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    CRÍTICA DE LA OBRA DEL AUTOR.


    Justo S. Alarcón

    Entrevista con Justo S. Alarcón
    (Segunda parte)


    Por Lupe Cárdenas
    Arizona State University West


    Esta es la segunda parte de la entrevista hecha al profesor Alarcón y que habíamos prometido hace algún tiempo. La primera ya apareció aquí, en la revista Confluencia. Esta última se había concentrado, en su mayor parte, sobre las ideas del autor acerca del proceso creativo. Ahora nos hablará de su propia obra y de cómo la enfoca él mismo desde el ángulo crítico. Creo que es una experiencia inusitada para un lector escuchar al autor hacerse crítico de su propia obra. Veamos.


    Lupe Cárdenas
    En la anterior entrevista, profesor Alarcón, usted nos había prometido que nos iba a hablar de su propia obra literaria. Aquí estamos listos para que nos brinde ese enfoque personal. Comencemos con la primera pregunta. ¿Cuál fue la primera pieza literaria que usted ha escrito?

    Justo S. Alarcón
    Como te había dicho la otra vez que me invitaste a una entrevista, la primera cosa que hice en este sentido fue escribir un cuentito cuando yo era todavía muchacho y comenzaba la secundaria. Te acordarás de mi auto-lancha trasatlántica. Bueno, esa primerísima experiencia me dejó un poco avinagrada la imaginación. Fue a todas luces claro que a mi maestro no le había gustado mi cuento, y me lo comunicó con la franqueza y desfachatez más abrumadora que yo jamás hubiera experimentado en mi vida escolar. Yo, siendo muy joven todavía, y como te puedes imaginar, quedé muy herido. En fin, recordaré siempre esa amarga experiencia. Después pasaron muchos años sin que se me ocurriera escribir, hasta que en los años setenta, aquí, después de ver en la televisión una cosa increíble, tomé la pluma y comencé a dar duro contra las injusticias perpetradas contra el hispano. Se trataba en aquel incidente de una familia de ricos rancheros que, para divertirse, tirotearon con una escopeta a unos cuatro inocentes jóvenes mexicanos que habían cruzado la frontera buscando trabajo agrícola para ese fin-de-semana. En una sola noche escribí mi primer cuento, que se publicaría después dos o tres veces más. Un cuento descarnado, fuerte e, incluso diría yo, brutal. Se titula, como te había dicho en la otra entrevista, Ojo por ojo y.... También apareció una reimpresión en Semana de Beallas Artes, de la UNAM, en México. Como me pareció haber tenido un tanto de éxito, continué escribiendo. A éste siguieron otros cuentos que, más tarde, los recogí en una colección que llevaría por título Chulifeas fronteras.

    LC
    ¿Por qué no comenzamos a hablar sobre este libro, ya que usted lo mencionó ahora, y fue el primero? Ante todo, ¿qué fecha de publicación lleva, y quién lo publicó?

    JSA
    Como colección, apareció en 1981, y fue publicado por la ya desaparecida editorial Pajarito Publications, de Nuevo México. Añadiré que esta casa editorial, como la mayor parte de las que había en los sesenta y setenta, tuvieron una existencia precaria y relativamente fugaz. Dependían fundamentalmente del esfuerzo individual o de un grupo muy reducido de entusiastas. Pero todas ellas dejaron un legado que perdurará por largo tiempo. Si no fuera por esta editorial, y otras semejantes, hubiéramos perdido los primeros frutos de la literatura chicanohispana.

    LC
    ¿Cuántos cuentos integran esta colección y cuánto tiempo transcurrió entre el primer cuento y el último?

    JSA
    El número total de cuentos que integran esta colección es de ocho. El tiempo transcurrido entre el primero y el último, no sabría decírtelo. Pero diría yo que serían unos cinco años. Todos ellos escritos por los años setenta.

    LC
    La temática general, como el mismo título indica, es "la frontera". ¿Por qué seleccionó la frontera como temática y ambientación?

    JSA
    La temática, aunque trata de una realidad harto compleja, que es la frontera, es bastante limitada. Digo esto porque, como te puedes imaginar fácilmente, la frontera, es decir, esa enorme franja que divide, o mejor dicho, que une geográfica y económicamente dos países limítrofes, es un mundo en ebullición, un mundo muy complejo y un universo en miniatura. Por eso, en ocho cuentos, no se puede tocar el número incalculable de posibles temas. Pero sí considero que, en esta colección, se tratan temas evidentes para todo aquél que tenga ojo de observador. En cuanto al "por qué" seleccioné la frontera como tema y ambientación para esta colección, hay varias razones. Allá por el año 1972, tuve la oportunidad de hacer un poco de investigación sobre la lingüística del chicano en la Universidad de Texas en El Paso. Específicamente, con los estudiantes hispanos de la Universidad. Duré un semestre académico, es decir, unos cuatro meses. Viví en El Paso durante ese tiempo. Cruzaba la frontera, a lo menos, una vez por semana. El resultado de mi investigación lingüística no fue de gran importancia. Irónicamente, me salió más fructífera la observación de la conducta socioeconómica de la gente de ambos lados de dicha frontera que el estudio académico de la conducta o práctica lingüística del chicano. Por otra parte, me pareció que la frontera era la confluencia de dos actitudes culturales bastante diferentes de hispanos: los mexicanos al sur y los chicanos al norte de dicha franja geográfica. Además, me di cuenta que el anglosajón que vive en esta región ya no es el mismo anglosajón que vino del Este. Aún aquéllos que transmigran del Este al Suroeste, después de varios años de vivir en estas latitudes, cambian un poco su actitud, a causa de la fricción, contacto e influencia hispana. Tenemos que darnos cuenta también que, como vasos comunicantes, hay influencias de ambos lados y entre ambos grupos culturales. O sea, que tenemos un triángulo de contacto cultural interesante: el mexicano, el chicano y el anglosajón. Para responder a tu pregunta, no podía yo perder esta oportunidad para desarrollar y recrear, por medio de la ficción, esta realidad tan interesante y peculiar. Y así fue.

    LC
    ¿Qué aspectos temáticos seleccionó usted para elaborar esta colección?

    JSA
    Fíjate que semiconscientemente escogí aquellos que se me venían espontáneamente. Es decir, después de innumerables visitas a Ciudad Juárez, México, de recorrer sus calles, de comer en sus restaurantes, de entrar en un sinnúmero de tiendas "curios", de ver las residencias de ricos y los dilapidados barrios de los pobres, que eran la mayoría y de, por qué no, entrar en algunos cabarets, me creé un mundo muy mío, en mi solitaria alma. En medio de un bullicio increíble, yo me sentía solo, muy solo. No porque no hubiera gente con quien hablar, dialogar, gente amable en su mayoría. Mi soledad radicaba en lo que veían mis ojos. Un mundo artificial. Un mundo enajenado, dependiente, en función de algo que no era suyo y de alguien con quien no "se podía encajar". Un mundo que colgaba del aire. Una existencia banal, que se vive al día, que no sabe uno qué es lo que le espera al día siguiente, a la vuelta de la esquina. Un millón de personas, de todas edades, de todos niveles sociales, con una superabundancia de pedigüeños, de pordioseros. En fin, gentes desencajadas. Como si caminaran sin tocar al suelo. Sin arraigo. Esto todo, así expresado vagamente, como visión y sentimiento existenciales, por no decir existencialistas, me llenaba el alma de soledad. Se me hacía abrumador, casi intolerable. Una explotación humana elevada a una potencia o grado sumamente devastador. En concreto, como te indiqué, iba tomando nota de aquí y de allá. Después, me encerraba en mi apartamento y, por la noche, dejaba que esa película surrealista recorriera las entrañas de mi imaginación. Me sentaba a la mesa y, a las tantas de la noche, dejaba que la pluma fluyera. Sin esfuerzo se agolpaban las imágenes. Tenía que seleccionar y descartar muchas de ellas que se entrometían en algún propósito mío concreto. En fin, este es el ambiente en el que se alimentaba mi fantasía y del que brotaron estos cuentos. Sé que no estoy contestando a tu pregunta, pero necesitaba exponer el contexto emotivo para que puedas comprender en qué aguas nadaba yo en aquel entonces.

    LC
    Está bien. Quizás yo debiera haberle hecho otra pregunta antes, sobre este trasfondo interesante y que me parece imprescindible. Después de haber expuesto este ambiente del que nació la obra, ¿podría usted ahora decirnos o contarnos algo sobre los temas desarrollados? O, si le parece, comenzar por los títulos de la colección, Chulifeas fronteras, y, si desea, puede hablar ya sobre algún cuento en particular.

    JSA
    Creo que es una idea excelente la de comenzar por los títulos. Como te dije antes, el primer cuento fue "Ojo por ojo y...". A éste siguió "Contaminación". Sería imperdonable que el personaje llamado "aduanero" se quedara sin entrar en la colección. El aduanero, a mi modo de ver, desempeña una función, para bien o para mal, importantísima en la frontera. Para él, la verdadera frontera, su trabajo, su función es muy peculiar, por ser bien definida en cuanto individuo. Se ocupa de lo que diríamos "la línea" o "la raya" fronteriza, demarcadora geográfica y geométricamente hablando de dos países vecinos. Sin embargo, el impacto de esa función particular conlleva una trascendencia incalculable, por extenderse hasta el interior de México. Nosotros lo vemos como un "funcionario público", guardador de unos escasos metros de terreno. Pero no es así, porque él representa el brazo que se extiende no sólo por dos estados fronterizos, sino que es el tentáculo que abarca desde Washington hasta la frontera, todo México y Centroamérica. Pues bien, le dediqué un cuento al "aduanero". Naturalmente, toda esta visión global que acabo de exponerte no cabría en unas cuantas páginas. Así que seleccioné a un personaje, mezcla de anglo y de hispano. Ya sabes que, algunas veces, esa terrible "persona" del aduanero resulta no ser solamente "gringo", sino también hispano. Para mí, este detalle adquiere proporciones incalculables, como para todo chicano que quiera cruzar la frontera en las dos direcciones. Algunas veces los ponen a ellos como anteojos, como máscaras teatrales, como escudos y como peones en un tablero de ajedrez. Estoy plenamente seguro de que sabes a qué me estoy refiriendo. En pocas palabras, he visto y sentido en mi propia experiencia, desgraciadamente, que algunos aduaneros de los nuestros se portan con más "solemnidad", porno decir arrogancia vana, que los otros. ¿Entiendes? Pues, como dije, tuve que dedicarle un cuento a este personaje. Claro, a través de él, describí la tremenda falta de humanismo, la arbitrariedad y la subjetividad en "la aplicación de la ley" y el maltrato frecuente a que están sujetos nuestros hermanos de raza. Naturalmente, el tema del racismo y de la diferencia de culturas entra en juego, con la gran ironía de que este personaje es "medio raza". Al final del cuento, se le aplica la "justicia literaria", cayendo él mismo en la más vil de las tragedias. Contrae sífilis y, finalmente, creyéndose burlado matrimonialmente, se da un tiro, con la misma pistola tan reluciente que mostraba a sus medio hermanos de raza. Peleando obsesionadamente contra la "contaminación" de las razas, él, medio mestizo, fue "contaminado", precisamente por aquel medio contra el cual luchó toda su vida.

    LC
    ¿Qué otros temas toca usted en esta colección?

    JSA
    Otro tema que me parece esencial es el de la identidad. Si partimos del supuesto que esta frontera, por su propia naturaleza es "bilateral" o "binacional", nos llevaría a una errónea hipótesis de que las cosas deben ser o son y están bien delimitadas, así como si todo encajara en los dos colores polares de blanco y negro, es decir, angloamericano, por una parte, y mestizo mexicano/chicano, por otra. Pero la realidad, sin embargo, es muy otra. Existe una gran variedad arcoírica, no sólo de colores raciales, sino también de lenguas, de clases sociales, de negocios, de músicas, de comidas, de intereses y de entretenimientos. En particular, voy a nombrar algún tema que traté de desarrollar en estos cuentos, con sus títulos correspondientes. En "ojo por ojo y..." traté cuatro o cinco temas, en mi opinión, importantes. El del negocio agrícola y el del peonaje consiguiente, el de la explotación del peón, la superioridad racial del más fuerte y el de la tortura. En "Contaminación" se ataca el racismo, la deshumanización no sólo del que cruza la "línea" divisoria, sino del mismo aduanero, personaje éste completamente deshumanizado y robótico. Aquí, esta deshumanización le cae por igual al anglo como al hispano, por ser un nuevo mestizo el personaje central del cuento, el anlgochicano. Este personaje es el representante oficial del sistema opresor norteño. En "Reconocimiento" he tratado de hacer un estudio psíquico cultural sobre el tema de la identidad, o falta de la misma en el chicano (pretérito mexicano), que busca sus raíces en México y el mexicano (futuro chicano) que busca el sueño contagioso de la sociedad del "Coloso del Norte". En el proceso, ambos pierden, o no encuentran, esa completa identidad soñada. El estudio que hice, o traté de hacer, es el de cruzar la línea temporal, a la cortaziana, de regresar al pasado y, al mismo tiempo, y por eso mismo, entrecruzarlo con el futuro. John Díaz, chicano, y Juan Díaz, mexicano, resultan ser el altergo de un mismo individuo, John Juan Díaz Díaz. En "El mercado" me esforcé, con dificulyou want to talk with her,tad, de exponer quizás uno de los puntos o ejes claves sobre el que gira toda esta tragedia humana. Me refiero a la economía capitalista de dependencia. Cómo la economía de los dos países, alegóricamente religiosa —porque el "mercado" es un "templo"—, zarandea a esta ingente masa de seres humanos transeúntes y desarraigados. En el cuento "Despojo", quizás uno de los mejores logrados en mi opinión, toqué otro tema, lastimosamente, de mucha importancia. Se trata de un cabaret. En este cuento quise no sólo exponer la explotación del cuerpo de nuestras jóvenes en el negocio de la prostitución, sino también, y al nivel alegórico, la pérdida de la cultura hispana a causa del contacto explotativo del anglosajón. Un cuento especial es "El puente". Lo puse al final de la colección, porque, me dije, "Aquí hay mucha tragedia, mucha sangre y mucha miseria humana. Quiero terminar la colección con algo bonito, algo esperanzador". Diseñé (porque te diré que yo dibujo, siempre que puedo, la estructura de mi narrativa) el cuento con cuidado antes de comenzarlo. Quise, como dije, que fuera algo positivo y alentador. Enamoré a un estudiante fugitivo mexicano (del tiempo de Tlatelolco), que se vino a la frontera, y le preparé una cita con una bella chicana de la universidad de El Paso. Se enamoraron, qué remedio. Pero, entre un sinnúmero de dificultados, a causa de la institución aduanal (que traté en "Contaminación"), la unión final y matrimonial no se puede llevar a cabo. El muchacho estudiante, aunque ayudado por la bella estudiante chicana, no tiene éxito, y todas las esperanzas de cruzar la frontera y unirse a ella quedaron frustradas por una bala que le alcanzó en la cumbre del jorobado "puente", supuestamente símbolo de unión. Ella, esperando una criatura, en un momento de desesperación, se tira del puente. Al día siguiente, aparece flotando en las aguas canalizadas del río. La intención lógica y consciente fue traicionada por el instinto o lógica del subconsciente. En fin, no logré el romance que tenía previsto para este cuento, que clausura la colección.

    LC
    Si fuéramos a entresacar de los ocho cuentos de la colección el que usted cree más completo y representante en cuanto a la temática, ¿cuál nos señalaría?

    JSA
    Sin duda alguna "Resbaladero". Con ello no quiero indicar que sea el mejor o el peor de los ocho. Fue el que más trabajo me dio. Al que le dediqué más diseños y más horas de infatigable "pensar". Alguno pudiera decir, con razón, que es demasiado cerebral. Acojo esa crítica sin titubeos. Como te había dicho en la otra entrevista, cuando el autor se hace esclavo de la lógica, del concepto y del cálculo, el resultado es evidente: la obra será cerebral y, por tanto, seca. Tendrá mucho de idea y poco de emoción. Estas dos cosas son necesarias, pero si el fiel de la balanza se inclina hacia uno de los dos lados, aunque sea solamente un poquito, el producto será una u otra cosa, algo más de esto que de aquello. Y, entonces, aparecen las imperfecciones. En fin, en ese cuento traté desesperadamente de conjugar varios niveles temáticos: el sistema de educación, las clases sociales bien delimitadas, aunque en movimiento perpetuo, y las diversas instituciones religiosas. O sea, tres instituciones que son tan importantes en la vida cultural de cada pueblo. En este caso, del chicano. Vemos las grandes caminatas, reales y simbólicas, por las que atraviesa el mexicano y el chicano para "escalar" los peldaños del "resbaladero", o sea, de la sociedad del ensueño, de "la tierra de promisión americana" para quedarse, al final, con que no encuentran más que sobras, destrucción y desolación. El mexicano, que poco a poco va dejando su lengua nativa para aprender la lengua "oficial" de su nuevo país de adopción, se encuentra al final (después de llegar a la cumbre del "resbaladero"/peldaños sociales) con que, desde la cumbre, todos los anglos "resbalaron" o cruzaron la frontera hacia el sur (una des-inmigración) para quedarse con la antigua casa y lengua de donde procedían los futuros chicanos. O sea, lo de la víbora, que no hace más que tratar de morderse la cola.

    LC
    Habiéndonos dado ya un breve viaje por el panorama temático, ¿por qué no entramos ahora en el otro aspecto antes mencionado? En otras palabras, sobre el asunto de la técnica que usted se trazó para estos cuentos.

    JSA
    Me parece muy bien. Pero tengo algo de "mieditis", por el simple hecho de que, al parecer, al autor le está vedado hablar críticamente de su propia obra. Pero allá tú. Si te atreves a echarte encima esta responsabilidad, por mi parte no hay inconveniente. No esperes, sin embargo, nada profundo ni oficial. Me gustaría mantener un nivel medio confidencial o "confesional", si te parece. Lo que sigue, por tanto, míralo como descripción más que como análisis crítico.

    LC
    Por mi parte no hay inconveniente. Y, sí, cargo con la responsabilidad, por haberle inducido a ir contra lo "vedado". Nos había insinuado hace poco que usted suele "diseñar" o "dibujar" sus cuentos. ¿A qué se refiere con eso? ¿Pudiera explicárnoslo un poco más?

    JSA
    Pues sí. Siempre trato, cuando es posible, "dibujar" el esqueleto de mis cuentos. Así, literalmente, como suena. Esta misma técnica trato de seguirla con mis novelas, aunque se me hace un poco más difícil, por tratarse de un texto mucho más amplio y complejo. Para darte uno o dos ejemplos, comenzaré con el cuento "Reconocimiento". La temática misma me dio la idea para el "diseño". Quería que el personaje central, el único, por así decir, que domina todo el cuento, se moviera en un encuadre geométrico apropiado para lo que se trataba de hacer. Y, lo que se trataba de hacer, era de "encuadrar" en él el tema de la identidad. Esta identidad sería doble, como doble es la personalidad del portagonista: mitad mexicano y mitad chicano. Uno que viene del sur, en su peregrinación hacia el norte (futurista) y otro que va hacia el sur (pretérita), buscando sus raíces. O sea, como ya dije, el mexicano (futuro chicano) y el chicano (futuro mexicano). Pare ello, de inmediato se me imponía un crucero o cruz, unas líneas convergentes e intersecantes. Como todo tendría que llevarse integralmente en la misma frontera, me pareció fácil hacer varios dibujos con la "alambrada". Me di cuenta de que la forma geométrica de una alambrada era lo que necesitaba. Rectángulos cuadriculados. Estos rectángulos me van a servir muy bien para asociarlos a la cuadriculatura del tablado de boxeo, de la forma cuadrada de los edificios de los bancos, de la cuadratura de las ventanas de las casas, etc. Por otra parte, necesitaba algo ovalado, algo ondulado. Para ello me fijé en las lomas o colinas de la ciudad de Nogales, soñé con las pirámides mexicanas, etc. Todo ello para, después, poder entrelazar la cuadratura con la curvatura. ¿Para qué me serviría todo esto? Para trazar, de un lado, la idea de la peregrinación o de los viajes rectilíneos de las dos partes de la identidad (mexicana y chicana) de los dos viajeros. Para señalar los dos puntos cardinales y lineares, en este caso de norte a sur y de sur a norte. Juan Díaz, la parte correspondiente a la mexicanidad, que emigra hacia un norte soñador y futurista, se prende de la alambrada cuadricular. A partir de ahí, para él, todo es cuadriculado. Sus ojos, pegados a la alambrada, se hacen cuadrados, es decir, ven todo cuadriculado, que es la figura geométrica preferida de los bancos, de las calles de la ciudad fronteriza y sureña, de los edificios en donde sueña trabajar y de los campos agrícolas en donde, con mayor probabilidad, tendrá que laborar. John Díaz, la parte correspondiente a la chicanidad, por el contrario cruza la alambrada y se encuentra con que casi todo tiene forma ovalada o piramidal, como las lomas, las pirámides sureñas, etc. Al final del cuento, los dos se encuentran en la alambrada, inversamente colocados. Han invertido sus identidades, sus medias identidades. Los dos se encuentran y se "reconocen", aunque sea sólo parcialmente, mirándose de hito en hito a través de la cuadriculatura de la alambrada. Pero, con la gran diferencia que, aunque uno ve cuardicularmente, el otro ve piramidalmente. Aunque el banco cuadricular y la pirámide piramidal no tienen mucho de semejanza entre sí, ambas se basan en líneas geométricas y rectas. Entrelazado a todo esto, como elementos diseñadores, la Vía Láctea (o "Camino de Santiago") y el juego de los espejos, fungen como símbolos de la peregrinación de los personajes y de la identidad psicológica y cultural de los mismos. Básicamente, Lupe, éste es el "diseño" fundamental para este cuento. Pero, claro está, yo no me meteré a sacar las conclusiones críticas e interpretativas que yo, como autor, tenía presentes. Ahora le corresponde al lector crítico hacer su otra mitad del trabajo. Digamos que el yo-autor y el lector-crítico somos como Juan Díaz y John Díaz. Nos corresponde a los dos juntos buscar la "identidad" y la "complementarización" de la obra literaria.

    LC
    Encuentro muy interesante la revelación esquemática que nos ha presentado sobre este cuento. Hace un rato nos había dicho también que quizás "Resbaladero" fuera el cuento que más trabajo le dio en cuanto a su "diseño". ¿Podría explicarnos el por qué de este aserto? Le pregunto esto, porque, para qué callarlo, hace un par de años que yo misma hice un pequeño estudio sobre este cuento suyo. Me interesaría, sobre todo a mí, y en gran manera, su propia exposición sobre esta complicada pieza narrativa suya.

    JSA
    Es cierto. Este cuento es complicado y me llevó tiempo concebir su estructura tal y cual yo quería que fuera. Otros cuentos no los concebí tan cerebralmente como éste. Su diseño podría exponértelo de la siguiente manera. Como el mismo título indica, me valí sencillamente de la forma geométrica de un "resbaladero", de ese "juguete" que encontramos en los parques para que los niños se rompan los huesos y se amoraten las nalgas. No sólo tuve en mente su forma geométrica, sino también la numerología, es decir, lo construí a base del número seis, añadiéndole, claro está, el "comodín" del séptimo número, que puede ser cabalístico. Como ya puedes imaginarte, temática y simbólicamente va a tener un significado bíblico y genesíaco, además de socioeconómico. Seis son las subclases sociales y económicas, seis son los días de la creación, seis son los años de la escuela primaria, seis son los de la secundaria y seis, por término medio, son los años que necesitan nuestros estudiantes para sacar su bachillerato. Por otra parte, el número seis era conveniente para diseñar arquitectónicamente algunos de los edificios que entran en el cuento, como la forma sexagonal de la sinagoga, seis son los puntos de la estrella de David, seis son los capítulos de la historia americana, seis son los tapices que encontramos en la catedral barroca, etc. Matemáticamente me fue conveniente trabajar con los múltiples de seis para ir "despoblando" a la Raza que va subiendo cada peldaño del "resbaladero" social, económico, pedagógico, político, religioso, etc. Así, comienzan en la subclase baja 60,000,000 de hispanos. Cuando llegan a la cumbre, es decir, el último peldaño que corresponde a la "superclase", solamente quedan 60. Los demás desaparecieron en los otros peldaños. Pero con la gran ironía de que los sesenta profesionales que llegaron, cuando llegaron a la cumbre, al cenit se encontraron con "la nada". De nada les valió, porque aquello que iban persiguiendo, o sea, alcanzar el cenit de la sociedad del anglo, dejó de existir, al darse cuenta de que el anglo ya había "resbalado" por el otro lado, hacia México, buscando la fuente principal de riqueza mexicana, el petróleo. El chicano se ve forzado a "volver otra vez a su casa" para encontrarse que, de nuevo, salió burlado económica, política, cultural, lingüística y, en una palabra, históricamente. Continuamos "mordiéndonos la cola", como la culebra. Y éste era realmente el mensaje o la tesis que yo quería transmitir con este cuento.

    LC
    Algo de esto había percibido yo en aquel tiempo, pero ahora resulta bastante más claro todo. Cambiando ahora un poco, ¿podría extraerle alguna otra idea, diseño, forma o estructura de la novela Crisol? Para comenzar, ¿podría decirnos por qué tres partes? Y, ¿por qué tres títulos, al parecer, un poco vagos? ¿Se trata de una trilogía?

    JSA
    No pides nada, Lupe. Algo sí puedo revelarte. Para serte franco, el diseño de Crisol fue cobrando forma a medida que iba escribiendo la novela. \ Esto en cuanto a la primera parte de la "trilogía", quizás la más débil estructuralmente. Las otras dos, sobre todo la tercera, me ocurrió un poco como "Resbaladero". La trabajé mucho. Para comenzar, deja que te diga que, bajo las tres partes, "vagas", como tú dices en cuanto al título, traté de indicar que se trataba de tres centurias, de tres siglos del hispano vis-à-vis tres cientos años de historia del imperio anglosajón. Comienzo por el presente ("Realidad"), me retraigo después hacia el pasado ("Reminiscencia") para desembocar, después, en el futuro ("Realización"). Para ello me basé en la fórmula orteguiana que dice que "el presente es un futuro sido". Tienes mucha razón al decir que son unos títulos "vagos". Pero es que así me propuse hacerlo. Más bien que vagos, diría yo, "misteriosos". No quise "revelarme" del todo para dejar al lector que se quemara las cejas un poco. O sea, esos tres períodos corresponden, respectivamente, al primer centenario, al segundo centenario y al tercer centenario futurista de dicha historia. Claro, el tercer centenario todavía no ocurrió. Lo estamos comenzando. Nos hallamos, pues, ante una visión "futurista" de la historia, de aquello con que el narrador se encontró saltando casi cien años antes de que ocurriera, pero que, basado en lo que ocurrió en los dos cientos años pretéritos, trató de profetizar y de pronosticar las condiciones en que se encontraría el hispano para entonces. No me preguntes más, porque no tendría lugar para tanto. Baste decir que todo fue un sueño que le ocurrió a Miguel Torres durante su breve estancia en el hospital, durante su delirio causado por un accidente automovilístico, como queda bastante claro en la novela.

    LC
    Si me permite una pregunta más, me gustaría que nos dijera algo sobre la estructura de las tres partes de la novela. ¿Quisiera hacer algún comentario sobre esto?

    JSA
    Ya que me lo pides quisiera añadir, desde el punto de vista de la estructura de la novela, lo siguiente. Para la primera parte, "Realidad", la estructura es simple y cronológica. No hay misterio. Para la segunda, "Reminiscencia", toda ella está resquebrajada. Quise indicar gráficamente con ello que, en la primera centuria de la historia del anglosajón, el chicano o hispano no vio ni experimentó más que distorsiones, resquebrajamientos y desorientaciones. Las cosas no mejoraron mucho durante la segunda centuria. Es en la tercera, en el siglo de "La Presidenta", en donde, por fin, el hispano ve la posibilidad de recuperar y reconquistar lo perdido histórica y culturalmente. Simbólicamente, se trata de una marcha, que aunque muy desorientada, fue exitosa desde el punto de vista racial y agrícola (cultural), porque, además de llevarse a cabo el fenómeno "crisol" de una manera violenta y un poco indecorosa, el hispano pudo, al mismo tiempo, "reconquistar" su doble cultura: la del maíz precortesiano y la del trigo hispánico. Todo ello en las Planicies del Midwest. Me gustaría añadir que este hilo histórico se encarna bastante bien en el personaje central, el Dr. Lázaro Villa, alias "Leñero". El lector atento descubrirá que el Dr. Lázaro Villa estaba ya en su madurez y plenitud en la primera parte, es decir, en el presente. Ya comenzando la segunda parte ("Reminiscencia"), la novela se encamina hacia atrás, recorriendo al revés las diversas etapas cronológicas del protagonista. Termina precisamente con el nacimiento. Y la tercera parte ("Realización"), que es la futurista, vemos al "feto" Lázaro Villa que, como en su "viaje a la semilla", a lo Carpentier, desaparece en las constelaciones estelares, volviendo a reaparecer supuestamente en el tercer centenario. Pero esta reaparición no va a ser biológica, sino más bien toma el cariz de una reencarnación ideológica y profética, de acuerdo a lo que él había pronosticado en las dos primeras partes de la novela. Y aquí le corto para no sacarle a los lectores el quehacer o placer de interpretar el texto a su manera y gusto.

    LC
    Creo que con esto ya nos ha revelado algunas cositas que a mí, personalmente, me tenían un poco intrigada. ¿Podríamos pasar brevemente ahora a su segunda novela, Los siete hijos de La Llorona?

    JSA
    Pues si tú lo deseas, pero tiene que ser "brevemente". En particular, ¿qué te interesaría saber?

    LC
    Otra vez percibo aquí, entre otras cosas, mucho de "numerología". ¿Podría explicarse o, al menos, explanarse un poco tanto al nivel temático como al nivel de diseño?

    JSA
    Pues, como te decía antes, Lupe, no pides casi nada.... Si te fijas bien en el título ya tienes indicados el tema principal y la técnica fundamental. El tema es el del mito-leyenda de "La Llorona" y la técnica o "diseño" se basará en el número siete y las varias modalidades que éste pueda simbolizar. Sobre el tema, no merece hablar mucho. Se me antojó que ya era hora de ir des-mitificando la consabida leyenda de esta mujer tan manipuleada y explotada a través de la Historia. Sabemos, por la psicología colectiva, desarrollada principalmente por Carl G. Jung y su escuela, que esta leyenda corresponde a un arquetípico muy importante en todas las culturas. Es el arquetipo de la Gran Madre. Tú debes saber a qué me refiero, porque tú escribiste tu disertación doctoral sobre él. Pues bien, este arquetipo, de naturaleza inconsciente, en el proceso de desarrollo hacia el consciente, se bifurca, tomando dos aspectos binomiales: el de la Madre Buena y el de la Madre Terrible. Aquí precisamente entra La Llorona. Sin quitarle nada de "realidad" psíquicocultural, traté de des-mitificar el arquetipo, identificando o, mejor dicho, substituyendo para ello el "mito" llamado Llorona por la "realidad" social. Es decir, la verdadera Llorona es la Sociedad, bajo todos sus atributos negativos, como la parte negativa del binomio antes aludido. Aparte de este tema global, se tratan otros temas o sub-temas, todos ellos relacionados al global. La Llorona emite un mensaje a los "Hijos" (personajes de la novela), diciéndoles que ya estaba cansada de ser el receptáculo de tanta "culpa" que las instituciones sociales le echaban encima. Sus "Hijos", para vindicarla, "toman la justicia en sus propias manos", como se dice por aquí, pero que ellos lo traducen al otro adagio de "rescatar el honor de una víctima inocente". El plan es simple: secuestrar y enjuiciar a "siete" personajes (no protagonistas), símbolos de dichas instituciones. El orden es más o menos progresivo: de lo espiritual o religioso hasta lo material o materialista. Comienzan por un Arzobispo para terminar con un banquero, pasando por una maestra, un juez, un político, un ranchero y un médico. Todos reciben su castigo, que va de lo meramente psíquico hasta lo más abiertamente físico o biológico. Hay que suponer que, como ellos —los personajes secuestradores— se mueven en una sociedad ajena a su cultura de origen, tendrán que sufrir las consecuencias a manos de esta sociedad, como así les ocurre al final de la novela. No te olvides de que "tomarán la justicia en sus propias manos", principio ajeno al sistema de jusrisprudencia de este país. Sin embargo, los reos tendrán un licenciado y un jurado, compuestos ambos por los secuestradores. La sentencia final será evidente. Y esto es, fundamentalmente, el tema, salpicado de muchos sub-temas encadenados al principal.

    LC
    ¿Podría ahora hablarnos de la estructura o "diseño" de la obra, en especial, de la numerología?

    JSA
    Como te había indicado antes, el número siete es fundamental. Tuve yo que pensar mucho para edificar todo este edificio narrativo sobre esta base un tanto cabalística, si quieres. No se me escapaba a mí la función de una "leyenda". ¿Cómo explotar con creces este "mito" para adaptarlo al estudio desgarradoramente "real" del chicano? Pues usando la numerología. Con esto no quiero que vayas a pensar que tengo una mentalidad "oriental" o "gnóstica" o lo que quieras. No le atribuyo conscientemente ningún valor gnóstico a este número (aunque subconsciente o inconscientemente no lo niego) en la novela. Lo empleé como otro de los muchos "encuadres" de mi narrativa. Como puedes observar, por ser evidente a todas luces, que tanto los secuestradores como los secuestrados son siete. Puesto que estamos en un siglo de toda clase de movimientos, incluyendo el feminista, tuve cuidado de incluir, entre los siete secuestradores, a tres mujeres y, entre el número de los secuestrados, a una mujer. En siete capítulos está divida la novela. Cada capítulo se ajusta, generalmente, a siete diálogos y a siete pequeñas narraciones. Algunas veces te encontrarás con que algún párrafo está dividido en siete frases. Por otra parte, hablando de los personajes, en los capitulillos que fungen a modo de conclusión de cada capítulo, se mencionan fuerzas policiales. Y bien, en cada uno de ellos aparece un símbolo básico que define al uniforme de un grupo policial. O sea, se presenta en cada uno de ellos una séptima parte de lo que será un policía. Pero al final, no nos encontramos solamente con un policía, sino con siete policías y siete cuerpos policiales (la policía citadina, la "migra", los "posse", los "highway patrols", los famosos "rangers", los "border patrols" y, cómo no, los muy famosos "KKK", por obvias razones. Si ahora multiplicas siete "fuerzas" policiales por siete capítulos, obtendrás cuarenta y nueve. Que resultan ser los 49ers., simbolizando de esta manera la suma fundamental de los estados de la Unión Americana, con implicación, claro está, del General Steve Watts Kearny y sus 49 dragones y, más tarde, los pioneros del "Gold Rush", que llamaban también los 49ers. En fin, ya con esto puedes darte cuenta de la importancia estructuradora y de diseño de esta novela. Pero temo que "expuse mi propio secreto" demasiado ampliamente. No quiero decirte con esto, ni mucho menos, que la única fórmula estructuradora de esta novela sea el número siete. Porque hay otros símbolos muy importantes también, como todos los relacionados a "La Madre", amén de otros "secretos" creo que importantes. Pero esto ya se lo dejo a los críticos. Lo que yo traté de indicarte aquí, bajo tu petición, quizás un tanto insistente, es revelarte un "diseño" específico para esta novela, como hice con Crisol y algunos de los cuentos contenidos en Chulifeas fronteras. Ni más ni menos. Espero que el lector de esta entrevista no vaya a interpretar la novela unilateralmente, basándose sólo en lo que acabo de exponer aquí, pues se equivocaría un tanto. Y, con esto, termino esta plática a la que muy "sutilmente" me has incitado.

    LC
    Perdone si lo incité a que hablara tan abiertamente sobre su obra, pero, por otro lado, me alegro de que lo haya hecho. De todos modos, le agradezco el tiempo y la franqueza con que nos expuso estos "secretos profesionales". ¿Nos concedería para otra ocasión una platicadita más sobre su libro de poesía Poemas en menor, publicado recientemente?

    JSA
    Tendrás que esperar a que salgan otros dos libros de poesía que estoy gestando, lo que quiere decir que no será posible hasta dentro de unos tres años.



    Lupe Cárdenas
    Profesora de español
    Arizona State University West
    Phoenix, Arizona, USA


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    Portada de la novela Crisol de Justo S. Alarcon
     
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    Los dos compadres: Cuentos breves del barrio, 1993, de Justo S. Alarcon
     
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