ser un hombre cultivado, en la misma él afirmaba haber leído más de veinte mil. Pudiera ser. Yo, efectivamente, he leído mucho, entre otras razones porque mi entorno cultural era muy pobre, mi infancia transcurrió nada más y nada menos que en un pueblo rural durante el tardofranquismo. Gracias a Dios que semejante noche de la vida ya se acabó. Los libros para mí fueron un gran refugio y una puerta hacia otros mundos. Libros a los que mi corazón recuerde con cariño habrá cientos, enumerarlos se escaparía de los límites de esta entrevista. Tampoco voy a recomendaros ningún libro. Cada lector debe encontrar el suyo, y si ése es su camino, aquel libro lo llevará a otro y así infinitamente. Os puedo comentar que yo este verano, si mi tiempo lo permite, lleva idea de enfrascarme con una curiosidad bibliográfica del Renacimiento titulada El sueño de Polífilo de Francesco Colonna. Yo me he convertido ya en lector de libros extraños. Eso sí, voy a haceros una recomendación: queridos lectores, leed algo de los autores que colaboran en Katharsis, que no soy yo, pues Antonio o Paola o cualquier otro. Gracias .

     Rosario Ramos: Si te dieran a elegir con que te quedarías ¿ éxito de crítica, éxito de público, o premios?

     Carmelo Abadía: Con el éxito de público, sin dudarlo un solo instante. Un escritor siempre aspira a ser leído por el máximo número de gente posible.

     Rosario Ramos: ¿Qué rasgos destacarías entre los jóvenes escritores del momento?

     Carmelo Abadía: Tengo por norma no opinar de mis contemporáneos. Simplemente te diré que, como siempre, hay unas determinadas y cambiantes modas a los que la mayoría se apunta y también que siempre hay otros que andan a su paso. Hay que tener cuidado porque en la república de las letras enseguida se arma escándalo.

     Rosario Ramos: Hablemos un poco del futuro. Actualmente estas negociando la publicación de tu próximo libro que se llamará El libro de las cosas jamás contadas además de un libro de poesía que espera en el cajón para su próxima publicación. Cuéntame un poco de que van estos dos trabajos.

     Carmelo Abadía: Mis ideas de futuro pasan por la publicación de mi libro de relatos, cuyo título citas en la pregunta, y por otro en el que mezclaré poesía y relato, cometiendo según la división de géneros otro pecado capital . ¡Qué le vamos a hacer¡. Respecto a mi libro de relatos, como de hecho he dado un adelanto a la revista en forma de uno de ellos llamado "Infinitos son los mundos" lo único que diré es que quien esté interesado lo lea y él mismo pruebe el vino para ver si le agrada o disgusta. Respecto a mi libro de poesía y relato, simplemente diré que sigo en mi línea, en mi conato de ser yo mismo. Ya veis que a veces me torno muy lacónico. Lo siento.

     Rosario Ramos: Y para finalizar, tus libros se han publicado en papel, pero están también a la venta en Internet ¿Qué opinas de este medio para difundir la obra?

     Carmelo Abadía: Bueno, bueno. Yo, si he de ser sincero, veo un futuro un tanto oscuro para el mundo de la cultura en general. Si tenéis alguna duda, encended vuestro televisor y se os disiparán. A mí esto la verdad es que no me causa alegría, pero tampoco pánico, pues yo creo que la verdadera cultura siempre ha sido minoritaria y elitista, de la élite de la sensibilidad. Es curioso que utilizar esta palabra enseguida pone nerviosos a algunos en esta sociedad, en cambio no les pone el observar que nunca como ahora se ha adorado al dinero como único bien sagrado, quizás sea porque éste sea cuantitativo y un cheque sea igual a otro si su monto es el mismo ... Prosigo. Así es que dentro de este entorno, el devenir de la cultura en Internet es muy aleatorio. A día de hoy publicar en Internet no te atrae un gran público. ¿Qué pasará mañana?. Pues no lo sé; pudiera ocurrir que la red se convierta en la única ventana para mostrar una obra independiente y libre de las servidumbres del negocio editorial. E incluso más: pudiera ser, Dios me oiga, que a través de ella y por la facilidad de la edición digital y la libertad que el autor pudiera gozar el escritor alcanzase por fin su independencia y su autonomía plena ... Será lo que será .
     Nada más, muchísimas gracias por tu entrevista, mi amabilísima Rose.


Rosario Ramos

Málaga (España)

Copyright ©2003 Rosario Ramos F.


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